Un nuevo estudio sobre las "ondas (o frentes) de distancia" presentes en el proceso de fricción ofrece una nueva perspectiva para un antiguo enigma y podría ser la clave para mejorar las predicciones de futuros terremotos, dijeron científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalem.
El trabajo de los científicos, el Prof. Jay Fineberg, Director del Instituto de Física Racah de la Universidad Hebrea, el Dr. Gil Cohen y el estudiante de postgrado Shmuel N. Rubinstein, se puede ver en detalle en el artículo de la revista "Nature" que tiene como título "Frentes de Movimiento y el comienzo de la Dinámica de Fricción".
A pesar de que el tema de la fricción ha sido estudiado durante siglos por personas como el distinguido Leonardo da Vinci y los Físicos Charles Augustin de Coulomb y Heinrich Rudolf Hertz, aun se mantiene tan desconocido hoy en día, como hace 500 años. Los científicos no han logrado descifrar el mecanismo fundamental de la fricción, en otras palabras, qué es lo que sucede cuando dos superficies empiezan a deslizarse una contra la otra.
Utilizando el sistema de óptica de corta distancia, junto con los recientes avances tecnológicos para lograr una rápida imagen, los investigadores de la Universidad Hebrea han observado por primera vez cómo tres diferentes tipos de ondas controlan el comienzo de la fricción. Estas ondas, que funcionan dentro de una interfase de un micron de grosor que se encuentra entre las superficies deslizantes, se mueven a velocidades muy diferentes, de sónica y supersónica hasta baja velocidad. Los investigadores demostraron que el movimiento - la separación real de puntos de micro contacto entre una superficie y otra que ocurre durante el movimiento de fricción - es controlado principalmente por la recientemente descubierta fase de onda-lenta.
Estos hallazgos, afirma el Prof. Fineberg, son importantes para la medición de los terremotos y las predicciones de los mismos, al igual que para futuras aplicaciones científicas e industriales. (Mas del 5% de las perdidas por causa del desgaste y la disipación de la energía en la industria se deben a la fricción, teniendo como resultado la perdida de cientos de billones de dólares por año en el mundo, según el Prof. Fineberg)
Un terremoto se siente (y se mide sismicamente) como un movimiento o desplazamiento rápido y repentino de placas teutónicas en una acción de fricción, afirma Fineberg. Sin embargo, basándonos en los nuevos hallazgos de los investigadores de la Universidad Hebrea, parecería que son la ondas lentas "poco percibidas" o "silenciosas" en la corteza terrestre a las que se debe prestar mucha atención y son aparentemente las precursoras de los movimientos de fricción que nosotros llamamos terremotos, continua Fineberg.
Estas ondas, aunque casi no se sienten, pueden ser medidas, informa Fineberg, mediante la aplicación de la tecnología desarrollada a micro escala en los laboratorios de la Universidad Hebrea en las medidas de escala macro sub-superficiales de la tierra. Al realizar esto, podrá ser posible prevenir hasta cierto punto los daños causados por los terremotos a través de mensajes preventivos sobre la proximidad de movimientos de las placas terrestres.
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