Hace muy poco tiempo, líderes de la comunidad judía de Venezuela se reunieron con el presidente Hugo Chavez a quien le hicieron saber su malestar por el aumento del antisemitismo en ámbitos oficiales a la vez que le pidieron que Venezuela reanude relaciones con Israel, rotas en 2006. Las elusivas respuestas del líder socialista no hacen más que agravar la incertidumbre de una comunidad que no deja de reducirse.
Cuando decidí visitar la comunidad judía de Venezuela me encontré con una pequeña pero significativa dificultad. La ausencia de relaciones diplomaticas entre Israel y Venezuela complica la obtensión de una visa para ingresar al país. Revise varios caminos para obtener la misma hasta que me quedo claro que el camino más simple es el de la embajada de Venezuela en Amann, Jordania. Hable por teléfono con la legación y pedí, como israelí, una visa para entrar al país. La funcionaria, muy simpática, me dio toda la información necesaria. En pocos minutos, por correo electrónico, me envio el listado de documentos necesarios para lograr la visa y que luego de reunidos los requisitos debiera enviarla a Amann. De ser aprobada la visa debiera viajar en taxi a Amann para retirarla. Cuando vi la farragosa cantidad de trámites a realizar opté por obtener la visa por caminos que ahora no vale la pena detallar.
Cuando uno llega hoy a Venezuela uno siente una pesada sensación de extrañeza. Queda claro que el país atraviesa procesos políticos y sociales que influyen en su caracter y por supuesto en la vida de los judíos.
Venezuela siempre fue considerada un paraíso en Latinoamerica. Un país en el que no se cumpliría la cita bíblica de " ganarás el pan con el sudor de tu frente ". Alcanza con levantar un brazo para cortar los frutos del mango y árboles tropicales que surgen en cada lugar o poder inclinarse en los ríos para beber abundante agua .
Venezuela fue descubierta por Colón durante su tercer viaje a América en 1948 cuando volvía de la Isla Trinidad. Al ver las grandes corrientes de agua dulce que bajaban al golfo, Colón pensó que se encontraba con una de las cabeceras del paraíso.
Venezuela es un país de una cautivante belleza natural dificil de encontrar en otras latitudes. Sin embargo cuando uno se aleja de los pasajes de ensueño y se acerca a Caracas, comienza a verse la cara auténtica de la Venezuela de hoy. La ciudad esta enclavada en una de las laderas del monte Avila pero el ambiente humano es menos grato que el paisaje natural. La ciudad esta rodeada de barrios pobres mezclados con zonas con viviendas muy dignas. El delito y la violencia se extienden por vastos sectores y el que camina por las calles puede ser víctima de un robo a plena luz del día solo para que alguién perciba " el peaje " en la ciudad.
La historia de los judíos en Venezuela se remonta a mediados del siglo XVII. Ya hay indicios escritos de judíos marranos que vivieron en Caracas y Marcaibo. A pesar de que no hay pruebas de una vida comunitaria activa en Caracas si se sabe que marranos caraqueños se fueron de Caracas a Tucas en 1693 y desaparecieron sin dejar rastros. Gracias a la cercanía geográfica de Venezuela con los países en que había comunidades judías organizadas, como la Kehilá de Curazao, se supone que hubo un tráfico mercantil activo entre Curazao y Venezuela. No se ha registrado nueva presencia judía activa hasta principios del siglo XIX.
Luego de la independencia de Venezuela llegaron en 1827 judíos sefaradíes provenientes de la pequeña isla de Curazao. Luego de 28 años, graves disturbios antijudíos devolvieron a 168 judíos a Curazao. Fue la primera expulsión de judíos de un país independiente en Sudamérica. Por otro lado el cementerio judío de Coro ( otra ciudad de Venezuela ) tuvo sus primeros entierros en 1832. Cuando la kehilá de Coro comenzó a disminuir se agrandó la de Caracas. Muchos judíos llegaron a ella provenientes del norte de Africa, del este de Europa, Israel y Siria. Hacia 1891, según un censo, habían en Venezuela 247 judíos. En 1930 quedó fundada oficialmente la comunidad israelita de Caracas que es la kehilá sefaradí que funciona hasta el día de hoy. Hacia 1950 la kehilá llegó a tener 6.000 miembros a pesar de las limitaciones migratorias. Con la caída del director Perez Jimenez en 1958 unos 1.000 judíos llegaron al país desde Egipto, Turquía, Israel y Líbano.
Hacia los años 70 del siglo pasado la comunidad contaba con 17.000 miembros y en los años 90 llegó a los 35.000.
Esta comprobado que los judíos participaron en la gesta libertaria de Simón Bolivar . Es más, el propio Bolivar se refugió en casas de judíos de Curazao, entre ellos la de los judíos David Ricardo y Abraham Masa.
Hoy viven en Venezuela no menos de 15.000 judíos. A pesar que su número disminuyó mucho en los últimos años se registra una vida judía activa. Solo en Caracas hay 15 sinagogas en su mayoría ortodoxas, tres escuelas hebreas, se edita el semanario Nuevo Mundo Israelita y hay otras actividades religiosas, deportivas y cultruales.
En estas condiciones, a pesar de la dificil situación que atraviesa el país, la situación de los judíos es ambigua. La mayoría de los judíos viven en Caracas, Marcaibo y Valencia. Los cambios políticos de comienzos de los 90 y los dramáticos efectos económicos y sociales bajo la política de Hugo Chavez, complicaron la situación de la comunidad. La kehilá no pudo evitar el impacto económico de las reformas socialistas. La escuela judía más grande del país, Moral y Luces Herzl- Bialik, hasta hace poco tenía 2400 alumnos. Hoy solo tiene unos 1100.
Venezuela es un país en el que no hay discriminación visible por origen o religión y si bien el antisemitismo creció, no es un fenómeno masivo. Hasta el 2006 las relaciones entre Venezuela e Israel fueron muy buenas. Durante años Venezuela tuvo su embajada en Jerusalem hasta que luego fue pasada a Tel- Aviv.
Las relaciones económicas fueron buenas e Israel aportó mucho a la agricultura del país.
Hace un tiempo Chavez tuvo expresiones claramente antisemitas al decir que " en el mundo la riqueza estaba concentrada en manos de aquellos mismos que crucificaron a Jesús ". En ese entonces el presidente de la CAIV ( entidad que agrupa a las comunidades judías de Venezuela ), tratando de no agitar polvareda dijo : " Queremos creer que el presidente no hablo de los judíos " . En Venezuela el antisemitimo es un instrumento político adoptado por altas capas del gobierno actual. Las expresiones contra Israel y los judíos son vertidas por el presidente, su canciller y otros varios ministros. Solo muy pocas veces encuentran eco entra la población.
Falsas comparaciones entre soldados israelíes y los nazis se escuchan en actos antiisraelíes en Caraccas y otras ciudades y la comunidad y sus instituciones han sido objeto de amenazas, provocaciones e incitaciones.
Hace dos años fue atacada en la madrugada la sinagoga Tiferet Israel de Caracas. Durante varias horas los antisemitas que la vulneraron rompieron objetos cúlticos, profanaron rollos de la Ley y pintaron grafittis como " judíos fuera de aquí ", " muerte a todos los judíos " y " muerte a Israel ". Aún así los judóos venezolanos dicen que hay un abismo gigante entre los conceptos antiisraelíes del presidente y de la relación de los venezolanos para con Israel. " A pesar de la violencia verbal del gobierno, la gente no es violenta . Nadie siente personalmente el antisemitismo " ,dicen los dirigentes comunitarios.
Los hechos desmienten a los dirigentes. En el marco de su política de nacionalizaciones forzosas, Chavez nacionalizó un famoso edificio llamado La Francia, un lugar que funcionaba como una bolsa de comercio de oro y diamantes en el que la mayoría de los negocios y oficinas ean de judíos. Si bien el hecho no parece tener una impronta antisemita, sobre las paredes del edificio aparecieron grafittis contra los judíos y en otros lugares de la ciudad se ven escritos incitando contra el sionismo e Israel. La situación es controvertida. En un país donde Chavez dice del presidente iraní Ahmadinjhad que es " su hermano ", no hay que esperar que los judíos no se sientan sentados sobre un volcán. La percepción general es que la situación de los judíos va a empeorar.
" La vida judía en Venezuela no tiene futuro ", me dicen muchos de los judíos a los que consulté en mi visita. Pareciera que los judíos pueden adaptarse a cualquier situación política aunque los esfuerzos van llegando a su fin .
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