A partir de las barbaridades cometidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial los judíos tenemos un problema traumático tan comprensible como difícil de remediar. El Holocausto, como (mal) se suele llamar aquellos acontecimientos, esta omnipresente en todo el accionar judío, desde los m s remotos lugares donde viven judíos hasta los m s altos estratos del Estado de Israel. A partir de ese trauma, muchas veces nos es difícil encarar adecuadamente desafíos
¢ simplemente hechos de actualidad que en realidad nada tienen que ver con los masivos asesinatos cometidos por los nazis.
Esto comienza con la aceptación lisa y llana del término Holocausto, lo que en realidad significa algo así como sacrificio voluntario en aras de alguna causa concreta. Ese termino ha sido introducido como sinónimo de las masacres nazis a partir de una entonces muy bien hecha producción cinematográfica de Hollywood y evidentemente para tal fin era adecuado. Pero no lo es para señalar a uno de los más graves hechos que registra la historia universal, ya que difícilmente se puede apreciar, que seis millones de civiles desarmados y pacíficos hayan ido voluntariamente a una muerte horrible y no obligados por fuerzas diabólicas.
Pero "como se sabe" los muertos no se pueden defender y los que tuvimos la gracia de sobrevivir aquella época tremenda insistimos en mal usar la memoria de la misma. Los abusos de los recuerdos se ampliaron en los últimos años a los acontecimientos y las memorias de personalidades de actualidad, mal-politizándolos.
Así pasa con el famoso movimiento Shalom Ajshav y la instrumentación que recientemente se hizo con la venerable figura de Izhak Rabin con motivo del octavo aniversario de su trágica muerte a manos de un evidentemente fanáticamente loco judío. Shalom Ajshav "Paz Ahora" es en realidad un emprendimiento loable, si es adecuadamente manejado como expresión del deseo de paz del pueblo judío. Pero tal cual lo instrumentan presenta a Israel como a la diáspora judía como divididos entre amantes y contrarios a la paz. Lo que a todas luces no refleja la verdad, ya que difícilmente se puede encontrar a un judío que no desea con todo el alma la paz.
Si el tema de la paz con los palestinos pudiera solucionarse con un simple voluntarismo, como en el mejor de los casos lo refleja Shalom Ajshav, seguramente el problema ya habría pasado a ser resuelto. Pero las cosas no son tan fáciles y los lideres de Shalom Ajshav no son tontos y por lo tanto lo saben. Lo que en realidad se esconde detrás de su accionar no son tanto deseos de contribuir a la búsqueda de una solución adecuada del trágico enfrentamiento con los rabes sino fines politicos-culturales, reñidos con las tradiciones y la espiritualidad judíos. La figura de Izhak Rabin z"l. sirve al efecto gracias a sus bien intencionados esfuerzos para llegar a un "modus vivendi" hasta con los huestes de Yasir Arafat. Lo que, como todos sabemos, lamentablemente no funcionó.
Entre nosotros Shalom Ajshav dio cuenta de esta realidad mediante un (supuesto) homenaje a la memoria de Izhak Rabin con motivo del octavo aniversario de su trágica muerte. El evento se realizo en el aula magna del Colegio Nacional Buenos Aires con la participación de conocidas personalidades de la izquierda argentina, entre ellos el Premio Nobel de la Paz, Pérez Esquivel, aunque sin la concurrencia de representantes israelíes y del liderazgo judeo-argentino. Concurrí a esa reunión para hacerme una impresión directa del ambiente que se vivió, y resultó penoso. No por la esperada tendencia de izquierda sino por el abuso que se hizo de la figura de Rabin y el ambiente radicalizado.
Rabin fue presentado como la figura emblemática de Shalom Ajshav en su actual configuración, lo que es a todas luces lejos de la realidad. Es posible que, de NO haber ocurrido el asesinato del General Rabín, el líder laborista (socialdemócrata) hubiera logrado encausar mejor el curso del proceso de paz, que comenzó en Oslo, que sus sucesores. Pero esto es tan solo una posibilidad. Lo que es realidad es otra: Rabin tenia una línea claramente definida y delimitada respecto de las condiciones aceptables para Israel para llegar a un arreglo con los palestinos. Esa definición excluía expresamente la nueva partición de Jerusalén. Seguramente NO habré sido yo el único que le escucho decir a Rabín, pocos días antes de su muerte, que "jamas permitiremos que la bandera palestina flamee sobre Jerusalén".
Como Premier israelí y titular del partido laborista, Rabin participó de la concentración por la paz en el contexto de los acuerdos de Oslo, pero ahora Shalom Ajshav presenta esa concurrencia de Rabin como un aval a los postulados de la extrema izquierda, lo que no aguanta siquiera el mas simple examen a la luz de la realidad.
En la reunión del Aula Magna del Colegio Nacional Buenos Aires se presentó la situación israelí bajo la luz de la política sostenida por el líder asesinado, como contrapunto. Según los oradores judíos y no-judios del evento la culpa del actual estancamiento del proceso de paz es exclusivamente del gobierno de Ariel Sharón, a quien casi calificaron como fascista al estilo mas extremista, en tanto (también casi) el Sr. Arafat es un líder democrático y profundamente pacifista. De que Sharon "le guste a uno su política o no" es el único Jefe de Gobierno democráticamente electo y legitimado del Cercano Oriente para nada se mencionó en ese "homenaje" a quien en vida era un hombre luchador por una paz justa y con resguardo de los intereses de Israel. Es cierto: Al menos algunos de los oradores sostenían el derecho de Israel para existir, pero la tendencia que se escucho es, que la paz depende de lo que haga ¢ deje de hacer Israel, ya que de parte de los palestinos todo est orientado hacia la "convivencia pacifica de dos estados vecinos".
La curiosa visión que Shalom Ajshav parece tener de una "paz justa" recuerda a épocas felizmente superadas, cuando la mirada de sus actuales líderes se orientaba hacia la Unión Soviética. Hay que reconocer finalmente que el Comunismo es legal también en Israel como en la mayoría de los países democráticos, y por lo tanto tienen sus seguidores todo el derecho para sostener esa posición. Lo que NO es admisible es que se abusa del prestigio y recuerdo de personalidades que nada tenían que ver en vida con aquellas posturas y además se camuflan como demócratas y adalides de la paz.
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