(Reuters).-La cifra supone una mejora relevante respecto a la registrada en 2004, la más baja de los últimos 15 años, cuando se registró la llegada de 21.000 personas, muy lejos de los 61.000 inmigrantes establecidos en territorio israelí en
el año 2000. La Agencia Judía no ha proporcionado, en cambio, información sobre emigración.
Los niveles de inmigración en Israel se han elevado en 2005 por primera vez desde el comienzo de la revuelta palestina hace cinco años, según datos de la Agencia Judía, que estimula el ingreso de nuevos inmigrantes y que ha contabilizado 23.000 nuevos residentes a lo largo de este año.
Esta cifra supone una mejora relevante respecto a la registrada en 2004, la más baja de los últimos 15 años, cuando se registró la llegada de 21.000 personas, muy lejos de los 61.000 inmigrantes establecidos en territorio israelí en el año 2000. La Agencia Judía no ha proporcionado, en cambio, información sobre emigración.
La inmigración, o 'aliyah' en hebreo, ha sido durante mucho tiempo una política prioritaria para los gobiernos israelíes que desean mantener una gran mayoría judía en un país donde los árabes totalizan la quinta parte de la población y poseen una tasa de nacimiento más alta.
El número de judíos que desean mudarse a Israel se desplomó tras el comienzo de las revueltas palestinas que llevaron derramamientos de sangre a las calles y provocaron que la economía ingresara en recesión.Pero los ataques en Israel empezaron a decaer incluso antes de la tregua acordada en febrero 2005, mientras que las reformas económicas han llevado al país a un sólido crecimiento.
"Creemos que la mejora en la seguridad y la situación económica incrementará la sensación de estabilidad y la 'aliyah' volverá a aumentar en el 2006", ha señalado el presidente de la Agencia Judía, Zeev Bielski.
Un total de 3.052 norteamericanos emigraron en el 2005, la mayor cifra registrada desde 1983. Para la próxima década, el primer ministro Ariel Sharon se propuso como meta el ingreso
de 1.000.000 de inmigrantes norteamericanos.
Además de los norteamericanos, la agencia asegura que la inmigración desde Francia ha batido un record de 34 años en el 2005, con la llegada de alrededor de 3.000 personas. La inmigración desde estados de la ex Unión Soviética ha caído este año a 9.000 personas, en comparación a las 10.000 que ingresaron al estado judío en 2004. Pero no sólo la situación en Oriente Medio ha afectado a la inmigración. Un menor número de judíos huyen de la persecución, la guerra y la pobreza en el exterior. Los grupos que intentan estimular la inmigración apelan a Norteamérica, ya que EE.UU. tiene una población de judíos más
alta que la de Israel. Sin embargo, los judíos que emigran a Israel se encuentran salarios mucho más bajos, impuestos más elevados y una tasa de desempleo cercana al 9%.
"Hasta ahora, la mayoría de los olim eran personas que venían escapando de algo, rusos del comunismo, etíopes del hambre", ha explicado un portavoz del grupo Nefesh B'Nefesh
(Alma a Alma), Tony Gelbart. "Los olim de Norteamérica lo hacen por decisión propia", dijo.
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