Comunidades


Periódico Judío Independiente
A 70 años de la decisión del exterminio metódico de los judíos europeos
WANNSEE: la decisión final

Por Prof. Abraham Zylberman/ especial para Comunidades (x)
El 21-09 1939, a tres semanas de haberse producida la invasión a Polonia y con ello comenzada la Segunda Guerra mundial. Reinhard Heydrich, el jefe de la Policía de Seguridad, envió instrucciones a los jefes de las fuerzas de tareas acerca de la cuestión judía en los territorios ocupados. A partir de ello, podrían puedne plantearse algunas hipótesis respecto de las políticas a aplicar hacia los judíos: ¿Era el obejtivo final el exterminio de los judíos? ¿O lo era el trabajo forzado? ¿O el continuar presionándolos para la emigración, hasta que no quedaran en Europa? Nada está claramente definido, sino que todo se mantiene en el mayor de los secretos. Por eso, es difícil decir, a la luz de lo que todos sabemos, en qué momento se decidió el exterminio de los judíos.

En la continuidad de la guerra y la profunda sensación de victoria que atravesó a Alemania hacia 1941, Hitler comenzó a pensar en el tema judío, un tema que lo ocupaba desde hacía mucho tiempo. El 22-06- 1941 comenzó la invasión de los nazis a la URSS, y con la invasión, llegó a su máxima expresión la persecución de los judíos. A partir del avance en el Este, fueron formadas unidades especiales, los Einsatzgruppen (fuerzas de tareas), con el objetivo especial de exterminar a los judíos, gitanos y comisarios políticos en los territorios ocupados. Estas matanzas eran llevadas a cabo sin ningún tipo de planificación. A las pocas semanas que comenzaran a funcionar, se pensó que era conveniente poner en marcha otros dispositivos que aceleraran la eliminación física de los judíos. Hasta entonces, las unidades exterminadoras se trasladaban a los sitios donde se producirían las muertes y las víctimas eran eliminadas en las proximidades de sus lugares de residencia. La conquista de nuevos territorios puso bajo control directo de Alemania a millones de víctimas potenciales. La máquina de exterminio comenzó a crecer y fue adquiriendo nuevas características, mientras se mantenía la misma metodología. Esta metodología debía ser modificada y de esta manera comenzaron a crearse nuevos sistemas de exterminio: entrarían en funcionamiento los campos de exterminio. A fines de diciembre de 1941 fue instalado en Chelmno el primer sistema de muerte por medio de las unidades móviles de exterminio, en las que se mataba a las víctimas por medio del monóxido de carbono de los motores diesel de las unidades.
Siguiendo órdenes recibidas, Heydrich decidió convocar a una conferencia, donde deberían participar distintas ramas de la administración del Estado debido a la complejidad que había en llevar adelante el plan concebido por los líderes nazis. Aunque en principio la conferencia fue convocada para el 9-12 - 1941, el ataque japonés a Pearl Harbor que involucraría directamente a los EE.UU. en el conflicto bélico, retrasó por unas semanas la Conferencia. Finalmente, la misma se realizó el 20-01-1942 en el suburbio berlinés de Wannsee. La reunión fue presidida por Heydrich y los preparativos previos a la misma, como así también la redacción de los protocolos, que documentan con pavorosa claridad el plan para el asesinato de todos los judíos europeos y la participación activa de la Administración del Estado alemán en el genocidio, fueron realizados por Adolf Eichmann. De las 30 copias de los protocolos, sólo se encontró una copia en 1947, suficiente para comprender el alcance de lo resuelto en la reunión.
Heydrich comenzó el encuentro con una clara reafirmación que le habían sido otorgados por Goering todos los poderes para la preparación de la Solución Final de la Cuestión Judía y destacó que su departamento era responsable de dirigir la misma, sin limitaciones de ningún tipo. Después de analizar las estadísticas de emigración, Heydrich señaló que Hitler había aprobado el traslado de los judíos al Este como una “posibilidad de solución”. Señalando en un mapa, indició al necesidad de deportar a la totalidad de los judíos de los países indicados. Cabe destacar que en la mención de los judíos por países, tal como quedó luego reflejado en el Protocolo, aparecían países neutrales, como España y Portugal como los que combatían contra Alemania, como Gran Bretaña. Esta circunstancia prueba que tanto Heydrich como sus superiores no sólo contaban con una victoria que acabara con los judíos en los países ocupados, sino que incluso los países neutrales y/o amigos entregarían a sus judíos de buen grado. Mientras tanto, y a la espera de que se consolidara la victoria, los judíos deportados serían organizados en grupos de trabajo. Esto significaba, según lo expresó claramente Heydrich, que la mayoría “moriría por causas naturales y los supervivientes, tratados de manera consecuente”, es decir, serían asesinados. El plan se llevaría a cabo de oeste a este, aunque por razones sociopolíticas, se priorizaría la zona del Protectorado del Reich.
Cuando Heydrich terminó su exposición, comenzó una discusión sobre algunos problemas secundarios. En primer lugar, se discutió acerca de la posibilidad de introducir excepciones al exterminio de los judíos. Heydrich aclaró que los ancianos y quienes habían combatido defendiendo a Alemania en la Primera Guerra mundial, serían enviados al ghetto de Terezin,(Theresienstadt) en el Protectorado, pero, a la vez, dejó en claro que con esa medida que distaba de ser benévola, se ponía punto final a cualquier intervención a favor de los judíos.
Del contenido del Protocolo se deduce que nadie se opuso a las medidas antijudías ni al programa de exterminio. Las únicas discusiones se centraron en la realización del mismo.
Finalizada la Conferencia, se brindó con coñac por la solución encontrada. En algún momento se habló de diferentes métodos a emplear para el exterminio masivo. Tras poco más de una hora, la reunión se disolvió y Eichmann y Heydrich se dieron por más que satisfechos por el resultado obtenido.
Las 30 copias fueron distribuidas entre los ministerios y los diferentes departamentos del Servicio de Seguridad. De esta manera, lo que hasta entonces podía intuirse o sospecharse, aunque muchos habían visto y participado - el asesinato de los judíos – fue conocido directamente por amplios sectores de la Administración alemana.
La Conferencia de Wannsee fue el paso necesario para preparar la operación de exterminio de los judíos de Europa. No fue convocada para decidir acerca de la Solución Final, que ya había sido determinada previamente como así también los preparativos para su ejecución. El objetivo era coordinar las acciones con la administración central del Reich para lograr su colaboración y movilización general tras ese objetivo, a llevarse a cabo en todo el continente europeo. Poco después, comenzaron a cruzar el continente, de oeste a este, los convoyes llevando a sus víctimas a los campos de muerte.
La idea de la Solución Final fue concebida por pocas personas. Para poner en marcha el proceso del exterminio era necesaria la colaboración de amplios círculos gubernamentales y de la sociedad: el aparato administrativo que encabezaba Eichmann, el aparato policial que participaba en las concentraciones y deportaciones de los judíos, los empleados de los ferrocarriles, los industriales que aprovecharon la mano de obra esclava, empleados públicos que coordinaban las deportaciones y los saqueos de los bienes y propiedades de los judíos, médicos que servían en los campos y muchos otros

Casi todos los aparatos civiles y militares fueron movilizados para la ejecución de la Solución Final. El exterminio se realizó en forma sistemática, a escala industrial, pero los perpetradores fueron seres humanos, que aportaron con su experiencia, sus habilidades y su conciencia al servicio de un crimen sin precedentes en la historia..


( x) Historiador especializado en la temática de la Shoa y la Segunda Guerra Mundial, ensayista, colaborador de la Fundación Memoria del Holocausto


Número 516
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