El periodista Gabriel Levinas, director del portal Plaza de Mayo y columnista de Jorge Lanata, dialogó con Comunidades sobre la reedición de su libro “La ley bajo los escombros”, justamente a 20 años del atentado contra la AMIA. Hablo del agente infiltrado en Pasteur y , analizó el antisemitismo, la guerra en Gaza y el trato propalestino que le dan los medios al conflicto de Medio Oriente.
- ¿Qué tiene de nuevo la reedición de “La ley bajo los escombros” que ya está en las librerías?
El libro tiene varios agregados como el tema del espía José Alberto Pérez, quien se hacía llamar Iossi Pérez, y era un agente de inteligencia de la Policía Federal , que se infiltró en la comunidad judía entre 1986 y 2000); un artículo periodístico de un americano que pone en duda el tema iraní; habla el abogado de Memoria Activa, Pablo Jacoby; y también hay un reportaje a Carlos Telleldín. El original no se toca, se le agregan una serie de reportajes y notas por afuera para actualizarlo.
- ¿Cómo llega a vos el tema del espía?
Me llega por medio de Miriam Lewin y Horacio Lutzky que tenían esta información desde hacía varios años. Ellos querían buscar la forma de poder protegerlo a él y a su vez largar la información. La cuestión es que después de un montón de intentos, entre ellos con Nilda Garré que ocultó la situación y no hizo nada (según reportes periodísticos se reunió dos veces con el espía cuando era Ministra de Seguridad de la Nación). Después él empezó a ser reticente, pidió condiciones y a pesar que esas condiciones se cumplían no quiso hablar públicamente; y en un momento, después de 20 años del atentado y de muchos años de estar conversando con él, pensó que la cosa no daba para más y avisé que yo iba a poner a la luz todo y lo conté.
- ¿AMIA y DAIA no tenían idea que había una persona infiltrada?
Obvio que no sabían nada.
- ¿Puede aportar algo este espía a la causa AMIA?
Yo creo que él sabe más de lo que dice y está en un ámbito que corresponde que lo diga. Es un tipo inteligente, pero él sostenía, y por eso se acercó a nosotros, que estaba seguro que suministró información necesaria a sus superiores para cometer el atentado.
- ¿Cuál es tu reflexión que todavía no hay justicia después de 20 años de aquel 18 de julio?
Yo creo que por algún motivo insólito e incomprensible el estado argentino nunca quiso llevar a fondo la investigación en ningún momento en los 20 años. Ningún presidente de la Nación quiso llevar adelante esta investigación a fondo, y ninguna fuerza de seguridad ni la justicia lo quisieron hacer. Pero lo extraño es que hayan contado con la colaboración, por acción o por omisión, de la comunidad. Primero que hubo una enorme inhabilidad, desconocimiento en materia penal y en este tipo de cosas por parte de los abogados de AMIA, DAIA y la querella. Después, una presunción a priori acerca de los orígenes del atentado, así que cualquier elemento que aparecía, información, prueba o lo que sea, que no coincidía con esta teoría inicial era descartada, no era investigada, y hoy nos encontramos en la investigación con una pista iraní que es difícil de sostener en los hechos, porque una cosa es que existan informaciones e informes de inteligencia que nos puedan hacer pensar que Irán está involucrado, cosa que puede ser posible, y otra cosa es que en la causa haya elementos probatorios que sirvan para poner preso a alguien. Cualquier cosa que sea contundente y probatoria en la causa no apuntan a Irán sino a la conexión local, que pudo haber trabajado por orden de alguien o cómplice de alguien, pero en la causa no hay nada contundente. Una cosa son indicios, teorías y alguna escucha de inteligencia que sirva para tener una teoría, pero otra es que todo eso pueda ser demostrado para condenar a alguien. Hay faltantes de pruebas. Primero hay que tener en claro qué pasó en la AMIA y después saber quién lo hizo. Hoy no tenemos eso claro, sabemos que murieron 85 personas y explotó una bomba. Pero cómo fue puesta la bomba, cómo llega al lugar, de dónde sale el explosivo, no. Es como condenar una persona porque tenés el cadáver y el móvil, pero si no tenés la pistola no lo vas a poder condenar.
- ¿Por qué pensás que se apuntó tan fuertemente a la causa internacional y no tanto a la local?
Yo creo que las cabezas de la comunidad tuvieron miedo de enfrentar al Gobierno, a la policía, a los servicios de inteligencia. Siempre ha actuado de manera muy timorata, muy poco clara. Además con mucha ingenuidad, porque muchas veces han sido infantiles en el manejo de la causa.
- Hace unas semanas se determinó que el fiscal Nisman va a poder acceder a los archivos de la Policía Federal, ¿lo ves como un paso adelante?
Lo que está haciendo Nisman está en lo correcto, como en la posibilidad que se abran los expedientes, porque cualquier cosa que haya hecho o descubierto la Policía Federal por ahí sirve para entender un poco más. Si bien por ahí no sirve para esclarecer, tal vez sea para entender a quiénes eran los que estaban investigando y si había personas que estaban encubriendo, y ese tal vez sea un camino para llegar a los culpables. Si alguien encubrió lo hizo por algo, porque le pagan, le pidieron o tiene que ver con el atentado.
- Cambiando de tema, ¿cuál es tu visión y reflexión del conflicto entre Israel y los palestinos?
Es un conflicto que es muy viejo y que puede durar muchísimos años más. Para el tango se necesitan dos. No hay manera de encontrar un responsable, o que uno es el bueno y uno es el malo; hay un pueblo que sufre ; hay un pueblo israelí que está bajo fuego permanentemente, interrumpiendo sus actividades, escondiéndose, es una situación terrible. Yo no creo en eso que “ellos no quieren la paz y nosotros sí”, yo creo que no hubo una voluntad profunda de llegar a la paz, o por lo menos desde hace muchos años. De alguna manera, tantos años de guerra y de lucha fueron haciendo a todos más duros, más malos, más sanguinarios, más insensibles con lo que le pasa al otro, y eso pasa en los dos bandos. No hay duda que muchos años de guerra hace que estamos dirigidos no por lo más inteligentes.
- ¿Cómo ves las repercusiones en los medios argentinos?
Hay en la Argentina, y lo vimos, gente con una base antisemita muy profunda. A veces se disimula porque queda mal decirlo o parecerlo, pero murieron más de 1.000 palestinos, y en una sola noche en Siria murieron 350 personas y no salió un centímetro eso en los diarios,;nada. Parece que los muertos que mata Israel tienen 100 veces más prensa de los que mata un árabe o un cristiano cuando tira un misil y derriba un avión. Eso es antisemitismo, sin lugar a dudas. Si vos haces la cuenta cuántos árabes murieron en guerras entre ellos, entre chiítas y sunitas, en Siria murieron más de 170.000. Si los diarios tuviesen que darle el tamaño que le dieron a las noticias de Israel, no alcanzaría todo el diario Clarín y La Nación de todo este año que pasó junto para poder poner ese tamaño porque no tendrían cómo hacerlo. A pesar que yo estoy en contra de la guerra, no dejo de reconocer que el tratamiento que dan los medios nacionales, y también los internacionales, reflejan un enorme antisemitismo.
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