Señores directores :
Fui invitada a una de las entrevistas que conduce Maximiliano Borches, en el café literario de AMIA. En esa oportunidad comenté que me alegraba de crear vínculos con nuevos integrantes de nuestra Mutual pero expresé mi consternación al haberme enterado de que el arquitecto y escritor Ricardo Feierstein ya no formaba parte de la casa. Una personalidad respetada a nivel nacional e internacional, por su obra, sus premios y que nos enaltece con sus conocimientos y su comportamiento ético no puede haber sido desplazado de su cargo entre gallos y medianoche. He escuchado una insólita versión sobre la edad jubilatoria, que no puedo creer haya sido utilizada como excusa para prescindir del fundador y director durante 20 años del mayor emprendimiento editorial de la historia comunitaria. Quiero entender que fue solamente un error administrativo. Desde hace tiempo los judíos estamos en el ojo de la tormenta, por lo tanto, antes de hacer pública mi carta en todos los medios, prefiero elevar mi protesta dentro del periodismo comunitario. Deberíamos ser un ejemplo de solidaridad y no agitar aguas turbias. Desconozco los hilos que se mueven detrás de cualquier medida arbitraria. Apuesto a que la razón y la justicia prevalecerán y Ricardo Feierstein, que ha dado pruebas de una laboriosidad inteligente durante años, continuará en AMIA, trabajando junto a personas que, como a él, les importa que nos sigan considerando “el pueblo del libro”. Exitosos y prestigiosos Congresos Internacionales en la capital y en otros sitios de Argentina y el extranjero han dado prueba del esfuerzo realizado. Feierstein, autor, entre otros, de la famosa “Historia de los judíos argentinos”, que recibiera elogios de la crítica, ha formado y forma parte desinteresadamente- como otros colegas entre los que me incluyo- del jurado en los ya clásicos concursos literarios de AMIA. Mi apoyo a la institución, como socia y participante en distintas actividades, es entusiasta. Espero poder continuar colaborando. También espero no tener que hacer mi apelación fuera del ámbito comunitario.
Los saluda con un afectuoso shalom
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