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Estamos acostumbrados a escuchar historias acerca de gentiles que atentan contra cementerios judíos. Pero últimamente se informó sobre algunos casos en los que vecinos no judíos de los mismos asistieron en la renovación de antiguos lugares de reposo de difuntos judíos. Estas noticias fueron principalmente suministradas por nietos y otros descendientes que suelen asistir a visitar y homenajear a quienes fueron allí enterrados.
Se informó de esta manera que en los sucesivos veranos, la época en la que se puede trabajar mejor en las distintas tareas de remoción de malezas, y otras, fueron encaradas decenas de obras de mejoramiento y renovación que no sean afectadas por las lluvias propias del invierno y el otoño, en distintos países de Europa oriental.
También se informó, que el llamado de distintas organizaciones que se ocupan de convocar al mantenimiento y la renovación de camposantos judíos, fue ampliamente escuchado. El “Consejo de salvación de cementerios de Europa”, la “Sacra acción” y “Avoteinu”de Nueva York, quienes convocaron a personas privadas a pedir instrucciones antes de iniciar sus trabajos, para anticiparse a posibles daños involuntarios , fueron escuchados.
Hace algunos meses el tema fue discutido en un encuentro internacional de gente preocupada por esta temática, en Nueva York. Entre otros participaron las organizaciones mencionadas. Elaboraron una serie de recomendaciones, por escrito, que fueron y serán alcanzadas a quienes encaren tareas de renovación y mantenimiento. Ya sucedió que se construyeron muros y medianeras con procedimientos y mediciones incorrectas, que luego se derrumbaron.
Este llamado no cayó en vano, sino que es escuchado por muchos vecinos de buena voluntad, como en el poblado de Faizing, en Eslovaquia, donde la población colaboró ampliamente con las tareas de renovación, incluso trayendo matzevot, lápidas judías desperdigadas por toda la zona, y acercándolas al cementerio judío. Muchos de ellos dijeron que al ver con cuanta diligencia los judíos trabajaban en limpiar, renovar e incluso reconstruir lápidas dañadas, se arrepentían de que durante varias generaciones en la zona se hubieran dañado, roto e incluso retirado lápidas para distintos usos particulares. Muchos de ellos se comprometieron a cambiar la actitud y brindar honor a quienes allí yacen. Es de destacar que después de la 2ª. Guerra mundial fueron construidos en las inmediaciones del lugar tres grandes edificios cuyos jardines llegan a los límites del nombrado cementerio. La iniciativa de esta reconstrucción surgió del Rabino Itzjak Tuvia Vais Shlita, de la Congregación Jaredit de Jerusalém, y de los Hermanos Shlesinger de Estrasburgo, cuyos abuelos allí reposan.
En otro lugar, en Rumania, en la ciudad de Interdam, se llevaron a cabo tratativas con vecinos del cementerio judío allí existente, ante desacuerdos con respecto a los límites del mismo, y discusiones acerca de terrenos ubicados dentro de sus límites, pero las conversaciones llegaron a un buen fin y fueron terminadas con un gran acuerdo e incluso un convenio de cooperación en futuras tareas de mantenimiento .
Los activistas de estos emprendimientos visitaron últimamente cerca de 20 cementerios principalmente en Rumania y Hungría, donde se llevarán a cabo tareas de mantenimiento y renovación en las próximas jornadas del verano europeo.
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