Comunidades


Periódico Judío Independiente
El exitismo social
Por Susana Grimberg. Psicoanalista y escritora
“El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse”. Winston Churchill

Muchas veces me he preguntado por qué la gente se embarca en una búsqueda desesperada por alcanzar el éxito. Entiendo que la palabra éxito, lleva en sí misma el significado de salida, pero no es sólo eso porque propiamente significa resultado.
Según el Diccionario etimológico de Joan Corominas, la palabra éxito deriva del latín, exitus que se refiere a resultado, también a salida, porque deriva a su vez, de exire: salir.
Al leer este significado, pensé en los aeropuertos, en los que la palabra EXIT, salida, da cuenta del hecho de haber llegado al lugar que se quería alcanzar. Sin embargo, cuando el sujeto elige alcanzar el éxito como única meta, corre el riesgo de que, al convertirse en un fin en sí mismo, no le importen los medios para alcanzarlo ni tampoco a lo que pueda exponerse para lograrlo: enfermedades, pérdida de los afectos en general y deterioro de los lazos familiares.
Con respecto a este tema, considero muy importante rescatar la función del libre albedrío, tan vapuleado en nuestro tiempo. Si el hombre no posee la libertad de elegir, no es más responsable de sus actos que un león por comerse a su presa. Al final de cuentas, podríamos pensar que es sólo otro animal cuyas acciones están determinadas por sus instintos.
La Torá identifica al acto del libre albedrío con la vida misma: “He ubicado delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición, elige la vida” (Deuteronomio 30:19).
Isaac Bashevis Singer fue muy claro cuando le dijo a un entrevistador que el libre albedrío es el “mejor regalo” de la vida, un regalo que por sí mismo hace que valga la pena vivir. La cultura del egoísmo, promotora del exitismo, reniega de este don porque obtura la libertad de elegir, independientemente del éxito que se pueda obtener.


La cultura del bienestar

El deseo de alcanzar el éxito empieza por los padres que pretenden que sus hijos se destaquen a una edad muy temprana. Los mismos padres sienten que se iluminan gracias al éxito logrado por el hijo y terminan embarcándose en tareas tan engorrosas como agotadoras.
Alina Tugend, en la nota publicada en La Nación (20/08/2011) “Chicos hiperocupados, familias agotadas”, menciona a William Doherty, profesor de estudios familiares en la Universidad de Minnesota, que dijo que las experiencias que creíamos que los niños necesitaban experimentar antes de la escuela secundaria se han adelantado al pre escolar. “Dentro de poco, estaremos hablando acerca de las oportunidades de liderazgo para los bebes."
Es un exceso planificar las actividades extra escolares tan solo para alcanzar el éxito y no el desarrollo personal. En mi opinión, el hecho de correr de un lado a otro, va en desmedro de la felicidad de niños y padres. Sin embargo, muchos padres creen que sus hijos tienen un talento oculto y, sienten que les fallan sino se hace todo lo posible para ayudarlos a brillar, brillo que, repito, les llegaría a los mismos padres.
La exigencia de lograr el éxito a toda costa, conduce a los adolescentes a ser los más expuestos a frustrarse y suelen responder con violencia a una sociedad donde, prima la ilusión del bienestar.
Si bien, el odio, la agresión y la crueldad forman parte del desarrollo histórico del hombre, lo nuevo en estos tiempos de cultura Light, es la violencia que rompe con la tranquilidad imaginaria de la cultura del bienestar. La aparente democratización en la que se sostiene el libre mercado más la ilusión de que todo es posible de ser adquirido, hace que la palabra misma (no se puede comprar) se vea devaluada y tenga a los jóvenes como protagonistas de la violencia, tanto en calidad de víctimas como de victimarios.
Es para pensar que la adolescencia es el tiempo en el que se decide el futuro del sujeto, edad que nadie duda en considerar la edad dorada. Sin embargo es a la inversa: son los años de mayor desamparo, producto de la escasa presencia de los padres que han renunciado a su función de guías para convertirse en pares. Es desde esta posición que los padres compiten con los hijos, independientemente del sexo y la edad, siendo el éxito la meta más importante para alcanzar.
Por otra parte, el igualitarismo, que según el psicoanalista francés Jacques Lacan constituye la canallada moderna, al promover la cultura del bienestar que caracteriza a nuestra época, es quebrada por lo que podemos llamar el mal-vivir, signado por los excesos: adicciones (duras y blandas), la anorexia y la bulimia, intentos de suicidio y actos violentos que nos sacuden todos los días.
La cultura del éxito, cuyo sostén es el narcisismo, busca la satisfacción inmediata, obstaculizando la posibilidad de darle un tiempo a la espera, al pensamiento y a la palabra. Es importante resaltar que el valor está en la obra y no en el éxito que remite a la imagen que siempre está por fuera de la obra.
Hasta en el fútbol y en todas las competencias deportivas e intelectuales, se aspira al éxito en desmedro del placer de jugar. Por otra parte, detrás del exitismo, muchas veces se oculta la desazón, la insipidez de la vida mundana y, hasta una terrible soledad, producto del fuerte individualismo: en suma, de la incapacidad para con-vivir incluso con uno mismo.
Kirk Douglas dijo: “Aquél que obtiene una victoria sobre otro hombre, es poderoso, pero quien obtiene una victoria sobre sí mismo, es iluminado”.

Importancia de la función paterna.

Un padre es aquél que, en la cultura, cumple la función de posibilitar que el hijo sea un sujeto deseante, abierto al conocimiento y que pueda disfrutar del trabajo, de la independencia, y del amor por su pareja, con los tropiezos propios de la vida misma.
La configuración actual de la sociedad y la caída de la función paterna en el orden de la cultura, contribuyen a que se pierda el lugar ideal que antaño tenía el padre, soporte sobre el cual se conjugaban las identificaciones a determinados ideales y anhelos de la cultura.
La identificación con el Padre permitía a los sujetos identificarse entre sí, transversalmente, reconociéndose como iguales. El lugar del Ideal hoy es ocupado por “ídolos” que, con su brillo y majestuosidad, cristalizan el éxito y conjuran el temor al vacío y a la muerte. Efectivamente, estos ídolos que se consumen diariamente, por ejemplo por medio de la televisión, se erigen como dioses oscuros que desafían hasta a la muerte. Al decir de J. Lacan, el hombre ha sustituido al esclavo antiguo resultando él mismo un producto tan consumible como los demás. El consumismo, todo lo consume, incluido al hombre.
Para finalizar, frente al exitismo y la banalización de la realidad que sustenta esta postura, lo importante es, en mi opinión, poder disfrutar de lo que cada uno se propone hacer en la vida, independientemente de los aplausos que en muchas oportunidades resultan ser falsos.

Quiero concluir con un cuento jasídico:
_ De cualquier cosa se puede aprender – dijo el rabí – No sólo de la naturaleza: también de lo que ha creado el hombre.
_ ¿Qué podemos aprender de un tren? – preguntó unos de los discípulos.
_ Que por un solo segundo, podemos perderlo todo.
_ ¿Y del telégrafo?
_ Que cada palabra se cuenta y se cobra.
_ ¿Y del teléfono?
_ Que lo que decimos aquí, se oye allá.




Número 516
Página Principal
Nros. Anteriores
Imprimir Nota

Comunidades
Periódico Judío Independiente

www.comunidades.delacole.com
E-mail: periodicocomunidades@gmail.com

Editores y Directores
Dr. Alberto J. Rotenberg - Prof. Natalio Steiner

Domicilio Postal
Casilla de correo Nro. 49 - (1872) Sarandí - Prov. de Bs. As

Teléfonos
4864-8738 (por la tarde)

Representantes en el Interior
Villa Angela (Chaco): Jacobo Garber - Moisés Ville (Santa Fe): Pedro Balhorn. Tel.: (03409) 42-0189.
Rosario: Saúl Bloj. Tel.: (0341) 433-1254. - Concordia: Batia Enguelberg. Tel.: (0345) 421-9822

Difundimos gratuitamente todas las actividades comunitarias.
Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de los artículos de este periódico sin mencionar su origen.
La notas firmadas no representan necesariamente el modo de pensar de los Directores.

Registro Propiedad Intelectual
Nro. 206.708