Cerca de una veintena de famosas personalidades israelíes elevaron una curiosa petición a la Suprema Corte de Justicia: que se autorice a cambiar en sus documentos de identidad su filiación de " judío " por la de "israelí ". Los jueces rechazaron el pedido y en forma unánime dictaminaron que no se puede hablar de "nación " israelí y que es imposible inventar nacionalidades. El lógico fallo generó no poco rechazo. " Pobre de nosotros si hasta la Suprema Corte de Justicia,símbolo de progreso e ilustración se esta sometiendo a la ortodoxia". Un profesor de Derecho de la Univ. de Tel- Aviv escribió en Haaretz Digital que la identificación entre estado y nacionalidad judía continuará complicando la existencia de una democracia plena en Israel (¿?). Un prestigioso columnista escribió en otro medio un artículo titulado " una obsesión llamada estado judío " en donde otras cosas sostiene que al estado de Israel " ya no le importa si es una sociedad justa y democratica. Lo importante es que sea judía",se quejó. En este tema como en no otros pocos temas religiosos y políticos existe cierta inocencia entre la izquierda extrema y extrema derecha. De un lado se encuentran israelíes antisionistas, que en general actuan en las universidades diaspóricas y explican al mundo que el concepto " estado judío " se opone a los principios de la democracia y plantea una discriminación implícita para con los habitantes no judíos de Israel ( un 24 % ). Del otro lado estan los que sostienen que Israel debe ser un estado basado solo en la ley judía ( Halajá) y por ende debiera ser democratico ( ¿ ? ). Los primeros renuncian al caracter judío del estado de Israel por privilegir la democracia y los otros renuncian a la democracia por preservar el caracter judío, y en medio, confundidos, no pocos israelíes ( en especial jóvenes), que observan la rivalidad ideológica que corroe al estado hebreo. Perciben que hay una contradicción entre ambas características. Dos valores tan importantes y que se presentan como inconciliables. Tuve la oportunidad de hablar con un grupo de estos jóvenes.Les pregunté por qué un estado como Belgica o Alemania pueden ser democraticos y un estado judío puede no serlo. Ellos me miraron con asombro : la germanidad o la anglicidad no son una religión pero el judaísmo si es una religión. No hay estado cristianos o musulmanes plenos; solo hay estado judío. "¿ No entiendes que estamos en un dilema de identidad ? ". Puede resultar simplista lo que diga pero pienso que esta percepción constante que tantos israelíes portan sobre sus espaldas surge en especial de una cuestión terminológica. La palabra cristianismo refleja una religión; la palabra islamismo, otra religión pero la palabra judaísmo contiene en si dos términos: nacionalidad y también religión. Somos un solo pueblo. Así nos consideramos y nos consideran desde siempre. El concepto " Israel " en la Biblia Hebrea describe a un grupo nacional. Aún cuando la Biblia Hebrea se refiere a la creencia y a los preceptos, fenómenos denominados en el mundo moderno " religión ", la intención del texto bíblico es clara: es la crencia,los preceptos, la tierra de Israel los que dan caracter judío al pueblo y unen a este pueblo fragmentado. La concepción nacional judía continuó luego de la destrucción de los dos templos. Incluso cuando los rabinos del Talmud discuten sobre la conversión al judaísmo no se refieren solo a la creencia en un Di-s sino que puntualizaron la dimensión nacional y blanden la pregunta acerca de quién es apto para apegarse a esta nación( se da por implicito que no hay distinción entre religión y nacionalidad). En el libro bíblico de Ruth la moabita convertida al judaímo encontramos la frase contundente : " tu pueblo es mi pueblo; tu Di-s es mi Di-s; donde vayas iré; donde descanses, descansaré". Es una frase que es un lema para los aspirantes a convertirse y puntualiza tanto la nacionalidad como la religiosidad. Yo me uno a tu pueblo y en la práctica eso significa que acepto a tu Di-s. La dimensión nacional también fue central en la identidad diaspórica. Dejamos de vivir en una misma tierra y sin embargo no dejamos de vincularnos entre nosotros como una nación a través de la religión. Así nos consideramos y así nos vieron otros pueblos. El problema no es como nos ven los gentiles sino como nos consideramos los judíos. Dejamos de vivir en una misma tierra y sin embargo no dejamos de vincularnos entre nosotros como una nación a través de la religión. Así nos consideramos y así nos vieron otros pueblos. El problema no es como nos ven los gentiles sino como nos consideramos los judíos respecto a nuestra identidad. Hay quienes nos han amado y otros odiados pero todos no dejaron de considerarnos parte de un mismo pueblo pero diferente a otros. No solo por nuestra fe y costumbres sino también por la nacionalidad basada en un pasado en común. Aman, el persa, el primer antisemita oficial de la historia,nos sorprende en el bíblico libro de Esther con una frase vigente al día de hoy : "Hay un pueblo disperso y disgregado entre los pueblos de todo tu reino y su religión es distinta a los demás ". Aman dice que somos un pueblo pero no como otro que permaneció en su país y su tierra sino disperso pero que ha cuidado su identidad. La pregunta que preocupa a muchos israelíes no es la legitimidad de Israel comoestado del pueblo judío sino si el estado judío como tal puede o no ser democrático. Cambiemos por un instante el concepto estado judío por estado italiano. ¿ Por qué elegí justo a Italia ?. Porque en el norte de Italia viven ciudadanos italianos de origen austríaco y que se consideran asi mismos austríacos. ¿Eso transforma a Italia en no democrática ?. Claro que no. Italia es el estado de los italianos y mientras respete a los ciudadanos de origen austríaco será un estado democratico. Para el estado de Israel le es más dificil ser tan democrático como otros estados occidentales. Nuestras minorías son casi todas de la nación árabe, minorías que en muchos casos cuestionan la existencia de Israel como estado judío al igual que los palestinos lo hacen por el problema político no resuelto con los israelíes. Nuestros ciudadanos árabes nos ponen ante un desafio nada facil en especial con dirigentes que apoyan a los palestinos y que no pierden la oportunidad de criticar a Israel. Aún así, a pesar de los desafíos constantes de los árabes israelíes en el parlamento, Israel otorga a estos ciudadanos los mismos derechos. Aún más de los que han recibido en países árabes. Tenemos esta obligación con ellos y con nosotros. Solo así seremos un estado judío y democratico. Sin abandonar los dos componentes básicos de nuestra identidad reflejamos lo que expresa una parte del acta de la declaración de la independencia de Israel:
"Es el derecho nacional del pueblo judío ser como todo pueblo soberano en su tierra. El estado otorgará igualdad de derechos sociales,políticos a todos sus habitantes sin diferencias de religión, raza o sexo y estará basado en los principios de libertad,justicia, paz a la luz de las enseñanzas de los profetas de Israel "
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