En diciembre 2004 murió una de las pocas deportistas que supieron decirle que NO a Hitler y al nazismo.
17 años tenía Yudith Deutsch en 1936 cuando fue elegida para representar a Austria en las Olimpíadas de Berlín del mismo año. Yudith, elegida un año antes como la periodista del año en Austria, era la única esperanza de oro olímpico para su país. Yudith era nadadora del Club Hacoaj (Viena) y en ese entonces ocupaba el tercer lugar en Europa y el 9º en el mundo en 400 metros libres. Claro que Yudith deseaba la medalla, el más grande de los logros para un deportista. Por ese objetivo ella dejó de lado sus inquietudes juveniles: todo tiempo libre entrenaba en la pileta. Su hermana Hannah le seguía los pasos en la misma disciplina. "Sacrificamos todo por la natación y nuestro club",dice Hannah que vive hoy en Herzlia, Israel."Yudith no pudo lograr su sueño. Ni siquiera viajó a Berlín. Una semana antes del comienzo de los juegos le envió una carta al comité olímpico de Austria en la que expresaba que su conciencia judía no le permitía participar en un país "en el que se persiguen judíos como yo".
Las instituciones deportivas austríacas y los medios de comunicación del mismo país se indignaron por la valiente decisión. Yudith fue expulsada del equipo de natación y sus 12 distinciones le fueron quitadas. Parte de los periodistas la ofendieron y tuvieron expresiones racistas. Sin embargo su actitud también le valió el reconocimiento de muchos judíos y no judíos del mundo. Muchas veces con el transcurso de los años se le preguntó a Yudith si no se arrepentía del hecho. Una y otra vez dijo que era un tema del pasado. "Hice lo que mi conciencia me ordenó",respondía. "¿Cómo podía viajar a un país en el que las piletas de natación había carteles que prohibían la entrada a perros y judíos?".
Ni su hermana ni sus nietos saben si alguna vez se arrepintió de la noble decisión. "Mi marido tenía un caracter dominante y siempre sostuvo lo que pensaba",dice Benni, su hijo.
Dos años más tarde, en 1938, Austría fue anexada al Tercer Reich, una medida que fue apoyada por el 97% de los austríacos. La familia Deutsch sufrió como los demás judíos pero dejaron el país para ir a Israel. En Israel las hermanas continuaron desarrollando la natación. En 1995 se llevó a cabo en Kfar Hamacabia una ceremonia singular: una delegación de deportistas y políticos austríacos, miembros del comité olímpico, llegaron a Israel para limpiar la mancha de 60 años atrás.Los austríacos le devolvieron los premios y le pidieron disculpas. La ceremonia se iba a llevar a cabo en Viena pero Yudith se negó a viajar. "Si me quieren ver pueden hacerlo en Israel", dijo. Cuando le dijeron que la volverían a integrar al equipo olímpico, les dijo con humor: "Magnífico; ahora podré competir y subir al podio". Tenía entonces 77 años.
La negativa de Yudith, que murió a los 86, resalta más por el hecho que en delegaciones de otros países(incluso Alemania) había deportistas judíos.
Uno de los casos más raros se dio con el atletismo norteamericano. Había dos corredores judíos, Ferd Stoler y Martin Glikman, que fueron removidos por la propia delegación norteamericana luego de la discriminación que sufriera por negro el atleta Jessie Owens ( 4 medallas de oro).
Yudith no viajó a Austria por su penosa enfermedad pero es de dudar si hubiese viajado de encontrarse bien de salud. "Ella no amaba Austria", dice su hijo. Se la puede justificar.
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