En los últimos años, ha aumentado en muchos países, en forma alarmante el alcoholismo y la drogadicción en la niñez y adolescencia. En lo que se refiere a Estados Unidos, Europa y a algunos países latinoamericanos son cada vez mayores los porcentajes de niños y adolescentes que sufren este tipo de patologías. También podemos observar que su edad de inicio es cada vez más temprana y que se presenta no sólo en adolescentes sino que en muchas ocasiones ya se inician a los ocho o nueve años de edad.
Al observar estos pacientes se produce un fuerte impacto emocional pues muchas veces estamos, en presencia de niños y jóvenes de ambos sexos, hermosos e inteligentes, que están destruyendo su presente y un futuro promisorio. Al mismo tiempo con su patología llevan a la destrucción de sus familias.
Inevitablemente surgen una serie de preguntas: ¿Qué es lo que lleva a estos niños y adolescentes a su autodestrucción? ¿Las familias a que pertenecen son determinantes en la etiología de estas enfermedades, o sólo sufren sus consecuencias? La sociedad que los cobija, ¿Influye en el impresionante aumento de las cifras de alcoholismo y drogadicción infanto-juvenil? ¿Qué están haciendo las familias, la escuela y la, sociedad para prevenir este fenómeno? ¿Qué respuesta tienen estas, instituciones frente a las necesidades de tratamiento de estos niños y jóvenes? En relación a este artículo ¿Qué tiene que ver el judaísmo con todo esto?
Mi experiencia sobre el tema es amplia. Como médico psiquiatra, terapeuta de adultos y jóvenes, especializado en problemas infanto-juveniles, de pareja y de familia, he tenido la oportunidad de planificar y dirigir trabajos de investigación sobre diversas temáticas relacionadas con mi especialidad, que han abarcado el estudio de una gran cantidad de niños, de adolescentes y de sus familias.
Además de dirigir el gabinete psicopedagógico de diversas escuelas, he hecho escuelas para padres en colegios judíos y no judíos donde se han analizado en forma cabal los diversos problemas que aquejan a niños y adolescentes. Allí se estudió la compleja relación entre los padres y sus hijos. El cada vez más numeroso público que asiste a estas actividades demuestra la enorme necesidad de los padres de comprender a sus hijos y de saber como guiarlos.
En relación a las preguntas anteriormente planteadas, para ser contestadas cabalmente, se necesitarían una serie de conferencias o varios artículos. Por lo tanto trataremos en base al espacio que tenemos de referimos sólo a los puntos más fundamentales.
Es interesante hacer notar que entre los judíos ortodoxos no se presentan este tipo de patologías, o si lo hacen, es en su mínima expresión. Más aún en Israel existen instituciones judías religiosas ortodoxas que tienen gran éxito en la readaptación de niños y adolescentes alcohólicos y drogadictos de la sociedad en general. Tienen éxito donde otros fracasan.
Por otra parte en los colegios judíos se observan cifras menores de niños y adolescentes con estas patologías que en colegios no judíos.
Muchos, variados y complejos son los factores que intervienen en la producción de estas patologías. Además cada caso es un mundo y en cada uno de ellos están presentes diversos factores, que se interrelacionan entre sí de distintas formas y maneras y con dinámicas diferentes.
Cada caso debe ser estudiado seriamente, diagnosticado y tratado en forma oportuna.
La familia desempeña un rol fundamental en la etiología del alcoholismo y de drogadicción infanto-juvenil. En diversas oportunidades, niños y adolescentes que sufren este tipo de patologías provienen de hogares con graves problemas familiares, como los que se presentan en matrimonios separados o mal avenidos. También se observan este tipo de casos en hogares bien avenidos pero con padres abandónicos.
Es muy infrecuente encontrar esta problemática en hijos de matrimonios bien avenidos, con buenas relaciones entre padres e hijos.
En la génesis de estas patologías intervienen, en forma importante, los problemas en las relaciones matrimoniales y los que se presentan entre padres e hijos. Una fluida comunicación entre éstos desde la más temprana infancia, la confianza de los hijos hacia los padres, los matrimonios bien avenidos e interrelaciones familiares armónicas y estables son, entre otros, los factores más importantes que intervienen en una buena prevención del alcoholismo y la drogadicción de niños y adolescentes.
En el judaísmo están establecidos desde hace miles de años, en forma seria, inteligente, científica y humana las bases para una dinámica familiar armónica. Estas consisten en relaciones matrimoniales que tienen como pilares el amor, la comunicación, el respeto, la tolerancia, el saber ceder y negociar y en relaciones padres e hijos fundadas en el respeto y una comunicación fluida.
El judaísmo estudia en forma detallada y minuciosa todos estos aspectos y establece diversas normas y preceptos basados en una gran psicología y en una concepción de un real y genuino humanismo que posibilita el verdadero afecto y comprensión entre los cónyuges y el amor y la comunicación entre padres e hijos.
Como demostración de estas aseveraciones podemos observar al estudiar el judaísmo, la Torá, el Talmud, Maimónides y los grandes sabios judíos que ellos enfocan magistralmente, entre otros muchos aspectos, el muy difícil equilibrio entre la puesta de límites por parte de los padres (que también es demostración de cariño) y una conducta afectuosa y permisiva.
El buen manejo de la puesta de límites por parte de los padres desde la más temprana infancia hasta la adolescencia es fundamental para lograr el autocontrol que es sumamente difícil de alcanzar y que incide como un importante factor en la prevención del alcoholismo y drogadicción infanto-juvenil.
Por otra parte, es notoria la influencia de los pares sobre los niños y adolescentes. Cuando esta es negativa es sumamente perjudicial. Los niños insertos en familias en la que hay una buena dinámica familiar y una fluida comunicación entre padres e hijos tienen muchas más defensas frente a estas influencias.
En las escuelas para padres no judías manejamos, desde el punto de vista psicológico los temas de celos, miedos, angustias, fobias, depresiones, falta de concentración y puesta de límites en la infancia y adolescencia entre otros muchos aspectos de las relaciones entre padres e hijos. Pero en las escuelas para padres judías enseñamos el judaísmo como base sobre la cual se fundamenta la psicología para el manejo de los aspectos mencionados.
Cuando los padres no saben nada, de judaísmo se les enseñan las fuentes judaicas en relación a dichos temas. Con esto se logra paralelamente un acercamiento de los padres al judaísmo.
Al mismo tiempo se trabaja con la escuela a la que concurran los niños con el objeto de que los maestros profundicen los conocimientos de judaísmo y psicología relacionados con la formación y educación de los niños.
Trabajando en conjunto la familia y la escuela, se obtienen muy buenos resultados en la formación de niños y adolescentes emocionalmente equilibrados con buena salud mental y con mayor inmunidad a la influencia de sus pares no adecuados, que es la mejor prevención contra el alcoholismo y la drogadicción.
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