Comunidades


Periódico Judío Independiente
agosto-1-2003
Una mirada sobre lo qué pasa con los jóvenes judíos entre 18 y 30 años.

Por ¿APATIA; INDIFERENCIA O FALTA DE ESPACIOS? ( 1º parte)
Betina Wajchman
Los jóvenes que nacieron en un hogar típico judío en la Argentina, generalmente antes de los 18 años suelen frecuentar alguna institución de la comunidad. Pero cerca de los 18 años, se produce un fenómeno y es que los jóvenes en su gran mayoría se alejan de las instituciones, decrece el compromiso y aparece falta de interés y participación en las mismas. Esta actitud coincide con que a esta edad empiezan a estudiar en la universidad y a trabajar, y están mucho mas abiertos y con ansias de conocer otros ámbitos. Sin embargo, muchos de los jóvenes que durante varios años se alejaron de la comunidad, vuelven a la misma, luego de haber constituido su propia familia.
Mientras que la actitud de los jóvenes es de distanciamiento, muy diferente es la de las instituciones que quieren contactarlos, no esperan en forma pasiva que algún día o quizás nunca se acerquen, sino que intentan despertar su interés y responder a sus inquietudes a través de marcos comunitarios.

Pero aun así, no todos los jóvenes están interesados en su identidad judía, algunos nunca se acercan y otros esporádicamente cuando una actividad les resulta muy atractiva.

Para entender este alejamiento, debemos pensar que vivimos en Argentina, y si bien los jóvenes judíos pertenecen a una comunidad, deben integrarse a una sociedad donde la mayoría no es judía. Y para los jóvenes lo mas importante es estar con otros jóvenes.

La identidad judía, las raíces, la tradición, siguen ocupando un lugar muy importante, pero en la vida cotidiana, en el día a día, este sentimiento se deja de lado. Los jóvenes son argentinos y judíos y su identidad se mueve entre ambos sentimientos, a veces prima el sentimiento judío y a veces integrarse en forma completa a una sociedad, resignando costumbres, lugares de encuentro, tradiciones, etc.

Algunos jóvenes al formar una familia, con alguien que no es judío, también se alejan de las instituciones y se encuentran con un gran desafío, que es formar un hogar con diferentes culturas, decidir como será la educación de sus hijos, si se les hablara de una sola o de las dos religiones o si no se les hablara de ninguna hasta que sean mas grandes, etc. Como sea la asimilación es difícil en muchos casos, ya que generalmente se resignan deseos.

Así como los jóvenes manifiestan en general que les gustaría formar pareja con alguien de la comunidad, para poder compartir mas cosas, pero que este no es un requisito indispensable, también los padres de estos jóvenes, a diferencia de lo que sucedía en otras épocas, piensan de esta manera y acompañan la postura mas abierta de sus hijos, no siempre con el mismo grado de aceptación. Muy diferente era lo que sucedía con los jóvenes judíos inmigrantes, que tenían un sentimiento de arraigo muy fuerte hacia el judaísmo, y tanto para ellos como para sus padres era inadmisible la asimilación.

Lo que si es común entre aquellos jóvenes judíos inmigrantes y los jóvenes judíos nacidos en la Argentina es que existen valores en común como la familia, el estudio, el porvenir, el trabajo. Valores que seguramente han sido transmitidos de generación en generación.



Para interiorizarnos mas sobre el sentir de los jóvenes judíos he aquí testimonios de jóvenes distanciados de la comunidad y otros que participan activamente en ella.

A):
Es un joven judío de 24 años, estudiante de Marketing. Trabaja en una empresa textil. Cursó el secundario en un colegio de la comunidad y también fue socio de Hacoaj. No estaba muy arraigado a lo comunitario, y el club era simplemente el lugar de encuentro con sus amigos. Se alejo de las instituciones porque se dio así. Remarca en esto de pertenecer a la comunidad que siente que cualquier cosa que le pase puede tener ayuda de la misma. Esto lo comprobó en viajes que realizo y vio la solidaridad que existe entre los judíos en Israel y los judíos de la diáspora.
Hoy por hoy le falta tiempo. No le interesa tener compromiso con la comunidad, ni se lo plantea. El tiempo que le sobra, que no es mucho, quiere compartirlo con amigos. Cuando se entera de una actividad que organiza la comunidad piensa que será con un fin sionista. Si se entera de una conferencia y el tema le interesa puede llegar a ir. Especialmente no le atraen las actividades que se organizan para conocer gente. Siente que es judío porque sus padres lo son, porque respeta lo que heredo y le gustaría mantenerlo.

(A):
Es una joven judía de 23 años. Estudia Psicología, y trabaja como Auxiliar de maestra jardinera. Nunca tuvo un contacto directo con instituciones. Cree que esta falta de interés hacia la comunidad se debe a que fue educada sin dedicarle demasiada atención a ese aspecto ya que sus padres tampoco estaban relacionados con la misma. Sin embargo, sí se reconoce a si misma como judía, y esto le resulta algo extraño. No es practicante. Pero de todas formas, a manera de tradición, si participaba de festejos y fiestas de primos y tíos. Pero siempre desde un lugar de poco compromiso, y por sobre todo para compartir momentos en familia. Ella reconoce igualmente que existen un montón de cosas positivas dentro de la comunidad. Esta al tanto de que se organizan diversas actividades para jóvenes e incluso de organizaciones que brindan muchas oportunidades.

Le gustaría que su pareja fuera judía o que sienta como ella el judaísmo ya que cree que de esta manera se pueden compartir más cosas. En relación a la comunidad, cree que cada uno se involucra hasta donde quiere. Y su falta de interés no se debe a ningún motivo en especial.


(M):
Es una joven mama judía de 35 años, tiene dos hijos y esta casada con una persona que no es judía. Nos cuenta que cuando era chica el acercamiento que tuvo con la religión fue por medio de un club, ya que en su casa solo festejan las fiestas y van al templo en Iom Kipur.

El contacto más fuerte fue cuando en la adolescencia sus padres la asociaron a Hebraica y empezó a hacer amigos y a moverse dentro de lo que es un club. Nunca tuvo un sentimiento profundo hacia la religión, no reniega de ella, pero siente que esto de tener un título JUDÍO ó CATÓLICO, no suma, sino al contrario, divide. Ella considera que las personas, ante todo son personas buenas o malas, y a partir de ahí puede valorar a la gente.

Cuando se casó no tuvo oposición. Y no dejó de ser judía, ni su marido católico. Pusieron como condición que sus hijos serían libres de elegir la religión que quisieran cuando tuvieran la suficiente edad y madurez, y que ellos como padres no iban a influenciar ni para un lado ni para el otro, pero si mostrar de que se trata cada cosa.


(D) :
Daniela Zeitune, tiene 25 años, es estudiante de Psicología de la UBA y Ex Coordinadora de la Red de Jóvenes Judíos. A diferencia de los testimonios anteriores, ella sí esta mas comprometida con la comunidad.
Observó que el motivo más común en la mayoría de los jóvenes que se acercan a los marcos comunitarios es encontrar un espacio de amigos o una pareja. Y quienes vienen con este objetivo se alejan tan pronto como consiguen alcanzarlo y se vuelven a acercar cuando lo pierden.

También hay otro motivo, que empezó a notar más que nada desde el año pasado, que es el hecho de ayudar a la gente que lo necesita. Sin embargo, un porcentaje más pequeño de jóvenes, en el cual se encuentra ella misma, se acerca a la comunidad por una necesidad de expresar o vivenciar su judaísmo, al organizar voluntariamente actividades para jóvenes judíos.

Cree que los jóvenes se alejan de los espacios comunitarios por una necesidad de descubrir otras facetas que hay en el mundo. Y a veces los jóvenes que están adentro como ella, también se alejan cuando observan políticas inapropiadas. Por momentos los espacios comunitarios hacen sentir que uno forma parte de algo, pero cuando ese algo no alcanza, es cuando se emprende la búsqueda de algo más extraño y diferente.


(D) :
Es un joven judío de 22 años. Y al igual que el testimonio anterior tambien esta mas comprometido con la comunidad.

Trabaja en Hebraica desde 1998. Inició su camino dentro del marco judío, desde chico, en el Scholem, donde siente que aprendió lo primordial.

ORT, le enseñó sobre sus raíces, la historia de su pueblo y encendió esa chispa mágica por la cual se intereso mas sobre el pasado, para así el día de mañana poder contarle a sus hijos y nietos sobre el mismo, y pasar esto de generación en generación.

Fue socio de Hebraica, de donde tiene recuerdos de momentos imborrables, los cuales le generaron ansias de ser un educador dentro de la institución. Sostiene que el juego es la mejor manera de aprender, y allí descubrió la importancia de la educación no formal.

Se siente parte de una comunidad que lucha siempre por continuar unida. Y eso es lo que quiere que el día de mañana sus hijos sientan del judaísmo,es una forma de vida, que es una elección de vida.

En la próxima edición, cerrando este informe, reseñaremos algunos de los espacios más importantes que la comunidad ofrece a los jóvenes en esta etapa crítica.

6 de Agosto de 2003 - 8 de Av de 5763
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