En materia de moral y ética, en contra de lo que indican nuestros valores,cierta dirigencia judía ,tanto israelí como diásporica, laica o religiosa, no esta de parabienes. Hace muchos años ya que la justicia israelí investiga y falla contra acciones ilegales, estafas, negocios fraudulentos, malversación de fondos, blanqueo de dinero de prominentes políticos israelíes de todos los colores partidarios, algún ex jefe de policía,algún ex ministro de Economía y hasta el propio ahora ex presidente destituido por abuso sexual, Benjamín Katzav . Ahora se suman las sospechas sobre Avigdor Liberman. En 1977 el fallecido Itzjak Rabín ( z"l) perdía las elecciones en Israel solo por tener unos cuantos miles de dolares no declarados en una cuenta en EE.UU. . Una bicoca al lado de los escándalos los felizmente develados y no apañados ( como en la Argentina ) y que han ido recibiendo ejemplares sanciones. Por si esto fuera poco, desde el pasado año el caso de Bernardo Madoff y su estafa record Guinness, supera lo inimaginable y cada tanto se develan otras "proezas " del singular personaje, también un latin lover, que ha sido condenado a 150 años de prisión. Pero la gota que parece haber rebalzado el vaso apareció hace unos tres meses ( y suerte que no tuvo en la Argentina tanta prensa ) que es la detención de un importante grupo de rabinos en EE.UU. a los que luego de varios años de investigación y escucha telefónica, se les comprobó lavado de dinero, tráfico de órganos y de drogas.
Debo confesar que ya esto último supera mi verguenza y asombro. Como judío respetuoso de gran parte de la valiosa tradición judía ver por TV a rabinos de largas barbas esposados, cabizbajos, me generó estremecimiento e indignación. Y por favor,querido lector, no salir a decir con ligereza que todo esto es una injuria y que hay antisemitismo de fondo. No de un FBI que reunió irrefutables pruebas. Se trata de rabinos que han manchados sus sinagogas y yeshivot transformandolas en gigantescos lavadoras de dinero.
Los hebreos que salieron de Egipto entregaron su dinero para erigir un becerro y estos judíos hoy detenidos apartaron al verdadero Di-s de Israel y lo canjearon por oro y plata para regocijo de ateos y agnósticos. No hay palabras para describir el Jilul Hashem ( profanación del nombre de Di-s) y el golpe a los valores que el pueblo judío enarbola por medio de delincuentes cuya sed de dinero les hizo perder su comprensión y su religión. Una persona corrupta, aún así tenga una kipá más grande que su cabeza y rece con piedad y escrupulosidad tres veces por día, no debería ser calificado como religioso u observante. En nada cambia que el dinero del delito haya sido dado en parte al sostenimiento de Yeshivot o ayuda social. Sería lo mismo que un narcotraficante done parte de su dinero mal avenido para la construcción de un centro de rehabilitación de la droga. Di-s es verdadero y único y son sus enemigos los que utilizan su nombre en vano ( tercero de los diez mandamientos ). El que cree en Di-s debe gobernar su bolsillo y no su bolsillo gobernarlo a él, según lo escribiera un importante rabino israelí. El Talmud enseña que hay unas pocas transgresiones que no tienen reparación : Jilul Hashem es una de ellas.
La larga historia del pueblo judío nos enseña que los antisemitas no necesitan de una causa especial para odiar a los judíos. En toda generación encuentran la suya.
Las aberraciones cometidas por estos personajes en New Jersey solo incrementan entre los antisemitas el mar de odio y entre los judíos descreídos, el aumento de su decepción.
A los políticos israelíes que se corrompieron les preguntaría, ¿ para qué tanto discurso hipócrita de sionismo y amor a Israel ?. El dolor es grande. Aún a pesar del paso del tiempo la verguenza no tiene límites ni hay que buscar excusas por lo sucedido. Que haya castigo terrenal y divino para sujetos que mancharon a todo un pueblo y que se cumpla cuanto antes la profecía " Sión con justicia será redimida y sus cautivos con caridad ".
Los delincuentes comprobados como tales, que terminen en prisión. Cuanto más esten allí, mejor para la sociedad. Los rectos y honestos ( la gran mayoría ) que pùedan cuidarse de la corrupción que ya es tan pandémica como la gripe A.
Que nadie venga a decirme que "hablar de esto trae antisemitismo ". Precisamente es al revés. No denostar estos hechos es lo que lo incrementa.
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