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Periódico Judío Independiente
Las complejidades del conflicto árabe- israelí
¿ Como entender a Israel?

Por David Harris / Huffington Post / EE.UU (x)
Casi todos los líderes políticos responsables expresan su deseo
de contribuir a la paz en el Medio Oriente.
Es fácil de decir. Un esfuerzo real por promover la paz requiere que
se comprenda los motivos de las partes para mantener el conflicto.
No puedo decir que entiendo claramente qué mueve a los palestinos.
Si realmente quieren llegar a un acuerdo de dos estados con Israel,
su manera de intentarlo es indudablemente muy extraña, ya que han
rechazado todas las propuestas ofrecidas desde 1947.
Pero creo que todo aquel que genuinamente desee la paz debería
considerar cuatro factores clave que informen la visión del mundo de
Israel:

La geografía.

La frase repetida estos días es que la geografía ya no tiene
importancia en una era de misiles de largo alcance.
Recordemos la famosa frase de Isaiah Berlin, " Los
judíos tienen demasiada historia y demasiada poca geografía".
Israel es un país pequeño, su tamaño es aproximadamente el de New
Jersey o Gales, y menos de 2/3 del tamaño de Bélgica. En el
contexto de Medio Oriente, Egipto es aproximadamente 50 veces
más grande que Israel, y Arabia Saudita 100 veces.
. Hasta la guerra de 1967 , las fronteras de Israel, que no eran nada más que las líneas del armisticio de la Guerra de la Independencia de 1948, tenían nueve
millas en su punto más angosto, cerca de la parte media del país, la
zona más populosa.
Cuando el entonces presidente George W. Bush vio por primera vez ese ancho
desde un helicóptero, su comentario fue, "Hay algunos caminos de
entrada en Texas que son más largos que el ancho de Israel".
Cuando las Alturas de Golán estaban en manos de Siria antes de la Guerra de los
Seis Dias, granjas judías ubicadas a su pie eran blanco habitual de las bombas
sirias. Miren lo que pasa hoy en Siria al otro lado del Golán.
Cómo dar respuesta a las preocupaciones legítimas de Israel sobre su seguridad en un
acuerdo de paz, no es algo simple.

La Historia

Independientemente de las afirmaciones árabes que lo niegan, el
pueblo judío ha estado relacionado con esta región durante más de
3.500 años. El vínculo entre el pueblo judío y la Tierra de
Israel es esencial para la narrativa histórica. El pueblo judío
nació aquí, sus textos sagrados emergieron aquí, sus templos se
erigieron aquí, e incluso cuando fueron exilados por la fuerza,
nunca dejaron de soñar con el retorno. Francamente, es una historia
diferente de todas las demás en los anales de la humanidad.
Al leer la Biblia encontramos a Jerusalén y a Sión literalmente
centenares de veces.
Se deben reconocer los lazos metafísicos y físicos entre el pueblo
judío y sus manantiales de historia y santidad -quizás de la misma
manera en que los musulmanes ven el vínculo entre el Islam y la Meca
y Medina.

La Psicologia

Algunos descartan la preocupación de Israel por la seguridad como
obsesiva. ¿Cómo puede ser, preguntan, que el país con las Fuerzas
Armadas más fuertes de la región se sienta tan asediado, tan en la
mira de las armas?
El columnista del New York Times Roger Cohen tipifica este enfoque.
Respecto de la preocupación de Israel sobre Irán, escribió: "El
cierre [de un pasado que contiene el insistente espectro de la
aniquilación] significa superar el horror. Significa lograr la
normalidad a través de responsabilidad. No se puede lograr a través
del aumento de las amenazas, la perpetuación de los temores, o el
repliegue a la situación de víctima que ve todo acto,
independientemente de su violencia, como defensivo”.
¿El “aumento de las amenazas”? ¿La “perpetuación de los temores”?
¿Es todo lo que se puede decir de la situación actual de Israel?
Difícilmente.
Si bien Cohen ha tratado más de una vez de rediseñar a Irán como
país incomprendido, los israelíes difícilmente comparten su
optimismo respecto de las intenciones de Teherán.
¿Cómo debe comprender cualquier nación la instigación a su
destrucción por parte de otra nación que está absolutamente empeñada
en adquirir las herramientas para lograr su objetivo?
Y cuando la nación amenazada es Israel, sin duda, suenan las alarmas
– y con toda razón.
Israel tiene una historia. También el pueblo judío.
Y ésta enseña que están quienes desean hacer daño y pretenden llevar
a la práctica lo que dicen. Se les debe prestar atención, no minimizarlos.
Esa historia también enseña, que con demasiada frecuencia, Israel y
el pueblo judío han enfrentado el peligro mayormente solos. Las
promesas de ayuda se manifiestan pero no se cumplen. Confiar en la
buena voluntad de otros ha resultado una posibilidad riesgosa. Los
dossiers están llenos de promesas huecas y compromisos no cumplidos.
Por ende, sí, Israel tiene absoluto derecho, y hasta la obligación,
de tomar seriamente las ambiciones nucleares de Irán –así como tiene
absoluto derecho, y hasta la obligación de tomar seriamente los
miles de misiles del arsenal de Hezbollah en Líbano, y el deseo de
Hamas en Gaza de emular el ejemplo de Hezbollah.
¿Acaso simplemente se debe pasar por alto las palabras de Hamas y
Hezbollah, que claman por la aniquilación de Israel, y archivarlas
en el cajón de los excesos retóricos?
En el mismo sentido, acaso Israel debería encontrar consuelo en que
su presunto socio de la paz, el Presidente de la Autoridad Palestina
Mahmoud Abbas, haya dicho que nunca reconocerá a Israel como estado
judío y haya formalizado un acuerdo de reconciliación con Hamas?
Y dados los recientes eventos en Egipto, Siria, Irak, Yemen, Libia¿la visión del
entorno desde Jerusalén, debería necesariamente ser halagüeña y
optimista?
En suma, aquellos que han sido blanco de destrucción más de una vez,
¿deberían simplemente suponer que no lo habrán de intentar otra vez,
e irse tranquilos a dormir?

El anhelo.

Los sobrevivientes de exilios, pogroms, inquisiciones, libelos de
sangre, ghettos, y campos de exterminio no necesitan disertaciones
respecto de por qué deberían buscar la “normalidad” y ubicarse en
“el lugar correcto de la historia”. Después de todo, ¿acaso en gran
medida no se fundó Israel precisamente para crear, finalmente, una
nueva condición para los judíos? Normalidad –nada más y nada menos.
Sin embargo, no se ha logrado totalmente, por lo menos no aún.
Los temores existen, no porque no se los pueda olvidar, sino porque
las amenazas persisten. Y las amenazas no se pueden pasar por alto
porque el código genético del pueblo judío incluye un sistema de
alerta temprano, que les dice que el régimen iraní y sus amigos
quizás pretenden cumplir lo que dicen.
Israel no necesita resoluciones de la ONU, editoriales o discursos
sobre los imperativos de paz. Necesita socios creíbles,
comprometidos con la búsqueda de paz. Cuando cuenta con tales
socios, como lo ha demostrado la historia extensamente, Israel hace
los mayores esfuerzos en cuanto a territorio, incluso a riesgo de su
propia seguridad, para lograr una solución.
Por supuesto, al final, los socios de Israel no tienen que aceptar
su narrativa así como Israel no tiene que aceptar la de ellos.
Y sin embargo a Israel se le pide que reconozca sus necesidades –de
dignidad, justicia, y respeto. Y ese se considera un pedido legítimo
para la resolución del conflicto.
Por eso ellos, a su vez, deben al menos tomar en cuenta la visión
del mundo de Israel, como hicieron Anwar Sadat y el Rey Hussein,
ambos pacifistas, para su eterno honor.
Luego, quizás, en las palabras del profeta judío Isaías, “No
levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más
para la guerra”. Nada puede ser más esencial para la misión judía.



(x) El autor de esta nota es director del American Jewish Comitte de EE.UU.


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