En Talpiot sabemos que el presente plantea desafíos constantes. Los tiempos junto con los medios para enseñar cambian y evolucionan sin cesar. La adquisición instantánea de información junto con la utilización de las nuevas tecnologías abre un horizonte infinito de posibilidades, para acceder al conocimiento.
Nunca en la historia del hombre tanta sabiduría estuvo a su alcance tan fácilmente. Pero tanta cercanía con los dispositivos informáticos generaron un paulatino alejamiento de las personas. Hoy las películas se bajan y cada vez menos gente va al cine, así como los libros se reproducen en las “tablets” en lugar de ir a la librería . En vez de reunirse, la gente se “encuentra” virtualmente en el “salón de chat” y gran parte de los vínculos personales se desarrollan a través de los mensajes de texto entre celulares.
Los principales usuarios de la reciente parafernalia son adolescentes que dedican varias horas por día para “conversar y comunicarse” con sus semejantes, a través de todo tipo de pantallas.
Desde la dirección nos dimos cuenta de que nuestros alumnos tenían trato sobrado con sus pares pero ¿Qué pasaba con aquellos que no tenían acceso a los nuevos medios? ¿Se perderían para siempre las vivencias y valores de quienes nos precedieron?¿ Es posible que un chico conozca la forma de vida de EE.UU. e ignore cómo vivían sus abuelos.?
Así surgió el proyecto de “Un nieto para un abuelo” que consiste en realizar visitas al Hogar Beit Sión Douer, con la finalidad de generar un compromiso y responsabilidad afectiva por parte de nuestros alumnos para con los abuelos que se encuentran en el hogar y carecen de familia, o simplemente están lejos y por eso no tienen quien los visite.
Sabemos que los contenidos curriculares pueden ser complementados con educación que haga hincapié en valores tanto morales como afectivos, y a través de la acción nos propusimos llevarlos a cabo.
Estamos convencidos de que la educación ciudadana necesita de la formación de buenas personas instruidas en el cumplimiento de mitzvot y formadas en asumir la responsabilidad por el otro.
Cuando nuestros chicos se “enfrentaron” a su pasado luego de traspasar la puerta del hogar, inmediatamente se reveló su costado más humano y la interacción entre ambas generaciones surgió de una manera tan espontánea como si hubiera venido trabajándose desde mucho tiempo atrás.
Otra de las sorpresas ocurrió cuando la directora del hogar, Silvia Babor, les dijo en la reunión posterior a nuestros representantes, que los abuelos además de alegrarse y pasar un día distinto, en el cual la rutina dejó lugar a un día diferente, ellos habían colaborado con los abuelos, ya que lograron agilizar la memoria mediante los juegos y actividades que realizaron; podría decirse que por un instante los chicos pasaron de alumnos a maestros.
Esta postura de liderazgo, poco común en chicos de 17 años, se afirmó más todavía cuando todos luego de declarar su entusiasmo quisieron saber cuando volvían, qué más podían hacer para colaborar y cubrir la mayor cantidad de necesidades posibles de sus “nuevos” abuelos.
El proyecto no concluyó con esta visita, sino que recién empieza.
Como está escrito en la Torá , Vaikra 19:32: Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano…….
Lic. Sandra Krawiec (x)
Rectora
(x)Agradezco al Periodista Sr.Norberto Fryszberg por su colaboración.
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