Tal como es de público conocimiento, se habla que el Comisario Retirado de la Policía Federal Argentina, señor Jorge Palacios, llamado Fino, será el primer Jefe de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
Leyendo el comentario editorial del diario La Nación del 10-07, se advierte que el mencionado policía había sido condecorado o recibido felicitaciones o distinciones por parte de la DAIA en el año 2001, como por la Embajada de Israel en el 2004.
Ahora nos enteramos, según trascendidos o imputaciones, que el señor Palacios supuestamente habría obstruido o desviado a atención en la investigación del atentado de la AMIA ,luego de haber transcurrido 15 años del atentado.
Ante ello me pregunto o me cuesta creer que en nuestra comunidad no existe la necesaria seriedad para investigar si ello fue o no como se habla, y que pasamos asombrosamente del amor al odio de la nocha a la mañana.
Ello me recuerda lo ocurrido, durante el gobierno de la Alianza, con su ministro de Relaciones Exteriores Rodríguez Giavarini, cuando se descubrió una placa recordatoria en homenaje a diplomáticos argentinos, que supuestamente han salvado judíos, figurando entre ellos la figura de Luis Irigoyen. En este caso fueron necesarios tres años para que un periodista de la talla de Uki Goñi, nos desengañara, y el supuesto hombre probo fue borrado de la placa recordatoria durante la gestión de Rafael Bielsa como ministro de Relaciones Exteriores.
Este es otro papelón que llevan a cabo nuestras autoridades comunitarias, ya que de ser cierto lo de Palacios, lo llamativo resulte que toda presunta novedad acerca de la masacre de AMIA tenga lugar cada vez que se acerca la fecha de recuerdo de esta barbarie. Y si fueran ciertas las imputaciones que se le hacen a Palacios debería ser procesado y no simplemente imputado, lo que no lo deshabilita para el ejercicio de un cargo o una función. Distinto fue el caso del comisario Castañeda, que fue procesado y condendado.
En el caso de Palacios,estimo que por parte de las entidades que agrupan a los famililares de las victimas del atentado, existe una animosidad hacia la figura de Macri, y no un sólido fundamento legal como para llegar a semejantes conclusiones. Se embaderan con corrientes políticas que las más de las veces expresan odio antijudío. Sino no se explica el silencio de las entidades ante manifestaciones de Bonafini,Luis D Elia, Pedro Brieger,Persico, Altamira, Vilma Ripoll, entre otros ejemplares de la judeofobia.
Por último se exhorta a laas entidades comunitarias que para una investigación no basta con meras suposiciones, que en 15 años lo debieron haber logrado, ya que los mencionados funcionarios no viven en Iran o Siria, sino en Argentina, tiempo más que generoso, para haber llegado a conclusiones ajenas a la historia oficial que han tejido diversos gobiernos nacionales,desde Menem a la fecha.
Jaime Rosemberg
Cap. Fed.
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