Cuando Jaguit Bodnkin, de 41 años, estaba en su sexto mes de embarazo, sintió que el feto en su panza se estremecía.Sus allegados le dijeron que sólo era un temor histérico. Tres meses después Jaguit dio a luz en un hospital de Haifa a Elón con un cuadro de severa paralisis cerebral aunque el cuadro que sufre Elón no fue aún totalmente definido. Jaguit sólo sabe que su hijo es 100% discapacitado físico; esta sentado en silla de ruedas, sufre de convulsiones, se alimenta por sonda, no habla pero se comunica con el mundo por medio de comunicación alternativa. Esa fue la puerta abierta a otros logros.
A pesar de su severa discapacidad Elón estudia ya en 5º grado en una escuela común, como otras, y se integra con éxito gracias al esfuerzo, perseverancia, insistencia de su parte, el amor de sus compañeros, alumnos como otros que aprendieron a respetar y recibir al diferente.
Hace pocos meses, Elón (11 años) con sus compañeros de grado subieron al escenario del teatro Jerusalem para recibir el premio a la igualdad.Es la primera vez que lo recibe un niño con capacidades distintas.
"Elón y sus compañeros demuestran que los niños son siempre niños y que los estigmas nacen en la ignorancia",dice la madre.
El premio es una demostración de que los padres actuaron bien al buscar la integración y que no debe haber marginación de chicos con paralisis motora.
Jaguit perdió a su padre en la guerra de Iom Kipur y creció como huerfana hasta los 10.Debido a ello es que seguramente absorvió fuerzas para supervivir con un optimismo inclaudicable.
"Cuando Elón nació así no logramos diagnosticar de que sufría",recuerda la madre. "Los dos primeros años corríamos de hospital en hospital.Era una locura.Cuando una doctora del hospital de Shaarei Tzedek develó que Elón sufría paralisis cerebral recibimos un schok. De inmediato vimos sus ojos. Elón nos miraba y sonreía y yo me preguntaba como podría sonreir",dice Jaguit. "Ante una situación así hay dos posibilidades:derrumbarse o juntar fuerzas.Hicimos lo último.Mi esposo estuvo asociado a todas las decisiones que llevaron a la posible rehabilitación. Hacíamos guardia en la cama de Elón las 24 horas del día. Hubo noches en que creía que mi hijo no llegaría a la mañana".
La familia Bondkin tiene otros tres hijos de 13,6 y 2 años. "Quisimos seguir siendo una familia grande y alegre",dice Jaguit. "Elón esta siempre con nosotros. Fuimos de vacaciones a Eilat y fuimos con una mochila de oxigeno y sus remedios".
Con mucha esperanza entró al jardín de infantes y luego a la primaria. "Lograbamos comunicarnos con él a través de medios alternativos. Le contabamos cuentos, lo hicimos pasear, le cantabamos. Elón ama los libros. Le gusta jugar con la familia y los amigos",dice la mamá.
Los compañeros de grado lo recibieron como es. Lo llevan a jugar con ellos en el recreo; juegan a la mancha con silla de ruedas y hasta lo hicieron participar de una carrera de 40 metros. Estudian en grupo con él; hacen representaciones, pasean,festejan cumpleaños. Lo respetan y estan atentaos a sus necesidades.
Irit Amit, directora de la escuela, no oculta su satisfacción."La integración de Elón es un éxito conmovedor y es consecuencia de buena predisposición, fe,voluntad,sabiduría, voluntad para superar dificultades. A pesar de estas últimas Elón se esfuerza en comunicarse con el exterior. Los chicos de grado lo reciben como un igual. Son tolerantes a su lenta comunicación, a los sonidos que emite y a sus ritmos. Se enojan con él cuando él se enoja y lo abrazan cuando lo ven triste".
Un ejemplo claro de la notable integración se ven el último paseo a Acco. Los compañeros de Elón se enojaron mucho cuando llegaron a un lugar que no había acceso a imposibilitados y buscaron la forma de bajar con él las escaleras.Hasta que no lo vieron abajo no lo abandonaron.
Elón esta acompañado varias horas al día por la educadora Tal Binder ( 20 años). Tal sirviendo en el ejercito tuvo un accidente en la que quedó inmovilizada varios meses. "Llegué a Elón con mucho escepticismo y pensé que su tratamiento me superaba pero su sonrisa pudo conmigo",dice. "Muchas veces lloré por él y otras me emocioné por su integración. Es dificil ver a un chico sufriendo pero ver la sonrisa en un chico así vale todo".
Elón se comunica con los ojos. Cuando quiere decir No, mira a la derecha; cuando quiere decir Si, mira a la izquierda. Luego de un muy duro trabajo Elón armó con sus compañeros una frase maravillosa: "Los discapacitados aquí tienen su lugar".
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