Durante mi estadía en Israel en Junio pasado, y figurando entre los galardonados con el “Premio Israel” de ese año el Rabino Itzjak David Grosman, me propuse aprovechar una visita a mis familiares de Kfar Tabor, para intentar conocer al rabino en la cercana Migdal Haémek, ya que se trata de una personalidad realmente singular.
Luego de una breve espera, el secretario me hizo pasar. Quedé muy impresionado. Es un hombre que irradia bondad y preocupación por el prójimo. Amén de algunos datos que surgieron de la breve conversación, traté de informarme acerca de su vida y de su obra.
En la enumeración de los méritos que lo hicieron acreedor de tan alta distinción, leemos que al Rabino Grosman el fue otorgado el “Premio Israel” 2004: “Por la grandiosa obra realizada durante años, a lo largo de su existencia, símbolo y modelo de una capacidad de acción constante, incansable, abnegada y modesta. Por su particular personalidad. Por su estilo único y por la gran envergadura de sus actividades, en la creación de la red de establecimientos educativos “Migdal Or”. Por su importante accionar en los grupos de jóvenes en situación de riesgo y su quehacer singular en el ámbito de la absorción de nuevos inmigrantes. Y por su significativo aporte a la unidad del Pueblo de Israel, mediante el amor y el acercamiento fraterno”.
El Día de la Independencia (Iom Haatzmaut), a la hora de entregar el “Premio Israel” a sus flamantes ganadores, uno de los laureados fue un judío religioso al que suelen llamar: “el Rabino-Disco” (o “Rabino de las Discotecas”).
El apodo surgió a partir de 1968, cuando el joven rabino Itzjak David Grosman inició sus visitas a las discotecas y los clubes nocturnos de la muy empobrecida ciudad de Migdal Haémek, en la parte sur de la Galilea. Su propósito era salvar a los jóvenes de manos de la delincuencia y la drogadicción.
El rabino no los agobiaba con sermones elocuentes: sólo dialogaba con ellos, les planteaba discusiones y prestaba oídos a sus infortunios. Estaba convencido de que la mejor manera de influir en ellos era ofreciéndoles cariño y comprensión. Y tuvo tanto éxito, que en 1969, cuando contaba apenas 23 años, fue designado Gran Rabino de la ciudad ( en ese momento el más joven del país).
En los años ´70, en vista del abandono reinante entre los jóvenes de su zona en cuanto a la educación y la vida cultural y social, el Rabino Grosman inició el gran emprendimiento de su vida: creó “Migdal Or”, un establecimiento educativo para hijos de familias inmigrantes humildes.
Inicialmente se inscribieron 18 alumnos. Hoy, “Migdal Or” alberga en su red territorial a 6 mil educandos, de los cuales más de 2 mil, provenientes de Etiopía y de la ex Unión Soviética, viven en el internado. El personal se compone de 700 empleados, y el presupuesto anual se eleva a 20 millones de dólares.
Con el correr de los años, se levantó alrededor de la primera escuela, una gran villa , con decenas de establecimientos para varones y para niñas, que totalizan una superficie cubierta de 70 mil metros cuadrados. La villa comprende hogares diurnos, jardines de infantes, escuelas primarias y secundarias, “ulpanim” para la enseñanza del hebreo, escuelas profesionales y academias, etc; y por supuesto, los internados de un alto nivel.
Los alumnos reciben educación general y preparación profesional. Una vez graduados en “Migdal Or”, ocupan en la sociedad un lugar digno. Muchos de los estudiantes han llegado a ser ingenieros, militares, médicos, abogados, maestros, rabinos y diputados. Algunos regresan para trabajar como docentes en los mismos establecimientos en que se educaron.
El Rabino Grosman sostiene que su mayor mérito consiste en haber construido un puente ente el mundo religioso y el secular; y le gustaría que también otros judíos ortodoxos les tendieran una mano a los laicos de Israel. “Muchos de los observantes les temen a las tentaciones del mundo no religioso”, ha dicho. “Sin embargo, los ortodoxos bien podrían señalarles a los librepensadores las bellezas de nuestra religión: eso traería grandes beneficios”. El Rabino Grosman ha promovido siempre un diálogo de comprensión y tolerancia entre distintos sectores, tendiente a lograr la unión del Pueblo de Israel. No faltó quien le preguntara si estaría dispuesto a asumir como Gran Rabino de Israel. Su respuesta fue que detesta la política. “Sería fácil hallar un Gran Rabino para el país”, dijo. “Pero no sé si tan fácil, encontrar a la persona que se hiciera cargo de las tareas en Migdal Haémek”.
Itzjak David Grosman nació en Jerusalem, en 1946, sexta generación de nativos del país. Pertenece a una ilustre familia jasídica. Su padre, el prestigioso Rabino Israel Grosman, era director de una “ieshivá” (academia talmúdica).
Itzjak David se graduó de rabino en 1966, y en 1968 se estableció en Migdal Haémek. Pero ya el año anterior se había desempeñado en las barriadas pobres de Jerusalem, y allí fundó un instituto para niños discapacitados. El Rabino Grosman está casado con Ester Rosenberg y es padre de 5 hijos.
El establecimiento educativo “Migdal Or”, de Migdal Haémek, fundado en 1972, es hoy el centro de una vasta red educacional. En 1991, el Rabino Grosman se ocupó de recibir a jóvenes inmigrantes de Etiopía; creó institutos “Migdal Or” en Moscú y en Leningrado; recibió a inmigrantes de Rusia y de la ex Unión Soviética.
En 1993 fue el turno de una nueva inmigración proveniente del Yemen (Teimán). En 1995 trabajó en Francia con grupos de jóvenes judíos que posteriormente emigraron a Israel.
En otros ámbitos, no podemos dejar de mencionar su actividad incansable en pro de la rehabilitación de los presos y el mejoramiento de sus condiciones de vida.
Los habitantes de Migdal Haémek cuentan con su rabino aun para resolver problemas que no son de su competencia. Los alumnos huérfanos tienen en él a un padre, a punto tal que, llegado el día, él se ocupa hasta de los menores detalles de los casamientos.
La cocina central de “Migdal Or” prepara a diario 10 mil raciones y provee 200 comidas por día a los necesitados de su ciudad. A muchos de ellos se les envía ayuda a sus domicilios, para que no se sientan humillados.
Sin lugar a dudas, por su tarea incesante y por su genuino amor al prójimo, que no conoce límites, podemos ver en esta personalidad tan entrañable, un modelo y un símbolo del rico material humano que Israel produce.
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