En mi calidad de mèdico, y en especial dado que atiendo gran cantidad de pacientes de la tercera edad, es que uno se encuentra mas en contacto con falencias y deficiencias de muchos sistemas y redes.En este caso particular, en la Comunidad Judìa.El que esto escribe, puede resaltar con mucha pena y en forma frecuente un gran dèficit para la ayuda de personas mayores sin familia y/o con familia ausente.
Obviamente se trata de un tòpico complejo, y si bien existen Instituciones y personas dedicadas a esta clase de ayuda social, uno percibe que este sistema Comunitario no se encuentra para nada integrado y organizado.Diversos grupos hacen mas de lo mismo, mientras que otros aspectos de la ayuda y apoyo a gente vulnerable quedan completamente ausentes y
sin que nadie se ocupe del tema.
En lo personal, y a modo de ejemplo, nos toco vivir a este lector y a su señora esposa, el asistir
a una persona careciente, que siendo operdo de urgencia en el Hospital Rivadavia, estuvo solo
durante una semana atado en una sala de dicho Hopsital capitalino sin que nadie se
acercara para preguntar si se podìa hacer algo o poder colaborar.Grande fuè la alegrìa de las enfermeras y mèdicos del Rivadavia(el Hospital donde fuì mèdico residente), al apreciar que personas se acercaban para ayudar a Israel Z"L en ese trance tan duro y doloroso.Un hombre que vivìa solo en la habitaciòn de un hotel del barrio de once.Tenìa familia, pero algunos no podìan y otros no querìan colaborar y acercarse para prestar su colaboraciòn.
Tambièn en aquella ocasiòn nuestra Instituciòn madre informada sobre el hecho no respondiò ante la urgencia del caso.Tampoco una Insituciòn religiosa que se promociona como que "presta
ayuda a enfermos o personas en situaciones crìticas".Estando ambas informadas del caso y reitero de la urgencia.
Recuerdo haber pensado o reflexionado, que bueno serìa haber contado con la posibilidad de tener una cama en un Hospital Israelita de la Comunidad, donde se lo pudiera continuar asistiendo no solo mèdica, sino y tambièn brindarle cobertura espiritual y religiosa y social, todo esto desde un àmbito judaico y mas propicio.
De todas formas agradezco de corazòn el esfuerzo de los galenos del Hospital Rivadavia, a los cirujanos y mèdicos de la Terapia Intensiva que hicieron lo imposible por salvarlo.
En honor a esa extraña virtud que es la sìntesis, y para terminar, solo deseo manifestar que desde lo comunitario, mi celular solo empezò a sonar cuando se enteraron de su fallecimiento y a los fines de acordar su entierro y el necesario certificado de defunciòn.
Mi carta no intenta ir contra nadie, solo mejorar a futuro.Por ello he optado siempre por la fòrmula de decir el pecado y no el pecador.Y una reflexiòn final: ante esta falta de red, de esta red Comunitaria que esta rota o que en muchos casos no funciona, siempre emerge en mi mente la pregunta: si nuestras Instituciones y las personas que las conforman se encuentran imbuìdas del espìritu primigenio que movilizò a nuestros padres y abuelos que vinieron pobres de toda pobreza, escapando en el caso de los judìos Europeos de un antisemi
-tismo y una muerte segura a fundar y construir ladrillo tras ladrillo una red material y humana
sustentada en uno de los mas preciados valores judaicos que es la solidaridad con el pròjimo?.
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