En la antigüedad, frente a la enorme cantidad de invasores y enemigos peligrosos que acechaban las comarcas, la construcción de una fortaleza como protección, aparecía como una alternativa interesante. Frente a esa realidad, en el Siglo XVI, el político florentino Nicolás Maquiavelo
escribió que desde una perspectiva exclusivamente militar, “La Fortaleza es un gran error ¿ por qué? porque se convierte en símbolo de poder , pero también de aislamiento, es un blanco fácil para los enemigos, en lugar de defender al que la ocupa lo aísla de cualquier ayuda , se transforma a la larga en una prisión .
También desde el punto de vista netamente estratégico el aislamiento no ofrece ninguna protección ya que se pierde el contacto social y el saber cómo piensan los demás; es mucho más seguro mezclarse entre la gente, palpar la realidad, buscar aliados y, sobre todo, saber escuchar.” Si relacionamos las afirmaciones de Maquiavelo con el gran espectro Psicopatológico veremos que en gran cantidad de casos el individuo se repliega sobre sí mismo, se encierra y utilizando como vehículo la enfermedad construye una Fortaleza, que en lugar de protegerlo, termina perjudicándolo gravemente.
Así tenemos desde los extremos de las Psicosis más graves (en que las personas se apartan de la realidad y construyen sus propias Fortalezas) hasta las Neurosis más simples (en que las personas siguen estando dentro de la realidad pero se esconden en Fortalezas imaginarias) es siempre el sujeto el que arma su propia prisión. Pero, lo que es verdaderamente seguro, es que nunca el aislamiento puede ser sano, ya que es la propia naturaleza humana la que precisa de la interacción social. El hombre necesita dialogar , comunicarse y no puede hacerlo consigo mismo. Desde el antiguo Homo Sapiens los hombres tienden a formar grupos y sociedades y de esa forma intentan evitar la soledad .Lo que distingue el vínculo humano respecto al de otras especies es que las personas con las que establecemos una relación nos responden, nos saludan, nos culpan, nos alaban, nos odian, nos aman. Es decir que entre los seres humanos se generan acontecimientos que se hallan psicológicamente representados en cada uno de los participantes. Al manifestarse los procesos en ambas partes, si una de las partes cambia la manera de relacionarse , la otra también modifica algún comportamiento o actitud. Este simple rasgo distingue la interacción humana. O
sea que estos procesos llamados Psico- Sociales, son diferentes de los procesos Sociales Generales. En relación a estos últimos los distintos grupos de animales pueden tener un equilibrio Cooperativo, como las hormigas , o distintas interacciones, como los lobos , pero no poseen una actividad psicológica de respuesta a la actividad psicológica de los demás, eso es solamente humano. Por eso cuando la persona se recluye en una Fortaleza psíquica y se abastece a sí mismo, pierde el elemento básico de la Salud Mental, que es la Comunicación . Es verdad que muchas veces nos encontramos frente a personas con las que parece imposible poder establecer un dialogo, pero siempre debemos intentarlo, aún cuando exista la sensación de hablar con uno mismo o con una pared.
Hace poco, en una capacitación para empresarios a la que asistí, el rabino a cargo de la misma nos relató que Moisés, a pesar de sacar al Pueblo Judío de la esclavitud de Egipto y conducirlo a través del desierto a la Terra Prometida, nunca pudo pisar esa tierra. Ahora bien ,¿ por qué Dios lo castigó de esa manera? Según la Biblia, cuando el pueblo en el desierto le pide agua, Moisés escuchó a Dios que le decía “ Habla con la piedra y va a brotar el agua “y Moisés levantó el bastón, golpeó la piedra y brotó el agua. Entonces, si obtuvo el agua para su pueblo ¿por qué es castigado tan severamente? .Tal vez, me explicó el rabino, Dios lo que quiso era que dialogara con la gente, que se comunicara, que les contara que venía de enterrar a su hermana Miriam pero en lugar de eso Moisés golpeó la piedra, y si bien obtuvo el mismo resultado, no habló, no dialogó .
En relación a esta cuestión, cuando me encontraba cursando el segundo año de mi residencia en Psiquiatría, José H. un paciente internado en la sala tenía un
diagnóstico de Esquizofrenia Catatónica. Estos pacientes se caracterizan por una inmovilidad motora total llamada catalepsia y mutismo. En general adoptan una postura rígida y durante un tiempo que puede ser variable se convierten en una verdadera “estatua de piedra”.
A José H. lo sentaban en el pasillo de entrada a la sala y cuando yo llegaba a la mañana lo saludaba con un “ buen día “ como a todos los otros pacientes,
enfermeros y médicos que allí se encontraban; me resistía a transformarlo en un objeto. Un día estaba llegando e ingresé muy apurado, sin tiempo ni siquiera para saludar y cuando atravesé el pasillo escuché: “ BUEN DIA”. Cuando me di vuelta me di cuenta que quien me había saludado era José H. Es decir, habíamos creado un vínculo a partir de mi saludo, tal vez un vínculo primitivo pero humano. Sin proponérmelo había logrado comunicarme con él, había conservado su presencia como persona, como un otro. A partir de ese momento José H. comenzó a salir de su rigidez y su mutismo y gradualmente comenzó el proceso de recuperación. De manera completamente inconsciente yo había logrado penetrar en su inexpugnable FORTALEZA.
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