En su viaje alrededor del mundo, Roei Saban, de paso por Argentina visitando la escuela ORT- Yatay , dialogó con Comunidades acerca de su fascinante trayecto: pedalear 60 mil kilómetros a través de los continentes.
El 29-7-07, Roei Saban se subió a su bicicleta en Prudhoe Bay, Alaska, para emprender una de las travesías más impresionantes: recorrer el mundo pedaleando.
Hace algunos días, el joven de 27 años nacido en Israel, llegó a la Argentina para culminar con la primera etapa de su viaje que consistía en recorrer todo el continente americano, desde su inicio en Alaska hasta Tierra del Fuego. En su paso por nuestro país, Roei nos contó sus sueños, su ilusión para este camino alrededor de todo el planeta, las rutas y países que quedaron atrás y las largas jornadas en dos ruedas que le restan por andar.
- ¿Cuándo comenzaste a pensar en realizar esta travesía?
La idea de realizar este viaje alrededor de todo el mundo y sólo en bicicleta surgió hace tres años. En ese entonces escalé el Himalaya (la cordillera más alta del mundo que se encuentra en Asia ), y ahí fue cuando quise realizar una aventura aún mayor de la que pensaba.
- ¿Y porqué tu idea es hacer todo el recorrido en bicicleta?
Porque con la bicicleta te sentís una parte del camino. Además, para mi es la mejor manera para ver el mundo: no es muy rápido, ni muy lento. No hay ruidos, solo vos y la carretera.
- ¿Cuál fue tu primer viaje?
Mi primer gran aventura fue hace ya 5 años luego de terminar el ejercito. Fui desde el Monte Hermón, en el norte de Israel ,hasta Eilat. Crucé Israel a pie. Para mi fue muy importante poder conocer mi país, para luego poder ver otros lugares.
En esa aventura en Israel supe cuál era mi camino en la vida y por eso estoy tras él después de hacer 30 mil kilómetros en mi bicicleta yendo ahora hacia África.
- ¿Cómo es este viaje?
Son 60 mil kilómetros en todos los continentes, excepto en la Antártida, solamente con mi bicicleta.
- ¿Cuál es tu motivación para realizar una aventura de semejante magnitud?
Las cosas que me mueven para hacer este viaje, principalmente, son las grandes personas que te encontrás en el camino que transitás por los diferentes países y lugares por los que pasas. Me encanta ver el mundo con mis propios ojos, y poder conocer más acerca de mí mismo. Sueño todos los días con los ojos abiertos.
Además de la experiencia de viajar y conocer todo el mundo arriba de su bicicleta, el viaje tiene un objetivo paralelo, lejos del goce personal sino todo lo contrario, poder ayudar y ser solidario. Por eso es que gracias a los patrocinadores que auspician al deportista, Roei Saban asiste económicamente a las clases más bajas en Israel, para que de esa manera se puedan realizar proyectos de acceso a la educación.
De todas maneras, viajar y ver el mundo con sus propios ojos, como él nos lo recalca, es algo inexplicable, pero no todo es color de rosas. En su primera etapa, en la cual recorrió todo el continente americano, tuvo diversos problemas que debió afrontar para poder seguir con el itinerario estipulado: un asalto, un accidente y un choque son algunos de los momentos difíciles que el ciclista tiene que atravesar.
- ¿qué fue lo que sucedió?
En el desierto en el sur de Perú se me rompió una llanta de la bicicleta y tuve que hacer 1000 kilómetros para poder pasar a Bolivia y allí ir hasta La Paz para que me puedan arreglar la llanta. Luego, tuve que hacer nuevamente esos 1000 kilómetros en colectivo para volver al lugar donde había roto la llanta y empezar desde ahí nuevamente a andar. En Bolivia, fui golpeado en la cabeza por un auto .Tuve la suerte de llevar puesto el casco.
- ¿Qué otras cosas te pasaron en el viaje?
Otro inconveniente que tuve fue cuando estuve en México que me robaron todas mis pertenencias. Pero por suerte no mi bicicleta. Creí que me iban a matar.
- De todas maneras, a pesar de estas cosas malas, la mayoría son buenas.
Conocer tanta gente buena y poder ver el mundo con tus ojos es increíble. Algo muy lindo que me pasó ,y que ya es una anécdota de viaje, es que cuando estuve en México nadé con las ballenas.
En los 60 mil kilómetros que Roei Saban tiene que atravesar para lograr su objetivo pasan noches, lluvias y otros tantos imponderables. Por eso, el ciclista nos contó cómo hace en las diferentes situaciones.
-¿Dónde dormís cuando estás viajando ?
Habitualmente duermo en una carpa. Sin embargo, cuando estoy en alguna gran ciudad, lo que hago es dormir en un hotel barato o un hostel. En el camino voy aprendiendo cómo es la próxima parte del viaje. De esa manera, hago la tarea antes de ir a lo desconocido.
- ¿Qué hacés cuando llueve?
Busco un lugar en el que me pueda refugiar y espero que la tormenta pare o que se calme un poco.
- ¿Cómo te sentís a la hora de emprender un viaje?
Me siento excitado y feliz por empezar un nuevo sueño. Empecé a andar a las cuatro de la mañana en Alaska, que en esa época del año y a esa hora ya hay luz. Anduve 140 kilómetros el primer día y también en una de las carreteras más difíciles de América.
El primer gran tramo de Roei finalizó hace algunos días cuando, tras llegar hasta Tierra del Fuego, abordó un avión que lo dejará en el sur de África y desde allí seguir pedaleando en busca de su objetivo.
- ¿Cuál es el trayecto que estás a punto de comenzar?
El próximo objetivo es África que está esperándome. Voy a ir desde Sudáfrica hasta Etiopía. Np voy a ir a países árabes.
Roei no conoce límites y que parece que nada le es imposible. Antes de despedirnos, ya que los tiempos son cortos y el viaje es muy largo, nos contó algo muy importante que muestra el un poco más su personalidad y su forma de afrontar el viaje: “Mi apodo es Emuná, que significa fe en hebreo, y arriba de la bicicleta pedaleo por cumplir mi sueño”.
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