“Quedate tranquilo. Acá vienen muchas familias observantes; incluso en el country de enfrente, en El Sosiego, arman un Minián en Shabat. Tenemos una salida que está muy cerca, así que tampoco vas a tener que caminar tanto, sólo cruzando la calle ya estás”. Estos eran -palabras más, palabras menos- los argumentos que empleó el vendedor que quería convencerme para alquilar una casa en el country Venado I algunos meses atrás.
Sin embargo, la realidad de los judíos que quieren cumplir con los preceptos allí es bien distinta. Se presentó una carta ante la Comisión Directiva de dicho country solicitando que en Shabat permitieran salir por la puerta más cercana al lugar donde se reza en el country vecino, ya que actualmente estaría permitido entrar y salir sólo a través de la entrada principal. Incluso solicitaron que el permiso se limitara aunque sea al día viernes a la noche, en razón que la iluminación de la calle adyacente es muy poca y por ende la caminata por el perímetro del predio en la oscuridad resulta peligrosa, más aún con niños pequeños. La respuesta de las autoridades fue negativa, argumentando que si les dan permiso a ellos, otros podrían creerse con derecho a utilizar la misma salida lateral. Esta respuesta causó profunda indignación entre los interesados, más aún porque sostienen que esa salida es utilizada por algunos deportistas… Actualmente los damnificados se abocaron a juntar firmas para intentar revertir la decisión. Cabe mencionar que la población de dicho country es mayoritariamente judía, así como quienes componen su órgano de administración.
Sin ánimo de inmiscuirme en cuestiones internas de la entidad, los acontecimientos me remiten y recuerdan lo expresado en la conversación que tuve con el Rabino Singer semanas atrás, quien me contó que al presentarse ante las autoridades rusas para solicitar la libertad de la práctica del culto para los judíos que viven en aquel país, éstas le respondieron: “Si ustedes en otros países tienen toda la libertad para practicar la religión y no lo hacen, ¿por qué vienen a plantearnos sus exigencias a nosotros?”
Si nos enfurecemos cuando personajes como D’Elia o Cafiero adoptan posturas antisemitas, habrá que preguntarse por qué asumimos actitudes que repercuten en nuestro propio perjuicio entre los propios judíos.
Estamos en la semana de Shavuot, momento en que más unidos debemos estar, más elevados espiritualmente para recibir el yugo de la Torá. Cuentan nuestros sabios que los hijos de Israel estaban preparados para recibir la Torá “como un solo corazón, como un solo cuerpo”, y por ello nuestras sagradas escrituras dicen que Israel “acampó” el Primero de Siván frente al monte Sinaí, en primera persona. Sin embargo, cuando cuenta que Egipto salió a perseguir a los hebreos, también lo hace en primera persona. Dicen aquí nuestros sabios que los egipcios estaban unidos “como un solo cuerpo, un solo corazón”. ¿Dónde está la diferencia? ¿O acaso el orden de los factores no altera el producto?
Los judíos, como los hermanos, podemos ser diferentes, e incluso pensar diferente: de hecho siempre se dice que donde hay dos judíos hay tres opiniones; no obstante, no dejamos de ser hermanos, de estar unidos espiritualmente uno con el otro. Por ello estuvimos como un solo corazón, y luego como un solo cuerpo.
¿Qué pasaba con los egipcios? Ellos estaban desunidos, cada uno con su propia y distinta creencia, pero cuando llegó el momento se unieron frente al enemigo común.
Es importante, en consecuencia, que pensemos si queremos ser como nuestros antepasados, o seguir el modelo de los conducidos por el faraón. Podemos demostrarnos que estamos unidos en torno de nuestra Torá, respetando el nivel de cumplimento de cada cual, o somos como varios pueblos en uno, donde sólo nos sensibilizamos cuando nos agreden de afuera.
Algunos rabinos se oponen por lo bajo a que los judíos observantes de Torá y mitzvot acudan a estos emprendimientos, seguramente apoyándose en la razón que un medio ambiente no propicio puede producir un relajamiento en su vida judía. Algo similar a la época de vacaciones, cuando recomiendan especialmente no descuidar ningún aspecto de nuestras vivencias. ¿Será posible que los obstáculos aparezcan cuando sucede justamente lo contrario, es decir cuando sí quieren cumplir con los preceptos?
Que este Shavuot nos encuentre más unidos que nunca en el camino de nuestra Torá. Jag Saméaj.
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