Hay quienes dicen que el presidente de Francia, Jack Chirac, es antisemita.Hay quienes sostienen lo contrario.¿Desde cuando Chirac quedó en el centro de la escena?. Hasta que fue elegido presidente los judíos no tuvieron problema alguno con Chirac. Por el contrario. En los largos años en los que fue alcalde de Paris (1977-1995) era considerado por los judíos franceses como un gran aliado.
En las elecciones presidenciales de 1995, muchos judíos votaron por él con la esperanza que un amigo llegara al palacio de Eliseo. No fue así. En las últimas elecciones presidenciales, hace un año y medio, cuando fue reelecto, era dificil encontrar en la comunidad judeo-francesa, quien apoye a Chirac. Luego de casi nueve años de sumo poder queda claro para los judíos galos que Chirac no es la figura deseada.
La explicación clásica es que en Francia el 10% de la población es musulmana y por eso se volcó hacia ellos. Sin embargo el que busque profundizar las respuestas debe buscarlas en la primera presidencia.
En 1995, en su primer año como presidente, Chirac dio dos discursos. De su contenido se puede ver como se modificó la relación con Israel y los judíos. El más famoso de ambos lo dio el 16-07-95 en el estadio de Invierno, del que miles de judíos fueron echados de París durante la república nazi de Vichy. "Existen en la vida de la nación momentos que dañan la memoria. Es dificil hacer recordar esos momentos que impurificaron nuestra historia y nuestra tradición francesa pero hay que hacerlo. Si; la locura del conquistador nazi en Argentina recibió la ayuda de Francia y los franceses".
Estos conceptos fueron una revolución en la relación de Francia de los años negros, días en que los judíos franceses fueron llevados a los campos de la muerte. Esta actitud contrastaba con el modelo de De Gaulle que hablaba de "la otra Francia". Los terribles delitos no eran reconocidos como crímenes de estado sino como hechos de unos pocos colaboracionistas. Chirac fue el primero en decir la verdad, en nombre de Francia y asumir la responsabilidad por los crímenes del pasado.Su segundo discurso fue dado el 8-4-96 en la Universidad de El Cairo. Ante estudiantes universitarios egipcios Chirac dio una declaración histórica sobre las relaciones entre Francia y el mundo árabe."La política pro-árabe de Francia debe ser un componente esencial de la política exterior francesa. Quiero darle a esto un nuevo horizonte.Seré el continuador del general De Gaulle. Ya en 1958 De Gaulle dijo que todo obliga a los franceses a reaparecer en El Cairo, Damasco, Aman y toda capital árabe como amigos y socios.Esta concepción continuará dirigiendo la política francesa",dijo Chirac.
Dos discursos; dos promesas históricas. Nada de esto fue escuchado de 1981 a 1995 años en los que Miterrand fue presidente. Miterrand se negaba a reconocer la responsabilidad del regimen de Vichy. Miterrand fue considerado colaboracionista antes de incorporarse a la Resistencia francesa( los maquis).Al contrario. Miterrand fue el primer presidente que luego de De Gaulle intentó reconstruir las relaciones con Israel congelando las relaciones con el mundo árabe. Miterrand fue el primer presidente francés y europeo que llegó a Jerusalem, capital de Israel. Chirac decidió cambiar de eje: en todo lo que tenía que ver con los crímenes de los nazis franceses proclamó "somos culpables" pero en todo lo que tiene que ver con el Medio Oriente, "somos pró-árabes".
La declaración histórica y valiente de Chirac respecto a los crímenes de Francia quedó en eso: una declaración histórica. En los últimos tres años el presidente tuvo que hacer frente a un problema candente:una creciente ola de violencia antijudía en Europa e Israel que no recuerda antecedentes desde la Segunda Guerra. La ola antijudía atrapó a Francia no preparada y no dispuesta, por lo menos al principio, a conciliarse con ello. Le llevo tiempo a la Francia de Chirac reconocer que las golpeadas sinagogas y los golpeados judíos no eran una manipulación mediática antifrancesa que proviene de Israel o América.
Francia se sorprendió hasta que logró aceptar que los judíos franceses tienen un problema serio. El filósofo judeo-francés Alan Finkelraut dijo hace un tiempo que Francia es "un país paradojal". "Tiene un alerta obsesivo hacia el viejo antisemitismo pero que por otro lado hay una cierta contemplación por la brutalidad antisemita que hoy proviene de la población islámica del país". Contundente.
Paralelamente decidió Chirac poner en marcha su renovada política pro-árabe. La guerra de EE.UU. contra Saddam le dio una excelente oportunidad. Chirac conduce a los opositores a la guerra convencido intimamente que puede ser el líder indiscutido del mundo árabe.
Claro que es Chirac y no Gamal Abdel Nasser que supo inflamar a las masas árabes. Chirac es líder de una entusiasta opinión pública islámica lo que le garantiza inmunidad ante el terrorismo islamico.
En oportunidad que el premier malasio tuviera groseras expresiones antijudías, Chirac instó al premier a revocar su declaración aunque algo tardíamente. En este hecho Chirac no se comportó como un antisemita sino como un francés que no perdió oportunidad de congraciarse con el mundo árabe-musulman.
Chirac debiera entender que su compromiso en la lucha contra el antisemitismo no debe quedar en lo que hizo en el pasado. Como amigo de los árabes y musulmanes debería decirles:el antisemitismo de ustedes lleva al odio; el odio a más ignorancia y la ignorancia a ningún lado.
Chirac deberá decir esto a su amigo el canciller egipcio que le acaba de decir a los sirios que Israel y los judíos son los crucificadores del Jesús palestino. Debería decirlo en Malasia, Irán, Beirut y Trípoli. También en su país donde hay no pocos ciudadanos musulmanes. Sólo así podrá ser fiel a sus palabras dichas en 1995 cuando la historia era otra.
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