El kibutz, modelo de trabajo en conjunto, de hermandad, de las comidas en el restaurante comunal, ya no más.
La situación económica mejora pero la ideología del trabajo en conjunto se debilitó. Aunque el nivel de lealtad entre los compañeros (javerim) no es muy elevado, el sueldo no siempre es justo, y en la cena del Shabat en el restaurante comunal cada vez participan menos gente, son muy pocos los que piensan en abandonar el kibutz. Estas conclusiones fueron obtenidas por una investigación realizada por el Instituto de Investigación del Kibutz de la Universidad de Haifa, para la cual fueron entrevistados numerosos miembros de kibutzim. En la encuesta tomaron parte 1157 miembros de kibutzim cooperativistas y diferenciales (privatizados).
La situación económica es buena - el sueldo no es justo
Un 44% de los miembros del kibutz tiene la sensación que la situación económica del kibutz es buena, un 22% piensan que dicha situación está lejos de ser buena y un 33% expresaron que la situación económica es regular.
El número de miembros que trabajan todavía en el kibutz se encuentra en disminución. Por el contrario la cantidad de miembros que prefieren trabajar fuera del kibutz aumentó. Si bien, en la encuesta realizada en el año 2002, un 66% de sus miembros trabajaba dentro del kibutz, en el año 2007 solamente lo hacen un 57%. Solamente un 43% está contento con su sueldo. De acuerdo a la investigadora muchos de sus miembros que pusieron todas sus energías en los distintos trabajos en el kibutz, descubrieron para su sorpresa, que todos aquellos trabajos que se realizaban, en la actualidad el grado de importancia es fijado por la nueva economía del mercado y no por las necesidades del kibutz que en determinadas épocas habían ocupado un primer lugar.
¿El kibutz se va a ocupar de mis necesidades?
A pesar que el kibutz enlazaba su bandera de igualdad, un 45% expresaron que no necesariamente existe igualdad entre sus miembros, comparado con un 14% que sostiene que la igualdad todavía se hace sentir en el sistema kibutziano.
Sobre la toma de decisiones conjuntas, los hechos cambiaron en este aspecto: Un 36% siente, de alguna manera, que toma parte en las decisiones internas, no así un 40% que ve que la democracia interna en el kibutz se halla cada vez más lejos de su alcance.
Desde el punto de vista social, un 31% expresa su descontento; un15% siente una mejora, por el contrario un 26% siente un empeoramiento. Por lo tanto no es una sorpresa que un 41% confía altamente en sus miembros, contrariamente a un 42% que su escala de confianza es mediana y un 17% es baja.
¿Cuál es la situación con respecto a la confianza que sus miembros tienen en la Institución, es decir en el kibutz? Un 34% piensa que el kibutz los va a proteger en el momento de apuro, tanto económico, físico o psicológico. Un 31% no cree que el kibutz saldrá en su ayuda, Solamente un 45% tiene la convicción que el kibutz los va a proteger al llegar a la tercera edad contrariamente a un 26% que no cree que el kibutz vendrá a socorrerlo en ese entonces. Un 23% siente que su seguridad personal en el futuro, dentro del marco del kibutz, está mejorando, contrariamente a un 25% que experimenta un desmejoramiento en este aspecto.
El cuidado de la salud y la educación de sus miembros. ¿Donde se recibe un mejor servicio en El Kibutz o la ciudad?
Un 80% de sus miembros siente que el kibutz les ofrece más y mejores servicios en estos campos que el mismo Estado en el marco de los remedios y el cuidado médico. Un 83% recibe, según lo expresado, una educación mejor en el kibutz que los ciudadanos en la ciudad. Quizá debido a ello un 67% contestó que están contentos con la vida en el kibutz en forma general contrariamente un 11% que no está conforme.
Nuestra vida en el kibutz
Los miembros de los kibutzim, en el año 2010, no se impresionan, por lo visto, de las ideas socialistas bajo las cuales los kibutzim fueron creados. Un 56% respondió que llevar a la práctica la idea de “cada uno trabaja de acuerdo a sus posibilidades y recibe de acuerdo a sus necesidades” dañará al kibutz; por otra parte un 25% están de acuerdo que esta idea llevada a la práctica puede ser útil.
Los miembros del kibutz desean elevar su estándar de vida: Un 79% soporta la idea de ampliar su vivienda con dinero propio contrariamente a un 14% que no la apoya.
Pero, a pesar de lo todo, muy pocos desean abandonar el Kibutz: un 70% lo piensa muy esporádicamente; un 21% lo piensa de vez en cuando y sólo un 9% lo piensa frecuentemente.
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