Los más grandes perdedores potenciales de las revoluciones, que aún sacuden Medio Oriente y África del norte, son las propias personas; muchos democrátas, en alto riesgo de ser pisoteados, con el tiempo, a manos de nuevos dictadores y extremistas religiosos. Pero, los triunfadores inimpugnables, ya fueron coronados: los que tienen, venden e intercambian con el petróleo. Solo el mes pasado, su precio saltó en casi un 10%, a pesar de tener leves problemas con el suministro.
Mientras esas revoluciones elevaron el eco, durante dos días, a lo largo del mundo por un nuevo futuro democrático para Medio Oriente, las estructuras de fuerzas - en la mayoría de los casos - permanecieron intactas.Casi todos los países de la región parecen como si contaran sus días. Esperan. Hasta el momento, aquellos que salieron a las calles solo lograron alejar a los señores no- gratos (Hosni Mubarak en Egipto y Ben Ali en Túnez) pero no modificaron la situación de status-quo. En Yemen, la conducción institucionalizada parece inapelable. En Libia si bien los medios declararon a los rebeldes como triunfadores parece que se librara una guerra contra Khadafy que organiza una guerra de baja intensidad.. En Túnez, dónde todo comenzó, los revolucionarios esperan elecciones. El ex Partido Islámico de la Resistencia se convirtió en legal. En Egipto, los manifestantes están atados a la rígida mano del ejército. Las elecciones fueron fijadas para diciembre y se espera que el ejército y Los Hermanos Musulmanes se encuentren liderando en las encuestas. En Bahrein, la enorme mayoría chiita llenó las plazas y provocó que, la teocracia sunnita, se llene de temor, a solo un paso de distancia de los pozos de petróleo de Arabia Saudita. Por ahora, los revolucionarios crearon mucho más drama y esperanza que verdadero cambio.
Las batallas en Libia atrajeron, por su naturaleza, la mayor atención a pesar que, su importancia mundial, no es grande. Su producción promedio de petróleo es solo del 1% de la demanda mundial. Más grave es la situación en Siria .
Israel es el mayor perdedor estratégico. El Estado judío confió en las autocracias árabes para eliminar los sentimientos anti-sionistas de sus pueblos. E Israel no puede hacer nada para enfrentar su miseria. La hora no es la adecuada para nuevas conversaciones con los palestinos.
También EE.UU. es perdedor, pero no debe perder en grande. La fuerza de Washington depende de responder a la pregunta si los incidentes serán extinguidos o traerán a nuevos gobernantes anti-norteamericanos? El hecho es que, los árabes en general, ven a Estados Unidos como defensor de autócratas corruptos que los gobiernan por años y como redentor de Israel.
Los operativos contra el terrorismo y la diplomacia contra Irán también se verán dañados.
Turquía será modelo para los países árabes que tengan suerte y se conviertan en democracias. Su política exterior intenta equilibrar entre Estados Unidos y los países islámicos y, por ahora, es, en cierta medida, anti-.israelí. Desde el punto de vista interno, Turquía oscila entre un país laico e islámico. Mantiene la estabilidad interna y una economía garantizada.
El análisis más aceptado argumenta que Irán ganó la lotería. Pero no estén tan seguros. Los iraníes son chiitas y persas. Los revolucionarios son, en especial, sunnitas y árabes. A esos grupos no les importa uno de otros. Más importante aún; los revolucionarios árabes, en su mayoría, repudian a los líderes íraníes que masacraron a los combatientes iraníes por la libertad hace tan solo dos años. Irán ganará solo si los regímenes muy anti-iraníes ( como Arabia Saudita y Kuwait) se debilitan y caen.
Es muy posible que la llama revolucionaria se derrita a causa de la carencia económica y otros obstáculos. O que, de repente, las revoluciones estallen, otra vez. y borren todas sus dificultades en el camino, obligando a re-calcular totalmente la política de Estados Unidos. Pero, dos cosas son seguras: los barones y comerciantes del petróleo se enriquecerán y, la mayoría de la gente, a lo largo del mundo, se enfrentará a precios tope de petróleo y de alimentos y con economías en decadencia.
(x)LeslieGelb es Profesor Emérito del Consejo de Relaciones Exteriores
Fuente: Jerusalem center for Public Affairs
|
|
|
|
|
|