Terminaron las fiestas, casi dos meses si contamos desde el comienzo de “Selijot” hasta Simjat Torá. Se acerca noviembre, y el tema de las vacaciones ya asoma en la mesa familiar. Y también en las prédicas sabáticas en la sinagoga. El mensaje sería: no echemos por la borda en un mes, lo que hemos cultivado a lo largo del año, durante los cuales nos hemos ocupado de cumplir los preceptos y elevarnos espiritualmente.
Uno de los destinos tradicionalmente elegidos es Punta del Este.
Esta hermosa ciudad balnearia ofrece algunas aristas bastante curiosas. Representa típicamente lo que algunos denominan el “olam hazé”, cuya traducción sería “este mundo”, aludiendo a una propuesta turística fashion por naturaleza: personajes famosos, mujeres, casino, vida nocturna… Básicamente ésta sería la ciudad donde un rabino, siguiendo el criterio de nuestra sagrada Torá, no recomendaría veranear, proponiendo en su lugar alguna localidad en las sierras o cualquier otro sitio donde no haya playas. Sin embargo, el rabino Shem Tov, de Uruguay, decía el pasado verano en la sinagoga de la parada trece y media, que era muy importante continuar veraneando allí y acudiendo a los servicios religiosos, porque la fuerza del rezo lograría mejorar la moral de ese destino turístico. Por otro lado, la sinagoga sefaradí de la parada 1 fue hace poco íntegramente remodelada a nuevo, y a ella acuden destacados donantes de nuestra comunidad… e incluso las donaciones que se reciben cada fin de semana en dicho templo, parecen ser de gran apoyo para instituciones observantes de Buenos Aires.
Así como Punta del Este tiene tres sinagogas, rotisería, almacén y restaurantes casher, también Miramar cuenta con sinagoga y despensa casher durante el verano. Mar de Plata también tiene su lugar de rezo, y no hay que descartar que, en las próximas semanas, aparezcan una o más propuestas de veraneo “all inclusive” durante la primer quincena de febrero, al estilo de las que se organizan para Pésaj o Sucot.
Sin embargo, no son pocos los que prefieren quedarse en Buenos Aires y pasarse unos días en algún country. Aquí la oferta es muy variada, depende cuál sea la prioridad para cada grupo familiar. Para aquellos que desean privacidad, o que por razones religiosas observan que hombres y mujeres tomen su baño en piletas separadas, deben buscar alguna propiedad con terreno y pileta protegidos de la vista de terceros, o bien ir alguna quinta como “Sede Aviv”. Muy cerquita, en el Círculo Social Hebreo Argentino, hay un comedor casher, sinagoga, pero la pileta es de uso común -a pesar que concurren allí varias familias observantes. Al respecto, es curioso recordar que el año pasado, no pocas situaciones se plantearon entre judíos observantes y no observantes, en referencia a la libertad y comodidad de los primeros en celebrar los servicios religiosos de Shabat. A tal punto que un country prohibieron realizar servicios religiosos dentro de las casas particulares…
Sean cuales fueren los planes para el próximo período estival, hay que recordar que el Creador del Universo, nunca se toma vacaciones.
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