"Acepten el plan de paz" "Israel debe entender que la paz exige ante todo el fin de la violencia, la opresión y la continuada humillación del pueblo palestino", dice la corona Saudita.
Los judíos hemos venerado la palabra SHALOM durante décadas. Hemos ello de ella un símbolo y una meta que debíamos alcanzar. Le hemos rendido culto y compuesto mil canciones. Con el tiempo esa meta se fue convirtiendo en utopía pero nunca renunciamos a esa bandera sin la cual no hubiésemos tenido la legitimidad de defendernos o atacar (en busca de la paz). Que ha pasado que no pudimos manejar, para que la corona saudita pueda apropiarse de nuestro mensaje y convicción permanente? Resulta ahora que Israel y los judíos son los violentos y el pueblo palestino es una pobre victima de nuestras acciones. Lo peor, es que dejamos que este cuento siga su curso como si fuera cierto… miente, miente que algo quedara. Cualquier lector no judío en el mundo leerá una y otra vez en los medios internacionales o de sus países que Arabia Saudita nos impone abandonar la violencia. Ya no hablamos sobre quien fue primero, ¿el huevo o la gallina? Ni siquiera defendemos si hubo vida judía por estos lares en tiempos anteriores a la llegada de las mezquitas. Estamos dejando que un cuentito nuevo se convierta en realidad por el solo hecho de no responder con palabras claras, con gestos políticos claros.
Una respuesta mínima debería ser: Israel no es violento, se defiende del terrorismo, de grupos u organizaciones que bajo la tutela de los gobiernos de sus países, la distracción de la U.N. y el silencio de la comunidad internacional desean hacerlo desaparecer. Debemos decirles ya mismo que no vamos a entregar un centímetro mas de territorio como no lo han hecho las naciones que hoy se llaman pacificas sin que haya absolutas garantías en todos los sentidos, referente a nuestra existencia, referente a nuestra seguridad, referente a nuestro futuro. No vamos a dialogar con terroristas o con personas que simultáneamente dicen que van a matarnos a todos. Si hay algún cambio de actitud de estas organizaciones, esperaremos algunos años a que eso se convierta en cierto y allí podremos negociar. No vamos a negociar con personas que nos mienten para obtener beneficios. No crean que cambie de parecer o que no soy coherente. Amo la paz, quiero la paz para Israel, para los palestinos un sitio y paz, para los árabes paz, es mi objetivo y me gustaría verlo hecho realidad. Justamente por ello no quiero engañarme, no quiero que nos engañen más, no quiero que por esa rara habilidad de decir que harán lo que ya saben que no van a hacer, se cambien los roles, convirtiéndonos en los malos de la película cuando somos los permanentes agredidos. Quizás este sea el momento más fácil de lograr una paz provisoria en forma rápida, pero como todas las cosas que se hacen a las apuradas y por urgencias políticas de casi todos los actores, es un fracaso seguro en poco tiempo. Tendremos luego que afrontar muchas guerras, mucha violencia, muchas agresiones y estaremos débiles para nuestra defensa. Si decimos la verdad, si marcamos nuestra posición frente a la violencia y frente a la paz, si ponemos en claro que concesiones estamos dispuestos a dar y a cambio de que lo haríamos, en que tiempo podemos implementarlo una vez que comprobemos por un periodo razonable una nueva actitud del enemigo, vamos a estar mas cerca de una paz verdadera. Esa paz es la que quiero y no un espejismo.
Bernardo Ptasevich
KATZRIN,
ISRAEL.
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