Dos héroes de nuestra historia contemporánea que no fueron agraciados por quienes escriben la historia.
Introducción
Después de ver la película “Match Point”, escrita y dirigida por Woody Allen, me vinieron a la mente situaciones relativas a personajes de la historia judía y universal cuya trascendencia no fue similar a la de otros por obra de la casualidad, de la suerte, de los escribas de la historia y vaya uno a saber por cuales otros motivos.
No a todos los hombres y mujeres que han aportado su abnegación al pueblo judío y seguramente también a otros pueblos, el destino o la suerte los inscribe con la misma intensidad en la memoria colectiva del pueblo, y por ende, en la historia. Depende muchas veces de quiénes son los que redactan los libros de historia, es posible también que haya que tener suerte y sin duda también otros factores y circunstancias.
Destino
Un ejemplo clásico de cómo un judío destacado vivió una vida modesta y casi anónima y se despidió de este mundo en al más absoluto desamparo, fue el de alguien perpetuado en uno de los monumentos más importantes del pueblo judío, pero ahí aparece como una figura anónima, que muy pocos conocen y saben a quien representa.
Se trata de la figura central en el Monumento a los Héroes del Gueto de Varsovia. La obra que el reconocidísimo escultor Natan Rapoport (1911 – 1987), de siete metros de alto por ocho de ancho, realizó y que se inauguró el 19 de abril de 1948, cuando se cumplió el 5º aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia.
En 1991, cuando junto a una delegación argentina visité Varsovia y por lógica también el monumento, Marek Edelman, vice-comandante de la rebelión, quien nos acompañó en esa oportunidad, nos explicó todos los detalles de dicha obra. Tiempo más tarde, indagando en la obra de Rapoport, me enteré de muchos pormenores de la vida del matrimonio que pasaré luego a relatar.
Quiso el destino que cuando se conmemoró el 50º aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia en Polonia, el 19 de abril de 1993, con la presencia de las autoridades judías más relevantes en ese momento de Israel, EE.UU. y del mundo en general, como el vice – presidente de los EE.UU. en esa época Al Gore, prácticamente nadie sabía y recordaba a quien representaba la figura central de ese monumento de piedra, hierro forjado y cobre, con su rostro erguido y con la granada en la mano.
En esos momentos, mientras se desarrollaba el acto y se honraba y recordaba a las víctimas de la Shoá y a los héroes de la rebelión en el Gueto de Varsovia, en los demás guetos y en todas las gestas heroicas durante la Segunda Guerra Mundial, Abraham yacía muy enfermo y prácticamente abandonado, agonizaba en el geriátrico de los “Bobover Jasidim”, en la ciudad de Bat Yam, vecina a Tel Aviv.
Una semana más tarde, muy olvidado y en profundo abandono y soledad, falleció a los 87 años.
Biografías
Su nombre es Abraham Grinshpan, quien en Varsovia antes de la guerra fue actor en el Teatro Judío Experimental “Yung Teater” (Teatro Joven), bajo la conducción del conocido estudioso y director teatral Mijael Waigert.
Grinshpan nació en Polonia (1906) y finalizó sus estudios primarios y secundarios en las escuelas de la “Tzisho” – Organización Central de Escuelas Judías y luego se graduó en la Escuela de Arte Escénico que dirigía Waigert.
El “Yung Teater” fue fundado en 1933 por los egresados del Instituto antes mencionado. Este teatro experimental tuvo gran éxito entre los admiradores del buen teatro judío, tanto por la calidad de su repertorio, como por su dirección e intérpretes. Este emprendimiento cayó en desgracia cuando los elementos fascistas y antisemitas tomaron gran preponderancia en el gobierno polaco.
El escultor Natan Rapoport era un habitué de la Escuela y del Teatro, quien vio en las expresiones corporales de Grinshpan el modelo ideal para concebir su trabajo de graduación en la escuela de Arte y Escultura. Su figura deportiva lo inspiró a esculpir una estatua titulada “El lanzador de disco” y por ese trabajo obtuvo como nota: sobresaliente. Luego, ya en la URSS, utilizó ese modelo, dada su figura, sus sufrimientos, su heroísmo y arrojo durante los años de plomo, bien conocidos por Rapoport, cuando se le propuso realizar el monumento en Varsovia.
Las autoridades polacas clausuraron el “Yung Teater” (Teatro Joven) en 1937. Los actores se organizaron por ese entonces en una compañía independiente itinerante, llevando su mejor repertorio por las distintas regiones de Polonia.
La Guerra
Cuando comenzó la guerra en septiembre de 1939, las circunstancias los obligaron a disolverse y Grinshpan se enroló en un grupo de partisanos que desde los bosques organizaba incursiones contra objetivos nazis. En poco tiempo, muchos de estos valientes guerrilleros perecieron y él logró pasar a la zona polaca dominada por los rusos. Lamentablemente al poco tiempo Grinshpan fue enviado a Siberia, a campos de prisioneros.
Abraham por casualidad logró quedar con vida y retornó después de la guerra a Polonia. Se casó con Ruth Kirshenblat, una heroína del Gueto de Varsovia y sobreviviente de Auschwitz. Grinshpan realizó trabajos como periodista en el diario “Dos Naie Lebn” (Vida Nueva) y luego en el “Folks Shtime” (La Palabra del Pueblo). En 1958 él y su señora Ruth emigraron a San Pablo, Brasil, donde durante 15 años se desempeñó como maestro.
En Israel
En 1973, realizaron su “aliá” a Israel y se afincaron en Jolón. Los dos últimos años de su vida estuvo internado en un muy humilde geriátrico, pues no tenían los medios necesarios para afrontar los gastos en un “Bet Avot”(Hogar de Ancianos).
Después de su fallecimiento quedó en el mismo geriátrico, enferma y abandonada, su esposa Ruth, quién en su juventud fue una destacada luchadora en el Gueto de Varsovia y cuya función principal era escaparse del gueto y encontrar refugios para niños judíos en el lado ario. También se distinguió por su ingenio de poder conseguir armas para la rebelión. Por su trabajo clandestino impecable fue, una vez terminada la guerra, distinguida con la orden “Virtuti Militare” por el gobierno polaco.
Dada su exagerada modestia casi nunca relataba sus heroicos actos. Después de la rebelión en el Gueto de Varsovia fue confinada a Auschwitz, donde por milagro y posiblemente también por su sagacidad, salvó su vida. En 1995 cerró para siempre sus ojos en estado de parálisis y totalmente sola en el geriátrico de Bat Yam, donde fue aceptada junto a su marido en mérito a su abolengo rabínico.
No cabe duda, que la suerte, el destino o la casualidad no les juega a todos por igual.
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