El Dr. Ho Fangashen, que durante la Segunda Guerra fue un joven diplomático chino, decidió que no iba a guardar silencio ante las atrocidades de los nazis. Contrariando la política de su país proveyó a refugiados judíos visas para entrar a China salvando así a varios miles de judíos.
Fue uno de los 17.433 justos gentiles del mundo.
Por Tal Dbir, Yediot Ajaronot
En 1939 el Dr. Ho Fangashen servía a los intereses de su país en Viena. Cuando los judíos austríacos comenzaron a ser perseguidos por los nazis, decidió no callar y actuar en su defensa. Este consul chino en Viena arriesgó así su vida para ayudar a miles de judíos que golpeaban las puertas del consulado pidiendo visas.Durante dos años actuó de espaldas a normas de su gobierno y otorgó visas. Visas para la vida.
Ho nació en 1901 en China. Se educó en una misión noruego-luterana y en 1932 salió a estudiar Relaciones Internacionales y Economía en Munich donde fue testigo del ascenso de Hitler al poder. En 1935 ingresó al servicio exterior chino. Su dominio del idioma alemán le abrió camino al consulado en Viena. Sirvió allí hasta 1940.
Según su hija(ella aún vive), Ho era un devoto cristiano que veía en la salvación de los judíos una misión humanitaria de primer nivel. "Mi padre casi no hablaba del tema. Al día de hoy muchos familiares tampoco conocen mucho de lo que hizo",dice.
En su libro "40 años de Servicios Diplomáticos", una autobiografía, dedicó muchas páginas a la época de la guerra. "El destino de los judíos es trágico y las persecusiones son cotidianas. Como ser humano era natural que ayudara",dice en su libro con natural simpleza ante una decisión dramática.
Ho decidió dar visas a todo judío presionado. En poco tiempo la cola frente al consulado desbordaba. Cuando le llegó la información a su superior en Berlín, se le pidió cesar en esto para no dañar las relaciones Berlín- Pekín.
En esa época China luchaba contra la opresión japonesa y no intervenía en los asuntos europeos.
El general Chain Kai Sek, líder chino, desarrollaba singulares relaciones con la Alemania nazi y Alemania, desconociendo su alianza política con Japón,vendía armas a China.
Conciente de los riesgos que corría, Ho envió a su hijo y esposa a un refugio, se desentendió de las instrucciones de su gobierno y continuó extendiendo visas.
Aún en 1939 cuando los nazis confiscaron el edificio del consulado chino, argumentando que era de un judío, el consul tampoco cedió.
El alquiló con su dinero una nueva habitación y continuó dando visas. La visa autorizaba a entrar a Shangai pero desde allí muchos judíos fueron a EE.UU. e incluso en la Argentina. Sólo en 1938 emitió 2.000 visas antes de la Noche de los Cristales. Cuando finalizó su labor diplomática en Viena volvió a China a luchar contra Japón. En 1941, con la entrada de EE.UU. a la guerra, China cortó los vínculos con Alemania y cerró el consulado en Viena. Ho siguió su carrera política y fue embajador en China,Bolivia, Colombia.
Ho murió en 1997 a los 96 años. Yad Vashem lo recuerda y en la ONU hubo una exposición en su memoria y por la de otros 83 diplomáticos que salvaron vidas.
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