Las sucesivas crisis, las mudanzas de barrio y la emigración a Israel dejaron vacía a la sinagoga de Magallanes 1265, en el barrio de La Boca. Al morir su último rabino, nadie se hizo cargo del edificio que debía quedar en poder de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
Finalmente, fue ocupada hace tres años por un grupo de artistas que la convirtieron en centro cultural. Antes, el antiguo templo había sido utilizado primero como verdulería y luego como escondite para los jóvenes que buscaban un lugar seguro para consumir drogas lejos de la vista de la gente.
El primer grupo de personas que decidió vivir allí rebautizó el lugar con el nombre de “Kasa de las Estrellas” por los Maguen David (Estrella de David) que aún se conservan pintados en las cúpulas de la sinagoga.
Esos símbolos y algunas inscripciones en hebreo son unos de los pocos vestigios que aún se conservan de la antigua sinagoga. El camino de entrada que conduce a la sala principal está adornado por un mural repleto de imágenes apocalípticas, donde convive un Cristo agonizante en la cruz con una fábrica de muerte adornada con una svástica en su techo.
Todo esto no hace más que marcar las contradicciones del lugar ya que fue fundado para ser un lugar sagrado de rezos. No hay nada más prohibido en la religión judía que la representación de imágenes y menos aún de un símbolo del nazismo.
En la actualidad, la Kasa de las Estrellas realiza diversas actividades culturales que van desde fiestas, recitales de rock, obras de teatro, exposiciones hasta cursos de malabares, yoga, trapecio, clown, danzas afro, entre otros.
Pero, su especialidad son las propuestas vinculadas al circo. “Hoy en día la mayoría de las propuestas tiene que ver con el circo porque la gente que la está ocupando ahora viene de ese sector”, afirma una ex-ocupante del lugar.
Los profesores que dan clases lo hacen a la gorra, o sea, cada uno aporta lo que puede. Los alumnos son en su mayoría del barrio aunque hay gente que se acerca desde otras zonas de la ciudad.
La Kasa de las Estrellas sufrió diferentes transformaciones. Durante su primer año de vida, sus ocupantes se dedicaron a refaccionar el predio ya que se encontraba en muy mal estado.
“Tuvimos que arreglar los pisos, techos y paredes porque estaba todo destruido. Antes la gente se metía y se llevaba lo que encontraba, especialmente todo lo que había de bronce – afirma uno de los coordinadores que prefirió que no se publicara su nombre -. Nosotros llegamos y comenzamos a arreglarla para poder utilizarla”.
Las obras para mejorar las instalaciones continúan actualmente. Para esto, los miembros de la Kasa organizan fiestas en las que cobran un bono contribución de tres pesos. De esta forma, juntan el dinero que precisan para mantener abierto el lugar.
El tema del desalojo es uno de sus temores por eso prefieren no darse a conocer en los medios masivos. Según, uno de sus miembros varias veces fue gente de la AMIA a visitar el lugar y nunca les hicieron problema.
“Con la comunidad judía está todo bien. Ellos prefieren que estemos nosotros a que haya gente drogándose acá adentro. Incluso, hace un tiempo vino una señora y encontró en la pared el nombre de su abuelo y nos felicitó por lo que hacíamos”, afirma mientras señala una de las placas de mármol repletas con los nombres escritos en hebreo de los benefactores de la sinagoga.
Los miembros de la Kasa de las Estrellas nunca utilizaron esa relación para quedarse con el inmueble, a pesar de que pagan puntualmente las facturas de gas, luz y teléfono del lugar. “No nos interesa quedarnos con el edificio. Hoy ocupamos este predio y mañana será otro”, resalta uno de ellos.
Más allá del buen trato que recibieron de parte de la AMIA, el departamento de legales de la mutual judía está trabajando para ver cómo hacer para recuperar ese predio que le pertenece y que recibió como legado luego de la muerte del último rabino. El paso de los años y el atentado sufrido contra su sede central en 1994 hicieron que se perdieran los papeles y que la sinagoga quedara en el olvido.
“Hace un tiempo reactivamos todos los trámites para ver si podemos recuperar la tenencia. Los abogados están trabajando para constatar en qué estado están los impuestos y ver qué se puede hacer”, afirma Gregorio Spivak, secretario de Asistencia Social de la entidad.
Nada de esto parece importarles a los miembros de la Kasa de las Estrellas. Por eso, el pasado sábado 23 de setiembre festejaron con bombos y platillos los “3 años de resistencia” con una fiesta en la que no faltaron los números de circo y las bandas de rock y que justo coincidió con la llegada del año nuevo judío.
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