La Voz Judía


La Voz Judía
Esclarecedor Testimonio
Por Brigitte Gabriel

A continuación el discurso de Brigitte Gabriel, en un debate antiterrorismo en la universidad de Duke el jueves 14 de octubre de 2004. Estoy orgullosa d estar aquí como una libanesa que habla a favor de Israel – la única democracia en Medio Oriente. Como alguien que creció en un país árabe, quiero darles un vistazo fugaz del mundo árabe.
Fui criada en el Líbano donde me enseñaron que los judíos son malvados, que Israel es el demonio, y que tendremos paz en Medio Oriente sólo cuando matemos a todos los judíos y los arrojemos al mar.
Cuando los musulmanes y los palestinos declararon el Jihad en contra de los cristianos en 1975, comenzaron a masacrar a los cristianos ciudad tras ciudad. Terminé viviendo en un refugio subterráneo entre los 10 y los 17 años, sin electricidad, comiendo pasto para vivir, y esquivando balas para llegar a un manantial para buscar agua.
Fue Israel quienes vinieron al Líbano para ayudar a los cristianos. Mi madre resultó herida por una bomba musulmana y la llevaron a un hospital israelí. Cuando entramos a la sala de emergencia me horrorizó lo que vi. Había cientos de personas heridas, musulmanes, palestinos, cristianos y soldados israelíes, acostados sobre el piso. Los médicos trataban a cada uno de acuerdo con sus heridas. Trataron a mi madre antes de tratar un soldado israelí que estaba a su lado. No prestaban atención a la religión. No se fijaban en la afiliación política. Veían gente que necesitaba ayuda.
Por primera vez en mi vida, experimenté una calidad humana que supe que mi cultura nunca se la mostraría a un enemigo. Experimenté los valores de los israelíes – que son capaces de amar a su enemigo en los momentos más difíciles. Estuve 22 días en aquel hospital. Aquellos días cambiaron mi vida y la manera de escuchar a los medios. Comprendí que me habían vendido una mentira fabricada por un gobierno acerca de los judíos y de Israel, y que estaba muy lejos de la realidad. Sabía que si se tratara de un judío en un hospital árabe, me lincharían y arrojarían gritando alegremente “Allahu Akbar” (D-os es grande).
Me hice amiga de algunas familias de soldados israelíes heridos, una mujer en particular, Rina, cuyo único hijo estaba heridos en los ojos.
Un día estaba de visita con ella y vino la banda militar israelí a tocar canciones nacionales para elevar el espíritu de los soldados heridos. Cuando rodearon al hijo de Rina tocando una canción sobre Jerusalém, Rina y yo comenzamos a llorar. Me sentí fuera de lugar y comencé a salir del cuarto, y esta madre me sostuvo la mano y me obligó a quedarme ahí sin siquiera mirarme. Me sostuvo llorando y dijo: “No es tu culpa.” Estuvimos ahí llorando tomadas de la mano.
Qué contraste entre ella, una madre mirando a su hijo de 19 años deforme, y aún capaz de amarme – el enemigo, y entre una madre musulmán que envía a su hijo para que se haga estallar con el fin de matar algunos judíos o cristianos.
La diferencia entre el mundo árabe e Israel es una diferencia de valores y de carácter. Es barbarismo en contra de civilización. Es dictadura en contra de democracia. Es el mal en contra del bien.
Una vez, hubo un lugar especial en lo más profundo del infierno para todo aquel que mataba intencionalmente a un niño. Ahora, el asesino intencional de un niño israelí está legitimado como “la lucha armada palestina”. Pero una vez que este comportamiento está legitimado en contra de Israel, también lo está en cualquier parte del mundo, avalado sólo por la creencia subjetiva de unas personas que son capaces de envolverse en dinamitas y clavos con el objetivo de matar niños en el nombre de D-os.
Como a los palestinos los educaron para creer que asesinar civiles israelíes es una táctica legitima para avanzar en su causa, todo el mundo ahora sufre de una plaga de terrorismo, desde Nairobi hasta Nueva York, desde Moscú hasta Madrid, desde Bali hasta Beslan, una plaga de terror que ha sido inventada y perfeccionada por los palestinos durante la última mitad del siglo.
Le echan la culpa de los suicidas a “la desesperación por la ocupación”. Pero les voy a decir la verdad. El primer atentado terrorista cometido por árabes en contra de Israel ocurrió diez semanas antes de que Israel se haya convertido en independiente. Fue el domingo por la mañana, 22 de febrero de 1948, anticipándose a la independencia israelí, fue detonada una bomba por un terrorista árabe en la calle Ben Iehuda de lo que en ese entonces era el barrio judío de Jerusalém. Cincuenta y cuatro personas murieron y hubieron cientos de heridos. Es obvio que el terrorismo árabe no es causado por la “desesperación de la ocupación”, sino por el mismo hecho de la existencia del estado judío.
Tantas veces en la historia de los últimos 100 años, los ciudadanos no hicieron anda, permitiendo que el mal prevalezca. De la misma manera que los Estados Unidos lograron derrotar al comunismo, es hora que derroten al terrorismo de la intolerancia religiosa. Es hora de que todos nosotros nos pongamos de pie y apoyemos y defendamos al estado de Israel, que es el frente en la guerra contra el terrorismo.

 

Nro 359 Kislev del 5765 / Noviembre de 2004

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