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El lunes 7 del actual, en horas de la tarde se difundió la noticia de que personas no individualizadas ingresaron al cementerio judío de Liniers, perteneciente a la AMIA, entre las 16 hs. del domingo y las 7 hs. del lunes y rompieron 6 tumbas, escarbaron la tierra de su interior.
Según las informaciones brindadas por las autoridades de la AMIA, las tumbas profanadas correspondían a fallecidos en la década del ’30 del siglo pasado, y no se encontraron ningún tipo de pintada antisemita y tampoco los intrusos robaron las placas de bronce en ellas colocadas.
Julio Schlosser, secretario general de la AMIA, efectúo la correspondiente denuncia judicial, luego de lo cual aceptó ser entrevistado por distintos medios a los que les manifestó lo extraño de esta profanación,afirmando “No hay precedentes de un ataque así. Es un ultraje que nos preocupa profundamente (…) Debemos descartar totalmente la hipótesis del robo, porque todas las tumbas tenían las placas de bronce. Tampoco puedo confirmar que se trate de un acto de antisemitismo. Pero si está claro que fue un acto de vandalismo que yo no he visto nunca en mi vida” (Clarín 08/12/09)..
La DAIA por su parte emitió un condenando la profanación, diciendo “Una vez más se reitera un ataque aberrante que agravia a numerosas familias, a la comunidad judía argentina, y a toda la sociedad. Estos actos perversos y repudiables, que se han repetido en diversos cementerios judíos de nuestro país, tienen como hilo conductor la impunidad y la falta de medidas adecuadas de prevención para evitar las profanaciones”.
El miércoles 9 la agencia de noticias Telam informó que el secretario general de la AMIA, Julio Schlosser, acompañado por el tesorero, Bernardo Zugman, y el director ejecutivo, Daniel Pomerantz, concurrieron al Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, donde fueron recibidos por el ministro Julio Alak, quien se “comprometió a dar un fuerte impulso a la investigación para determinar los móviles del ataque y hallar a sus responsables” de la profanación del cementerio de Liniers.
Un alto directivo de la AMIA le dijo a Tribuna Judía que también descartaban que los hechos macabros realizados (romper las tumbas y escarbar la tierra) no se pueden considerar como parte de algún rito esotérico o de iniciación debido a que en los casos en que esa es la motivación de la profanación en los alrededores del lugar se encuentran restos de los elementos utilizados, cosa que en este caso no ocurrió. Cuando lo consultamos si podría estar relacionado con la “interna” de la provincia de Buenos Aires, no quiso opinar.
Ocurre que en Perfil digital se publica una nota en la que se transcribe la opinión uno de los periodistas especializados en los procederes de la policía bonaerense, Ricardo Ragendorfer, para quien lo ocurrido en el cementerio de Liniers está relacionado con los mensajes encriptadas que le envían a las autoridades provinciales efectivos disconformes con medidas gubernamentales diciendo la nota “Ragendorfer cree que otra de las manifestaciones de las amenazas policiales fue la profanación del cementerio judío de Liniers, ocurrida el pasado 8 de diciembre: Es un clásico modo en que La Bonaerense manda sus mensajes al poder político. Profanar cementerios judíos pero sin pintadas nazis es un indicio de la autoría policial, explicó”.
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