¨Quién no conoce nada, no ama nada. Quién no puede hacer nada, no comprende nada. Quién nada comprende nada vale. Pero quién comprende también ama, observa.. Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor. Quién cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas, nada sabe acerca de las uvas.¨.
(Teofrasto bombasto Von Hohenheim)Paracelso. 1493-1541
Ana contemplaba a través del ventanal el esplendor de ese árbol cargado de frutos. Un grueso tronco amarronado se extendía hacia el cielo, inclinándose un poco a la izquierda brotando de él inmensas ramas con ramificaciones . Y de ellas... verdes gajos incipientes, brotes a punto de emerger, hojas enervadas enormes, frutos vistosos y redondeados. La conmovía ese inmenso árbol, tan imponente, tan cargado de elementos.
Escondido en él había mariposas y nidos. Sonidos de gorjeos y trinos se filtraban de su tronco. Y de todo él, la plenitud de la vida se plasmaba
Repleto de frutos, de aromas y a la vez... cada producción única en si misma. Cada fruto absorbiendo savia, agua, nutrientes de su matriz y la vez diferenciado. No todo podía prever ese árbol, aún cuando amara a cada uno de sus frutos de igual manera. Cada fruto, como cada uno de sus hijos , se desplegaba por sí mismo. Cada uno de sus hijos tenía su propia semilla.
¿Cómo puede el árbol dictaminar o dirigir la rama hacia el sol para que ese fruto el más débil tome el calor del astro?. ¿Como mecer adecuadamente las hojas, para darle sombra al nieto-semilla que más necesita?. ¿Tiene derecho el árbol a supervisar al fruto para que saborize aún más su pulpa? ¿ Es el árbol el encargado de brindar color al fruto? Cada fruto con su singularidad . Independientemente del árbol que le dio origen. Algunos con más sabor que los otros. Algunos contaminados con injertos enfermizos. Otros ya caídos del árbol generando su árbol propio. Los árboles, las personas... no elegimos donde y como naceremos, damos lo mejor de nosotros para que nazcan brotes, injertos, semillas, hojas, plantas parásitas, ramas, frutos... Y a la vez cada uno de nuestros miembros tiene vida por sí mismo... ¿Cuál es nuestro derecho de dictaminar el destino del fruto? Pregunta Ana, sintiéndose ella misma ese tronco grueso y amarronado, al eco del paisaje pintado detrás de su ventanal.
CORAJE Y COHERENCIA
¨¿En qué te puedo ayudar?¨- le pregunté a mi nuera- porque mi nieta tenía fiebre. Ella no me contestó. Como suele hacerlo, no sé porque, piensa que quiero entrometerme en sus cosas. Cuando ¨sus cosas¨, es nuestra familia. Y todos somos parte del todo. Y si no nos ayudamos mutuamente acompañándonos en lo que nos pasa ¿ como aprendemos? ¿ Cómo nos sentimos menos solos? ¿ Cómo encontramos el camino?. Cuenta Gabriela.
¨No me hagas socio de tu ansiedad¨- le dije a mi hijo cuarentón y divorciado - porque me llama por teléfono, me cuenta los problema con su adolescente y después me corta. Me inocula conflictos y después no quiere escucharme ¿ Para qué se comunica conmigo? ¿Dialoga o monologa?. Comenta Simón.
Cerca no encima. ¿Cómo encontrar la distancia óptima con quienes más amamos?. Se preguntan Ana, Gabriela, Simón, vos y yo amigo del alma.. Porque aunque nos duela, aunque nos demos cuenta que están eligiendo el camino erróneo, aunque se equivoquen.. son los padres. Y nosotros... abuelos. Con la experiencia, que es un peine que nos han reglado cuando nos hemos quedado sin pelo, queremos peinar el cabello de nuestros hijos, de nuestros bellos potros salvajes. !Qué trabajo sutil!..! Qué desafío versátil!.
¨¿ Como no se dan cuenta? ¿Y si no se dan cuenta.. ¿Cuánto y como intervenir?
¿Qué hago ¿ ¿Qué contesto?. ¨Yo haría otra cosa pero, Deby no es mi hija¨. ¿ Cómo no me consultaron?¨...
Interrogantes, reflexiones que aguijonean, ensordecen. Explosiones que encandilan... Y a la vez... nuestros nietos no son pequeños hijos, para hacernos cargo total de su salud, de su educación y esparcimiento. Ser abuelos es más relajado. Padre es responsabilidad las 24 Hs. Ser abuelo, es guiar, supervisar, opinar... Dar nutrientes, agua, savia pero cada fruto tiene forma propia, y decide sobre su semilla...
No vamos a sufrir más que los padres, sufrimos distinto. Son diferentes cualidades de amor. Distintas manifestaciones del bosque. Y es trascendente respetar cada manifestación de la Creación aún cuando nos parezca deforme, incongruente, inteligible. Todo tiene su razón, aunque no la comprendamos. Respeto por la privacidad, por la singular forma del fruto, señalaría un manual de Jardinería Humana.
HASTA AQUÍ LLEGUÉ
Contornease en el borde. En ese limite sutil de acompañar sin invadir, de nutrir sin pudrir, de abrazar sin asfixiar. Decir lo que siento y pienso con amor... sin juzgar.Frente a una situación en particular podemos pensar y sentir infinidad de sensaciones y pensamientos. Esta en nosotros decidir si hacemos algún comentario al respecto. Y en esto, es conveniente ser suficientemente respetuoso en elegir con quién lo compartiremos, cuando y como. El destinatario no necesitaba nuestra opinión, sino la hubiera pedido. Y entonces si no era su momento para escucharnos, si la manera que se lo trasmitimos fue errónea o no era la persona adecuada tiene el derecho de enojarse, ofenderse o no tomar en cuenta nuestra afirmación.Asi como nosotros tenemos la facultad de decir lo que pensamos, el otro puede responder como le sale...
Hay muchas cosas que vemos que no están bien en los vínculos afectivos. Tenemos criterios diferentes con respecto a los principios educativos que los hijos han elegido para ¨nuestros ¨nietos, con el matrimonio que vienen sosteniendo, con la emigración que están decidiendo, con la vida que nuestra hija hace ahora que se divorció, con la agresión que hay en ¨esa ¨casa,. No entendemos como deja que el marido la trate así, como mi nuera abusa de mi hijo, como mi nieto insulta a su hermano, como mi hija eligió esa nueva pareja tan poca cosa para ella...
Asumir que nuestros hijos son adultos y ya no es conveniente hacernos cargo de todo, es un desafío titánico que precisa mucha osadía. Aflojar el control aún con las riendas en la mano, es la estrategia. Hasta Hashem nos da libre albedrío. Y esto también significa que cada uno tendrá ,finalmente ,lo que le corresponda según su conducta. Tarde o temprano, la vida devuelve...
Aprender a convivir con ese costado oscuro, con esos hijos reales y no los ideales que amamantamos, que sostuvimos en sus primeros pasos...es una aventura riesgosa que requiere gran vocación de aprendizaje y madurez.
Aprender a convivir con nuestro frustrado liderazgo, con nuestra soberbia de¨ creer saberlo todo¨, con nuestra finitud...es arte .
Y a la vez... ¿tenemos que estar en todo?. ¿Cuándo dejaremos la batuta, si es otra orquesta la que toca?
A TODO NO PUEDO DECIR QUE SI.
Dirigir , liderar no es lo mismo que decir lo que pensamos, sin que nadie se enoje. Expresar nuestro genuino derecho de compartir miedos, aciertos, logros y frustraciones es ser fiel a uno. Reclamar no es resignarse .
Tenemos derecho a expresar lo que sentimos, a hacer tangible nuestro legitimo punto de vista, sin que nadie en la familia se ofenda. Ofrecemos ayuda, guía, tutoría, los otros deciden si la toman o no. Saben que cuentan con nosotros aunque no los aprobemos. Pero a todo no se puede decir que sí. Ni tampoco ser indiferente. Equidad, respeto, honestidad..
Poner la energía donde corresponde, es el camino. No gastarla en preocupación y ansiedades , porque indudablemente comprometemos la salud, acortamos la vida, nos amputamos. Dar de nosotros, en la justa medida, sin excedernos. Dosificar. El difícil arte del equilibrio .
A medida que nos reconocemos en esta nueva identidad, que des-cubrimos hoy, qué y como somos, nos fortalecemos. Árboles enormes brotando inmensas ramas con ramificaciones. Y de ellas... verdes gajos incipientes, brotes a punto de emerger, hojas enervadas enormes, frutos vistosos y redondeados. Con mariposas y nidos. Con sonidos de gorjeos y trinos Repleto de frutos y a la vez... cada producción única en si misma.. No todo podemos prever, aún cuando amamos a cada uno de nuestros frutos de igual manera. Cada uno de nuestros hijos, se despliega por sí mismo. Cada uno su propia semilla... Cada uno con su propio destino. Troncos gruesos y amarronados somos, vos y yo amigo del alma. Con derechos a decir lo que sentimos sin lastimar, a expresarnos sin juzgar, a nutrir sin pudrir, a guiar sin despotismo. Con muchos elementos y a la vez comprendiendo que cada uno de nuestros miembros, tiene vida por sí mismo. Con su propia verdad. Aunque muchas veces difiera con la nuestra...
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