La cuenta regresiva finalmente se detuvo. La película de Mel Gibson sobre las últimas doce horas de la vida de Jesus se estrenó en nuestro país el 25 de marzo último, arrastrando consigo un semillero de críticas pero también de elogios en algunos sectores. De la mano de una hábil estrategia de márketing, en EEUU se convirtió en el filme más controvertido de los últimos tiempos, efecto que parece querer reproducirse también en nuestro país. La polémica ya está instalada. He aquí los acontecimientos. Ajústense a la butaca, y saquen sus propias conclusiones.
¿Qué es lo que hace al filme “La Pasión de Cristo tan controvertido? La puesta en escena de una violencia descarnada y el supuesto tinte antisemita de la película, han sido la columna vertebral en que se han sostenido las acusaciones contra la película. Como contrapartida, la Iglesia Católica salió a respaldarla.. El vocero del Vaticano considera que no se puede decir que la película es antisemita, pues entonces lo sería también el Evangelio.
Mel Gibson -quien financió, dirigió y escribió el guión en colaboración con Beneclict Fitzgerald-, rechaza las acusaciones de antisemitismo al declarar que quiso hacer la película sobre Jesús “más realista” de la historia.
En el filme, Gibson se centra en el papel que desempeñaron Caifás y demás miembros de la cúpula sacerdotal que manejaba el templo judío de Jerusalén, como instigadores de la muerte de Jesús al juzgarlo y condenarlo por el delito de blasfemia, por su pretensión de ser considerado el Mesías y Rey de los Judíos. Pero según los libros de historia que registran el estudio de los documentos de esa época, a los judíos – que se encontraban bajo dominación romana- se les impedía participar de los hechos políticos, juzgar las causas graves y aplicar la pena de muerte por ninguna clase de delito.
En “la realidad” que dibuja Mel Gibson, el líder judío Caifás insiste en que Jesús muera, mientras que la figura del gobernador romano Poncio Pilato es suavizada – ya que en la práctica era un matón rígido y cruel que ejecutaba a judíos sin juicio alguno -, apareciendo como un personaje compasivo que es empujado a crucificar a Jesús por la sed de sangre de una multitud judía hostil. Dato llamativo, teniendo en cuenta que la película no habla de la devoción que despertaba Jesús en parte de la población y que por ende tuvo que ser arrestado de noche a escondidas para evitar un levantamiento popular.
Las manifestaciones contrarias a la película no se hicieron esperar. La DAIA – que vio la proyección días previos a su estreno en una función privada- dijo en un breve comunicado: “el largometraje reitera, de manera exacerbada, exaltando la violencia desenfrenada, antiguos estereotipos antijudíos. No se puede dejar de señalar que la falsa imputación de deicidio contra el pueblo judío fue causal de persecuciones a lo largo de los siglos, que desembocaron en el exterminio de la Shoá.”. Consultado por Comunidades, el presidente de la DAIA, Dr. Gilbert Lewi expresó su sensación personal al ver la película: “Me sentí muy lastimado. Las imágenes que muestra son estereotipos que yo pensé no se iban a ver. La película es violenta. Pornográficamente violenta”.
Y es que el mayor resquemor que suscita la película radica en el impacto que genera en el espectador el uso de una estética de la imagen plagada de violencia explícita. Mientras el milagro de la Resurrección y los ideales de justicia y libertad que profesaba Jesús frente al imperio romano opresor ocupan brevísimos minutos y están puestos a modo de flashbacks, el martirio de Jesús, filmado con un grado de crudeza y de violencia lindante a la morbosidad, se lleva dos horas del filme.
Por su parte, la cúpula eclesiástica local salió a defender la película, tanto en cuanto a su fidelidad a los evangelios y su carga de violencia, como de sus acusaciones de antisemita, alegando que “La Pasión de Cristo” muestra con claridad la responsabilidad de toda la humanidad por la muerte de Jesús. Consultado por Comunidades, el vocero del Episcopado de Buenos Aires, Pbro. Guillermo Marcó sostiene al respecto: “Pedirle a los cristianos que no la vean, por algún riesgo en su interpretación sería privarles de algo que pueda hacerles recordar, en un mundo secularizado, el valor del sacrificio, del perdón y lo que Jesús voluntariamente decidió padecer por nosotros”.
Sin embargo, ante los argumentos que respaldan la película, el presidente de la DAIA, responde: “Hay formas y formas de seguir la fidelidad del Evangelio”
Para la realización de la película, el actor de Arma Mortal y Corazón Valiente se basó – según sus declaraciones- en los cuatro Evangelios bíblicos pertenecientes al Nuevo Testamento (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y, de acuerdo a un informe de la revista Newsweek, en las visiones y testimonios místicos de dos monjas, María Agreda de España (1602-1665) y Anne Catherine Emmerich de Francia (1774-1824) que incluían alusiones a una supuesta responsabilidad de los judíos en la muerte de Cristo, una idea que fue desechada hace ya cuatro décadas por la Iglesia Católica, a través del Concilio Vaticano II celebrado entre 1962 y 1965. A partir de ese momento la Iglesia da un paso adelante y repudia el cargo del deicidio que justificó las persecuciones y las matanzas de judíos a lo largo de siglos, generando un punto de inflexión en el fortalecimiento de los lazos entre judíos y católicos.
Pero es que no se puede separar al propio Mel Gibson de la “Pasión de Cristo”. Quien rehusara a disculparse por las declaraciones de su padre que públicamente manifestó su descreimiento del Holocausto, es un católico tradicionalista que rechaza las reformas liberales que emprendió la Iglesia Católica.
Para Sergio Widder, Representante para América Latina del Centro Simón Wiesenthal, aún hoy continúa existiendo una corriente muy minoritaria cristiana (dentro de la que se encuentra Mel Gibson) con una actitud “absolutamente preconciliar” que reniega del Vaticano II. “No tengo dudas que volver sobre el debate, volver a instalar la idea fuertemente de que el pueblo judío entonces y hoy es responsable de la muerte de Jesús, es sin dudas incitar al odio y promover el antisemitismo”- sentencia Widder.
Dicho pensamiento también es compartido por el escritor y periodista Marcelo Birmajer, quien recomienda que en vez de beneficiar económicamente a Gibson que es antisemita, pagando la entrada para ver “La Pasión de Cristo”, es preferible ir a ver la película “El abrazo partido”.
Frente a las críticas que ha suscitado “La Pasión... ” en la comunidad judía, el Padre Marcó se pronuncia al respecto: “El problema no es la película sino la radicalización en oposición a ella que ha hecho la comunidad judía. Será tarea pastoral de ambas comunidades ampliar los contextos y no generar declaraciones altisonantes que puedan llevar a enfrentamientos”.
¿Hipersensibilidad judía? o ¿Potencial regresivo latente, a través de una manipulación histórica y un culto a la violencia sangrienta?
Para Claudio Epelman, Director Adjunto del Congreso Judío Latinoamericano,
“cuando se toca la sensibilidad de la gente no se puede hablar de hipersensibilidad. La película reabre un capítulo que creíamos enterrado entre judíos y católicos. Se va a tener que redoblar los esfuerzos para continuar con el diálogo”
Sin embargo, Jorge Burkman, Director de la B´nai B´rith, es más optimista al respecto: “Los contactos entre judaísmo y catolicismo existen y no creo que se vayan a romper por la película. De hecho (la película) puede servir para fortalecer las relaciones”.
En momentos donde la palabra “fanatismo” se encuentra en pleno apogeo, Mel Gibson expone al mundo una película católica fundamentalista que pretende ser fiel a los Evangelios. Sin embargo, la radicalidad de sus imágenes que buscan impactar en el espectador con un regodeo de violencia que ronda la morbosidad, ponen en duda sobre el mensaje de la película. Y la saga parece querer continuar. Según un artículo publicado el día 26/03 en el diario La Nación, su afán de adentrarse en otro capítulo de la historia judía lo llevaría a filmar próximamente la historia de los macabeos.
En una entrevista publicada recientemente por Clarín, Baruj Tenembaum –pionero del acercamiento interreligioso- recalcaba sobre los elementos que unen a ambas religiones: “Muchas cosas –relataba Tenembaum-, pero destaco el amor a Dios y al prójimo y la esperanza. La esperanza en la llegada de un Mesías: los judíos por primera vez y los cristianos por segunda vez”. En un contexto internacional hostil, de guerra y de terrorismo, quizás sería bueno tener esto bien presente, recordar más las cosas que unen a ambos credos para lograr una convivencia en paz.
LA REPERCUSIÓN EN LA GENTE:(RECUADRADO)
Esteban, 37 años. Sociólogo:“La película es sanguinaria. Demasiado violenta. Me pregunto dónde está la “Pasión” que tanto habla el título “
Rodolfo, 70 años, jubilado: Me pareció una película normal, mucha más propaganda que otra cosa”
Silvia, 26 años, estudiante: “Sirve para conocer la historia, pero aunque supongo que se basó en los Libros, esa es la versión de Mel Gibson”.
Martha, 65 años, ama de casa: “La película está muy bien hecha. Me reafirma mi fe en los Evangelios. Los que hablan de antisemitismo, ¿no será que tienen miedo a la conversión?”
Daniel, 52 años, Psicólogo: “La película me pareció muy violenta y tendenciosa. Muestra a los judíos como culpables de la muerte de Jesús”
Débora, 20 años, estudiante : “No sé qué puedo decir, estoy muy shockeada para hablar”
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