Hace no muchos días una noticia me conmovio, porque hace tiempo, yo particularnente, venía prediciendo que podía pasar, pero no tan pronto. Esto es, culpar de algo a alguien del poder de turno, a través de su condición de judío. En este caso, en la pared exterior del barrio donde reside Sergio Szpolski, ultra-K y vice-presidente del grupo Veintitrés, apareció una pintada que textualmente decía: "Acá vive el Gobbels de Cristina" (sic), en referencia a Joseph Goebbels, el terrible ministro de propaganda de Hitler. Por supuesto que no es para sorprenderse, puesto que los judíos, a lo largo de nuestra historia, siempre sufrimos ese tipo de agresiones. Pero en este caso hay una diferencia. Hombres como Szpolski, desde los medios adictos, o como Timmerman desde el mismo gobierno, actúan en contra de Israel y de nuestra comunidad, y producen el esperado rechazo. Agrego por mi cuenta, a periodistas, que aún siendo judíos, son ultra-anti-israelíes, como Pedro Brieger. Ellos se jactan de apoyar, como dijo Victor Hugo Morales, "a la más maravillosa de las democracias", que en realidad dista mucho de eso, y en cambio denostan a Israel, que es la única democracia real de Oriente Medio.
Realmente me inquieta el futuro, respecto de este tema, y pienso que nuestras organizaciones deberían hacer algo para prevenir hechos desagradables como este.
Gabriel Chemi Cap. Fed.
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