¿Cómo sabemos que Jesús era judío?
A los 30 años aún vivía con sus padres
Trabajaba con su padre en el taller de carpintería
Creía que su mamá era virgen
Su mamá lo consideraba un dios
El párrafo de arriba no tiene, por supuesto, ninguna intención de faltar el respeto a las creencias de mis amigos cristianos. Personalmente, yo considero que la doctrina de amor al prójimo de Jesús(doctrina basada en la Torá) es admirable, (aunque durante el curso de los últimos 20 siglos, son muy pocos los seguidores que la han puesto en práctica) pero no acepto la idea de que Jesús, el más famoso judío de la historia, sea Dios y el Mesías.
Respecto a que Jesús haya sido un ser divino, hijo del Espíritu Santo y la Virgen María, la creencia de que los dioses pueden tener hijos con mujeres es completamente ajena a la religión judía. En contraste, este era un concepto familiar y común para los gentiles, ya que sus anteriores religiones paganas ofrecían muchos ejemplos de dioses cuyos hijos eran producto de sus relaciones amorosas con mujeres.
Los judíos creemos que el Mesías, cuando llegue, instaurará una era de paz universal, (Isaías 11:1-12), y retornará a todo el pueblo judío, disperso en el mundo, a su patria ancestral, Israel. Estos eventos, como sabemos, no ocurrieron durante la vida de Jesús, ni durante los 20 siglos que han transcurrido desde esa época. El hecho, comprobado diariamente leyendo las noticias en los periódicos, es que no hay paz en el mundo, y que el odio prevalece más que el amor, lo cual, para los judíos, es prueba contundente e innegable que el Mesías aún no ha llegado.
La cristianos tienen fe que Jesús llegará por segunda vez, y en esa oportunidad realizará todo lo que el Mesías tenga que hacer. Este concepto, de un Mesías que viene y no realiza lo que se espera de él, pero que promete hacerlo en su próxima visita, no es compartido por la religión judía, que considera que el Mesías, cuando llegue, cumplirá todos sus cometidos, en forma completa, durante su primera y única visita. No necesitará regresar una segunda vez para hacerlo.
Muchos cristianos, debido a la forma negativa con la que el Nuevo Testamento presenta a los judíos, tienen instintiva dificultad para identificar a Jesús como parte del pueblo judío. Los Evangelios fueron escritos varias décadas después de la muerte de Jesús, después del fracaso de la rebelión judía contra los romanos, cuando ya la mayoría de los miembros de la nueva religión eran gentiles, y no judíos.
Para congraciarse con los gentiles los Evangelios hicieron caso omiso del obvio hecho que todos sus discípulos, y todos los que escucharon sus prédicas y sus enseñanzas eran judíos. Por el contrario, el Nuevo Testamento acusa a los judíos de ser enemigos de Jesús, y minimiza la responsabilidad de los romanos en su juicio y muerte. Los Evangelios atacan a los judíos con frases duras e insultantes que originaron el antisemitismo que perdura desde esa época hasta el día de hoy, y que, frecuentemente, durante la historia, encontró su expresión en persecuciones, linchamientos, y conversiones forzadas de comunidades enteras.
La realidad, como los Evangelios no pueden evitar demostrar, es que Jesús siempre se consideró judío. Nació de padres judíos; fue circuncidado, (Lucas 2:21); sus padres hicieron la ceremonia de "pidyon a ben", redención del primogénito, (Lucas 2:22-24); hizo bar mitzva, al lado del Templo, como es hoy costumbre de tantos niños israelíes, (Lucas 2: 42-48); rezaba los sábados en la sinagoga, (Lucas 4:16); sabía leer Hebreo, (Lucas 4:17); cumplía con los preceptos de la Ley, (i.e. la Torah), y criticaba duramente a cualquiera que dejase de cumplir aún el menos importante de ellos, (Mateo 5:18-19); fue capturado por los romanos y condenado a muerte como "criminal político", acusado de considerarse rey de los judíos, (Mateo 27:11); murió en la cruz como muchos otros miles de judíos en esa época, (Lucas 23:33); y fue enterrado de acuerdo a los ritos judíos, (Lucas 23:53-56).
Creo que si Jesús viviese en nuestros días se asombraría de cómo, en su nombre, muchos de los que se consideran sus seguidores odian a su pueblo.
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