La Voz Judía


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Un Seder en la Jungla

El Rabino Gur, de 24 años de edad, nació en Canaa y durante dos años, desde Purim de 2008 hasta después de Pesaj de 2010 tuvo que irse a vivir a la jungla del Amazona, a un lugar llamada Rurrenabaque.
“Hay dos formas de llegar a Rurrenabaque,”, dice el Rabino Gur, “tomando un avión que aterriza en medio del pasto, o tomando un micro que viaja durante 18 horas y que va por un camino entre ventosas montañas que bordean precipicios, llamado Camino Yungas. La primera vez yo fui en avión, y les puedo decir que fue la experiencia más terrorífica que tuve en mi vida!”, dice.
Si alguno se pregunta si se trata de una verdadera jungla tal como se la puede imaginar, o si es una zona civilizada, el Rabino Gur se encarga de aclarar que “es realmente una jungla”.
Cada familia tiene un mono o un loro como mascota, y no es infrecuente encontrarse con una serpiente arrastrándose por la calle. “Una madrugada nos despertamos y encontramos una tarántula venenosa en medio de nuestro cuarto!”, cuenta el rabino. “Gritamos como locos hasta que un guía de la jugla, que estaba durmiendo en una casa contigua, nos escuchó y vino a rescatarnos. El simplemente tiró humo del cigarrillo sobre la enorme araña y ella se quedó adormilada. En lo profundo de la jungla hay muchos tipos de animales y de árboles, pero nosotros no nos internamos tanto en ella”.

De Florida a Bolivia

Pesaj presente un desafío único para los judíos dondequiera se encuentren, pero en Rurrenabaque había obstáculos adicionales que superar. Por ejemplo, el tema del clima: Había demasiado humedad como para hacer matzot y no había posibilidades de hacer huevos duros para la fuente del Seder. En Bolivia el 99% de los huevos tienen sangre en su interior, por lo cual no se los puede poner a hervir.
Ellos cocinaban todas las comidas en cocinillas de dos hornallas de gas que recibían de garrafas, y había que reemplazarlas de tanto en tanto porque se vaciaban.
“En Bolivia vimos interesantes hashgajot”, cuenta el rabino Gur, “pero la historia más interesante de todas fue la de las matzot. Yo había encargado matzot antes de Rosh Hashaná, pero recibimos una llamada telefónica diciendo que las cajas de matzot que habíamos pedido de Argentina se habían perdido en el camino y que no había tiempo de encargar otras. Ya era un día miércoles, y Pesaj era en Motzaei Shabat!.
“Yo sabía que si las matzot no llegaban a La Paz hasta el jueves, nos ibamos a quedar sin matzot. Entonces les envié un email a un muy generoso rabino y a la rebetzin, de Florida, explicándoles la situación y preguntándoles si ellos podían ayudarnos a conseguir las matzot. Como yo estaba muy ocupado me olvide de decirles dónde enviar las matzot o cómo ponerse en contacto conmigo. Ese rabino quiso hacer un envío a La Paz, pero ninguna empresa de transportes quería comprometerse a hacer que el mismo llegara a tiempo. El rabino le pagó el pasaje de avión a un señor con la sola condición de que en vez de llevar valijas llevara matzot!. Cuando vi su mensaje diciendo que me enviaba las matzot lo llamé inmediatamente.”
El Rabino Gur pudo alcanzar justo a tiempo al rabino, antes de que el otro señor tomara el avión, puesto que no tenía la menor idea de dónde entregarlo!.
Finalmente, todos pudieron tener sus matzot para el Seder.
Esas matzot fueron, probablemente, las más caras del mundo: cada una de ellas terminó costando unos 27 dólares!

Una mesa para ciento cincuenta invitados

El otro gran desafío del Rabino Gur al conducir un Seder en Bolivia fue descubrir que el Shabat por la tarde toda la comida se había srruinado. En Erev Shabat, él y el rabino Rotem habían preparado 90 litros de sopa de verduras para el Seder. Era una sopa parve, ya que no habían podido conseguir la carne que habían encargado.
Para su enorme decepción, el sábado por la tarde se dieron cuenta de que toda esa sopa se había echado a perder, lo cual significaba tener que empezar desde cero. Felizmente, la carne que habían encargado llegó en Erev Shabat, tarde. Si la hubieran recibido temprano, se había arruinado junto con el resto de la sopa.
¿Cómo se puede preparar un Seder para una concurrencia de 150 participantes? Por lo general uno se reduce en su casa a recibir a su familia…
Rabi Gur relata cómo fue, diciendo que cada uno tenía una fuente de Seder frente a sí, y todos estaban sentados a la cabecera de una gan mesa de invitados. Casi todos los invitados eran turistas israelíes entre 18 y 26 años de edad, y casi el 80% de ellos no eran religiosos y ése era el primer Seder Kosher real en el cual participaban.
Después de kadeish viene urjatz, pero lleva mucho tiempo que 150 personas se laven las manos. Por lo tanto, en lugar de cantar canciones durante el shuljan orej, ellos hicieron que la gente siguiera cantando durante todo el tiempo que duró el lavado de manos.
Para maror ellos usaron jengibre, dado que el jengibre es amargo, si bien no es un verdadero maror como el apio o la lechuga. Pero es lo único que se consigue allí.
Cada paso del Seder debió ser explicado en detalle, por lo cual el Seder se desarrolló lentamente.
A fin de mantener a los invitados concentrados e interesados, los rabinos inventaron algunos juegos y dividieron las mesas de los invitados en distintos equipos que iban recibiendo puntos mientras jugaban.
Los invitados sabían leer la Hagadá en Hebreo, así que se iban turnando para leer.
“Todos los que son de Ierushalaim van a leer la parte que sigue”, anunciaba el rabino, “y todos los que son de Tel Aviv leen ahora”.
Además, para dar tiempo a que se terminara de cocinar la enorme olla de sopa, los rabinos tuvieron que dar más divrei Torá y contar historias adicionales a fin de alargar la parte del Seder del maguid, lo máximo posible.
Lo más sorpendente de todo, según cuenta el Rabino Gur, fue el punto culminante del Seder, “cuando llegó el shuljan aruj y hubo comida suficiente para todos!”.
Luego de concluido el Seder, bastante entrada la medianoche, algunos invitados se quedaron hasta la mañana siguiente preguntando cosas y escuchando más historias aún a fin de calmar un poquito más su enorme sed de aprender las delicias de la Torá, lo cual nunca habían podido probar hasta esa noche de Iom Tov.
El Rabino Gur sigue en contacto con casi el 65% de los que participaron a ese Seder memorable. El dice lo siguiente: “Actualmente, según me informaron, siete personas del Seder de la jungla se hicieron religiosas”.
Por cierto, la experiencia del Seder de Bolivia fue algo que cambió la vida de los que participaron y la de los rabinos que lo organizaron.
“La lección principal que aprendí de ese Seder es que mientras yo suponía que era quien estaba a cargo, las cosas empezaban a salir mal, y cuando comprendí que había Alguien superior a mí llevando las riendas, todo se empezó a acomodar…

 

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