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Después de Hitler, iemaj shmo (que su nombre sea borrado), se puede decir que Arafat, iemaj shmo, fue también un asesino masivo. Concentrémonos y abramos nuestros oídos para escuchar los llantos de miles de viudas que perdieron a sus maridos; chicos de diferentes edades que perdieron a sus seres queridos; etc. Todos ellos están llorando como resultado de los atentados terroristas de Arafat en contra de miles de personas inocentes.
Quién puede permanecer en silencio sin decir desde lo más profundo de su corazón: “Iemaj shmo vezijro.” – “Que su nombre y su recuerdo sean borrados.” Lo que hizo desde que apareció en la escena de nuestra Tierra Santa, nos hace sentir que el título que realmente merece es “asesino”.
Hubo épocas en las que por muchas razones la gente quiso honrarlo. Por supuesto no podemos olvidar la escena en la Casa Blanca cuando el anterior presidente Bill Clinton juntó a Arafat, iemaj shmo y al fallecido primer ministro Itzjak Rabin, bendito sea su recuerdo, cuando la OLP firmó el acuerdo de “paz” con Israel. Como los Estados Unidos quisieron convertirlo en un evento masivo, lo vieron millones de personas que observaron la conducta de Arafat.
Es imposible, en un solo artículo, entrar en todos los detalles que describen al asesino brutal de esta generación. Tendrán que escribirse libros sobre cómo Arafat logró tomar las riendas del liderazgo de los palestinos, al mismo tiempo que dirigía y auspiciaba actividades terroristas.
Se sabe que un gran porcentaje de los fondos – enviados a los palestinos por europeos – los tomó Arafat personalmente; un gran porcentaje del balance se lo llevaron otros líderes palestinos, y sólo un nueve por ciento quedó para el resto de los palestinos, a quienes estaba destinado el dinero desde un primer momento.
También se sabe que Arafat solía enviar a su mujer una cantidad astronómica de dinero mensualmente. Incluso los líderes de otros países alrededor del mundo no tienen acceso a esta cantidad de dinero. Según los informes, es sólo un pequeño porcentaje del dinero que estaba escondiendo.
Temblamos cuando se les ocurrió la idea de enterrar a Arafat en Jerusalém. El miembro de la Knesset Nissim Ze´ev de Shas dijo: “Este hombre que derramó tanta sangre, este asesino, sobre quien repito las palabras que dijo Irmiahu: ´Recibirá el entierro de un burro, arrastrado y arrojado del otro lado de los muros de Jerusalém´. ¿Alguien tiene el derecho de pensar que se debería permitirle ser enterrado en Jerusalém? No tiene ni lugar ni ningún tipo de herencia en esta ciudad. Un asesino de hombres, mujeres y niños, ¿cuánta sangre tiene en sus manos?”
Mientras tanto la situación política entre los israelíes no está clara, especialmente ya que no sabemos cómo se desarrollará la situación entre los palestinos.
Hubo un cambio en el gobierno israelí. Todos los miembros del Partido Nacional Religioso que permanecieron en la coalición (después de que dos miembros la abandonaron hace unas semanas) se fueron definitivamente. Es difícil decir qué sucederá. Necesitamos paciencia.
Sin duda este suceso con el que D-os nos bendijo – el hecho que Arafat no esté más vivo – cambiará la situación. Aún no sabemos qué tipo de cambio. Tendremos que esperar y ver qué efecto tendrá la muerte de Arafat sobre la situación política interna de Israel, especialmente respecto a la crisis causada por la fuerte diferencia de opinión entre los diferentes partidos políticos de Israel sobre el plan de retirada.
Pero podemos decir: Gracias D-os, Arafat ya no vive. El período de Arafat se terminó. No sabemos quién vendrá después de Arafat – si sus seguidores continuarán con los atentados brutales, que D-os no lo permita, o intentarán realizar un cambio. Aún es temprano para decirlo.
Debemos rezarle a D-os para tener el mérito de ver el final de los atentados terroristas. Esperemos que los atentados desaparezcan junto con Arafat y con la ayuda de D-os.
Recuerden lo que nos hizo Amalek!
Recuerden lo que nos hizo Hitler!
Recuerden lo que nos hizo Arafat!
El pueblo judío no se olvidará – no puede olvidar – lo que estos enemigos nos hicieron.
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