Comunidades


Periódico Judío Independiente
La crisis en Venezuela
“Vivimos en una dictadura y tenemos miedo por nuestras vidas”

Por Luciano Stilman, especial para Comunidades
Oriundo de Caracas, un hombre de 45 años quien integra la comunidad judía, habló en exclusiva con Comunidades de la difícil situación que está atravesando Venezuela; el hambre de la población, el crecimiento de la delincuencia, los crímenes, las medidas autoritarias de Nicolás Maduro y el exilio cada vez más frecuente.
Por Luciano Stilman, especial para Comunidades
"La democracia en Venezuela está apenas viva, si todavía está viva", dijo Zeid Ra'ad al Husein, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, en un duro informe que emitió su oficina sobre la situación que vive el país caribeño.
"El uso generalizado y sistemático de fuerza excesiva durante las manifestaciones y la detención arbitraria de manifestantes y presuntos opositores políticos denota que no se trata simplemente de actos ilegales o insubordinados de funcionarios aislados", señaló el escrito de la ACNUDH.
Esta realidad es la que viven a diario millones de venezolanos. El autoritarismo, el hambre, la represión, la utilización de las estructuras gubernamentales para provecho de pocos, la represión, las detenciones arbitrarias, y la muerte son moneda corriente.
Entre el 1 de abril y el 31 de julio las organizaciones de la sociedad civil indicaron que hubo al menos 157 muertos durante manifestaciones.
Sin embargo, las cifras de muertos, de personas que caen debajo de la línea de pobreza e indigencia, de presos políticos, y de bebés muertos al nacer, aumentan exponencialmente a medida que uno revisa los informes anuales de organizaciones no gubernamentales. Por ejemplo, los relevamientos indican que se contabilizaron al menos 300.000 muertes violentas desde el comienzo del chavismo.
Así lo cuenta “J”, un judío venezolano de 45 años de edad quien habló con Comunidades reservando su identidad por miedo a represalias (ser detenido por contar lo que se vive allí), y nos aseguró que próximamente se exiliará del país porque “esto no tiene una solución”.
- ¿Cómo estás viviendo lo que sucede actualmente en Venezuela?
Estoy muy triste porque la gente está sufriendo mucho. La mayor parte de la población tiene un ingreso mensual alrededor de los 12 dólares.Estamos hablando que Venezuela tiene una economía dolarizada. Una familia promedio gana unos 25 a 30 dólares, lo que equivale a un par de zapatos de mediana calidad. Una gran cantidad de familias están pasando mucha hambre, el país está en un deterioro absoluto y no hay mantenimiento de nada.
Para darte un ejemplo: cada bote de basura tiene a 1, 2 o 3 personas al lado revisándolo. A más hambre hay más delincuencia y vivimos una escasez muy grande por el control de precios. La inflación el año pasado fue de 800% y este de 1200%. La gente está pasando por una situación muy compleja porque no tiene dinero para comprar los bienes disponibles, los cuales están a precios que no puede acceder. Un porcentaje muy grande no tiene acceso a proteínas, granos, pastas y se ven personas con comienzos de delgadez extrema, parecido a lo que se ve en algunos lugares de África. Y son personas que tienen trabajos dignos.
- ¿Cuál es tu visión de la situación política y social?
Estamos viviendo en una dictadura. Un concepto adecuado sería llamarlo anarco-dictadura, a pesar de ser un país de sumas riquezas. Quienes gobiernan actualmente y los últimos 18 años tienen una ambición extrema y, por supuesto, como todas las dictaduras, para poder seguir robando las riquezas del país, mantienen a la gente pobre y tonta, mientras que las clases media y alta se van de Venezuela, cosa que ya han venido logrando de manera sistemática. Casi el 10% de la población ya ha salido de Venezuela, unas 3 millones de personas, y estos regímenes narcisistas no ceden ante ningún tipo de presión; siempre buscan un culpable, y creo que la única opción en este momento para poder generar un posible freno a esta situación es la incursión de una fuerza o alianza extranjera para atrapar a las personas que de manera ilegal hoy ostentan cargos importantes en el Gobierno pero que son probos en su exceso de ambición y en operación de narcotráfico a nivel mundial. Tenemos una sociedad cada vez más empobrecida, cada vez más embrutecida, que presionados por la necesidad son manipulados para actuar a merced del Gobierno, como por ejemplo el hambre. Actualmente esa necesidad lo satisfacen con unas cajas llamadas CLAP, que son las que supuestamente traen suficiente alimento para poder mantener a una familia, entonces la familia promedio venezolana no va a los mercados, que en realidad allí ya no hay nada, y esperan con ansias estas cajas que vienen a precios irreales y que condicionan a la persona a seguir la voluntad del Gobierno, porque sino le quitan el CLAP que es lo que les da de comer.
- Antes mencionaste que para vos Venezuela hoy está bajo un régimen dictatorial ¿están garantizados los derechos humanos y las libertades básicas?
Definitivamente estamos en una dictadura donde no solamente no se respetan los derechos humanos sino que no hay ningún tipo de ley y la impunidad es absoluta. En lo que refiere a lo criminal la impunidad supera el 92% de los casos y esto genera una anarquía terrible. A su vez, quienes tienen un poco de autoridad pueden abusar de su poder contra las personas, extorsionando, secuestrando, y no tiene problemas porque son “autoridad”. Los derechos humanos están sumamente dañados, heridos.
¿Qué es lo que hace la gente? ¿Hay algún tipo de vida fuera del trabajo y el hogar?
La gente promedio está encerrada después de las 6 de la tarde con mucho miedo de salir de su casa. Si uno camina por la calle de noche no va a observar a ninguna persona ni automóviles. La vida nocturna está prácticamente desaparecida. Aquí no existen los bares, restaurantes, las personas temen salir, ser asaltado o asesinado, por lo que solamente se encuentra con soledad y oscuridad. Un 70% del alumbrado público está en mal estado, el 70% de Venezuela está apagada y eso genera más miedo. Es por ello, como muestra de ejemplo, que las libertades básicas de las personas no están garantizadas. Además, la movilidad está reducida drásticamente. Más de 11 aerolíneas se han ido de Venezuela, el resto ha bajado su oferta y frecuencia cayó en casi un 80%, por lo que es muy difícil conseguir un pasaje, y a eso hay que sumarle el temor a que te quiten tu pasaporte, tanto en la salida como en la entrada porque se les da la gana, y ha pasado mucho.
Por pertenecer a la comunidad judía, ¿existe un mayor rechazo, discriminación o antisemitismo?
Ha habido numerosos intentos de parte del Gobierno de satanizar a la comunidad judía de Venezuela. Hemos vivido allanamientos al club Hebraica, ataques directos a la sinagoga principal sefaradí hace algunos años, pero yo como judío no he sentido en las calles o en mi día a día algún tipo de rechazo, más allá del normal que se ha sentido aquí hace muchos años, que alguien te pueda gritar “judío”, pero generalmente tenemos admiración o muy buenas relaciones con nuestros vecinos, o ignorancia, porque alguien te ve con una kipá y te pregunta si eres árabe. Posiblemente hay un mínimo antisemitismo ignorante. Sin embargo, sabemos que en Venezuela operan extremistas de Hezbollah, que está aquí hace muchos años y posiblemente personas que pertenecen o simpatizan en los años de bonanza pudieron financiar al movimiento. Uno como judío no se siente rechazado o atacado, al menos no yo en particular o como comunidad.
- ¿Cómo es la vida de los judíos en Venezuela?
El tema que se habla en los últimos dos años es “me voy o me quedo”, pero la vida en la comunidad es hermosa porque es muy unida, se quiere mucho, la gente ama a su comunidad y a su país. Los judíos en Venezuela están integrados, disfrutan estar juntos, en su club, pertenecer a su colegio, reunirse. Es una comunidad muy especial, aunque es muy doloroso que mucha gente se esté yendo. A pesar de esto, la comunidad se quiere mucho, y esa es una de las razones por las que muchas personas aún se quedan, aunque por la situación económica, política y social ahora muchos optan por renunciar y es parte de lo que más les duele a quienes están tomando esta decisión de irse. Muchos ya lo han hecho.
- ¿Tenés miedo por tu vida?
Si. Venezuela es muy peligrosa. Nosotros somos una población de 30 millones de personas y hay 30.000 asesinatos al año, el doble que en EE.UU. donde viven más de 315 millones. Estamos hablando de asesinatos con armas de fuego por personas desconocidas. Las estadísticas en cualquier otro país no son así,; esto es peor que una guerra. Yo fui secuestrado el año pasado, viví una experiencia muy compleja entre la vida y la muerte, y soy testigo de que cualquiera corre el riesgo que le pase algo así o mucho peor. Tememos por nuestra vida constantemente porque el hampa aquí no tiene miramientos; su sistema de valores y la empatía con la víctima no existe, entonces el valor de la vida es cero. Tenemos por nuestra vida, no como judíos, sino como venezolanos, aquí es una lotería.
- ¿Pensas o pensaste en exiliarte?
Sí, sin lugar a dudas. Estoy convencido de que esto no tiene una solución a mediano plazo y que ya es hora de dejarlo todo atrás y buscar un país que nos ofrezca mayores oportunidades de vida. Pienso que este año se van a exiliar muchísimas personas, que se va a diezmar la comunidad.


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