Absurdo, simple, gracioso, creativo, petiso, semi-pelado, son palabras que no alcanzan para describir a Sebastián Wainraich. El ruso que está causando furor en el mundillo del espectáculo con su estilo “No me interesa tu fama”, además de su rol de notero, está al frente de un espectáculo de stand up, es productor y conductor de radio.
Paso a buscarlo por la radio desde donde conduce “Wanna Be” y lo acompaño a almorzar. Se pide un bife y un tomate, con una soda. Luego de charlar un poco sobre todo o nada, damos comienzo a la nota. A continuación podrán apreciar una nota multitemática y desorganizada pero con un eje de guía: él y sus andanzas. Así comienza:
¿En dónde se lee este diario?, ¿En Hebraica, por ejemplo?
Si
Qué bueno, entonces mis papás lo van a leer.
¿Fuiste a hebraica?
No, a Macabi, pero mis papás van ahí ahora.
¿Jugabas en algún equipo?
Jugaba al fútbol muy mal. Yo creo que no era buen jugador, pero podría haber jugado mejor. Lo que pasa es que yo salía a la cancha y pensaba en otras cosas.
¿En qué pensabas?
No sé, pensaba qué es todo esto, para qué. No me podía concentrar en el partido. Iba al entrenamiento y como era gracioso y amigo de todos, me dejaron entrar en el equipo.
¿De qué número jugabas?
De defensor, por supuesto, marcador de punta en mi época era lo peor. También iba a los grupos y llegué a anotarme en el curso de madrijim, pero nunca empecé.
En radio das consejos sobre cómo ser una idishe mame, la “padeciste”?
Si, también la exagero un poco porque no es para tanto. Es hincha pelota, pero no podría vivir con una madre que no sea idishe mame.
¿Por qué?
Porque mi vida es así. Hoy si me voy de viaje, cuando llego, llamo “mamá llegué”, y creo que el resto de mi vida va a ser así. Yo no entiendo como otros no lo hacen. El otro día me di cuenta que desde que me fui a vivir solo, nunca viví a más de dos estaciones de subte de lo de mi vieja.
¿Cómo fue que llegaste a eso?
No sé, pienso muchas boludeces todo el tiempo.
¿Cómo entraste a la movida mediática?
Yo debuté en radio, trabajando en un programa en el que decía el resultado de las inferiores de Atlanta. Ahí tendría 16 años y hablaba sólo un minuto. Después trabajé con Raúl Suárez, el productor de Di Natale en radio, y por él entré a Rock & Pop. Y de esa forma se fue desatando todo, de ahí a La Roca, después a radio América. Una cosa llevó a la otra.
¿Qué se siente al estar frente a un stand up?
Es difícil, pero me está gustando mucho. Una vez, en Liberarte, me pasó que no se rió nadie, encima había poca gente. Además, en un monólogo tenés chistes que siempre funcionan, entonces yo decía “ahora viene este y la exploto” y nada.
Un bajón. ¿Y cómo es trabajar con Peña? Porque supongo que no debe ser muy fácil
Es muy intenso, en radio siempre pasan cosas. Es como que cuando uno está predispuesto a algo, pasa. Con Peña todo es muy divertido y muy cansador también.
¿Y con Pettinato?
Con Petti está todo bien, el ambiente es muy distendido y flexible. A mi me llamaron de la producción para ser notero, pero no me iba bien. Entonces me sentaron en el panel y me fue peor.
Si, la primera vez tiraste un vaso
Bah, en realidad fue Jacky. Yo no quería estar en el panel, no me gustaba estar ahí.
¿Por qué?
Porque hay que hablar rápido y opinar, y yo no sabía que decir.
¿Y cómo te sienta el rol de notero?
Muy bien, me divierte mucho. Lo único que no me gusta es cuando tengo que ir de noche a una fiesta, con música muy fuerte y tengo que gritar.
La gente ya te reconoce por la calle, te gusta?
A veces me gusta mucho, unas sólo me gusta y otras no.
Ya trabajaste con grandes figuras,¿Con quien te queda algo pendiente?, ¿Cómo te imaginás en unos años?
Con mis amigos, con los que estoy en el teatro. Y después me gustaría tener una productora. Me veo laburando de esto toda la vida.
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