Especial para Comunidades
La noticia de la identificacion del suicida que atentó contra la AMIA-DAIA y el apartamiento del juez Bonadio que llevaba adelante en forma paralela el expediente por las irregularidades de su colega Galeano, trastocaron una investigación que hasta ahora se mantenía dormida. ¿Qué pasará de acá en más?.
Ibrahim Berro y Claudio Bonadío son los nombres que han puesto a la causa AMIA-DAIA nuevamente en boca de todos. El primero, por ser anunciado estos últimos días como el supuesto autor material de la voladura de la AMIA-DAIA, casualmente al momento de arribar a Casa Rosada el Comité Judío Americano; el segundo, por haber sido recientemente apartado como juez de la causa que investigaba las irregularidades .
Dos hechos que han provocado bastante estruendo mediático en una causa con pocos avances concretos, y que es sinónimo de escepticismo y de desilusión por su alta cuota de impunidad y encubrimiento. La polémica ya levantó polvareda y son muchas las voces que quieren ser oídas.
Una de ellas, es la del periodista José Eliaschev, quien percibe "mucho ruido mediático impulsado sobre todo desde el gobierno de Kirchner, al anunciar los fiscales Alberto Nisman y Marcelo Martínez Burgos de que el conductor suicida que se inmoló al estrellar una camioneta cargada de explosivos contra la sede de la comunidad judia, habría podido ser identificado. El nombre del libanés Ibrahim Hussein Berro no es nuevo. En el 2003, la SIDE junto al Mossad y el FBI elaboró un informe donde ya se hablaba de su existencia como integrante de las huestes del Hezbollah, y que arribó a nuestro país desde la Triple Frontera. Hoy día, ese dato de inteligencia se convirtió en prueba judicial al quedar sostenido - según la versión oficial - por el testimonio de sus hermanos, el peritaje que compara el identikit con las fotos de Berro, y la identificación que realiza la enfermera María Nicolasa Romero en rueda de reconocimiento fotográfico, de Berro como el conductor de la trafic que el día de la explosión casi la atropella en las cercanías de la sede de la AMIA-DAIA.
Anuncio rimbombante, por cierto, que puso a la causa AMIA en el tapete, justo después de que el presidente Kirchner se reuniera en la Casa Rosada con las autoridades del American Jewish Comitee. Para Eliashev, esta noticia "no va a conducir a nada nuevo. Asuma o no el Hezbollah la responsabilidad del atentado, se trata de un episodio que pasó ya hace 11 años". Lo que es "bastante penoso" - recalca el periodista- es que la colectividad judía argentina "siga asistiendo pasivamente a este vallet que hace el gobierno argentino cada vez que viene una delegación judía americana: se ve obligado a mostrar algún tipo de elemento de juicio que permita imaginar que se ha avanzado en el esclarecimiento, cosa que yo no veo que ocurra" - afirma Eliaschev, para luego preguntarse "por qué razón el presidente tiene que recibir al comité como si fuera la representación permanente de la comunidad judía argentina y por qué esta última sólo atina a callarse ya sea "por pudor, temor, o falta de coraje, creyendo que el comité judío la representa".
Al respecto, Dr. Jorge Kirszenbaum, presidente de la DAIA, sólo atina a decir que espera "que estas coincidencias dejen de tener frecuencia".
En relación al anuncio de Nisman, Kirszenbaum califica como "un paso importante" el hecho de que se haya convertido en prueba judicial "aquello que ya teníamos en la causa desde hace 3 años, que eran evidencias claras, precisas y concordantes" de que Berro había sido el suicida que aquel recordado 18 de julio de 1994 atentó contra la sede de AMIA, dejando 85 personas muertas y centenares de heridos.Al cierre de edicion no se pudo recabar opinión de directivos de AMIA.
El periodista Ari Paluch, quien entrevistó en su programa radial "El Exprimidor" al fiscal Nisman, considera que " los argumentos del fiscal sonaron "verosímiles". Pero el escepticismo que ha impregnado una causa plagada de anuncios estruendosos a lo largo de estos 11 años, y sumadas las sospechas que provoca el momento especial en que - como se describe en los párrafos anteriores - este nuevo anuncio sale a la luz, y las dudas y desmentidas que se destaparon luego del anuncio, hacen que Paluch se muestre cauteloso a la hora de manifestar una cuota de optimismo, otorgándole solo un "50 por ciento de margen de credibilidad" a la noticia.
Las desmentidas a las que se refiere Paluch, guardan relación a que luego de que el nombre de Ibrahim Berro se convirtiera en noticia, uno de los hermanos del supuesto terrorista, el libanés Abbas Hussein Berro, salió a desmentir públicamente desde Detroit, Estados Unidos, - donde actualmente reside al igual que su otro hermano, Hassan Berro- , que su hermano haya sido el autor material de la voladura a la AMIA. Si bien reconoce haber entregado a los funcionarios del gobierno argentino que lo contactaron tiempo atrás, una foto de su hermano cuando este tenía 17 años, niega haber identificado las otras fotos que Nisman mostró públicamente, las cuales, según Abbas Hussein Berro, no coinciden con las que él les entregó.
Asimismo, un día después del anuncio de los fiscales, se produce una desmentida por parte del Hezbollah, al sostener que Ibrahim Berro fue uno de sus militantes que murió durante un enfrentamiento con las fuerzas israelíes en el sur del Líbano. Este argumento ya había sido refutado por los fiscales argentinos, para quienes el comunicado de su fallecimiento en 1994 - el que está teñido de confusión teniendo en cuenta que no se halló su cadáver- fue un ardid para encubrir su participación en el atentado contra la AMIA.
"Bodoque" es el término utilizado por el periodista Juan Salinas, para referirse a las pruebas aportadas por Nisman sobre el presunto suicida. Salinas rechaza los argumentos esgrimidos por el fiscal; remarca lo endeble que es el testimonio de la enfermera Nicolasa Romera- una de las pruebas más sólidas de la tesis de Nisman. Pero lo que se destaca en Salinas, es su tajante rechazo al expediente armado sobre el atentado el que "desde un primer momento es falso". Y es que para Salinas - otrora investigador contratado por AMIA para esclarecer el atentado- "todo el mundo está de acuerdo en sostener una versión falsa de los hechos". Versión falsa que condice con la premisa sobre la que se edificó la investigación oficial: de que el atentado fue cometido por un coche bomba.
Como una de las voces cantantes del grupo Memoria Activa, que reúne a parte de los familiares de las víctimas del atentado, Diana Malamud se muestra cauta a la hora de realizar apreciaciones sobre el revuelo mediático que ocasionó el anuncio de Nisman: "Me parece correcto que las pruebas se judicialicen. Pero esto tiene que profundizarse. Falta constatar datos todavía"- afirma. Y con ello se refiere a una de las pruebas que aún debe realizarse para determinar plenamente la culpabilidad de Berro como autor material del atentado: el estudio de ADN que permitiría cotejar el ADN que el hermano del supuesto suicida aceptó entregar, con los restos humanos sin identificar existentes.
Pero qué sucederá de acá en más, se preguntan muchos. La posibilidad de investigar los pasos de Berro en nuestro país, y de llegar a las personas que arribaron junto con él y hasta, quizás, a aquellos que prestaron apoyo local, son los augurios que exhalan los más esperanzados. Pero para eso falta, por lo visto, bastante. Ni que hablar de los avances en el segmento de la investigación que refiere a la conexión local. Pero ese ya es otro tema.
Otro juez en el banquillo de los acusados
Sábado 19 de noviembre de 2005. La cara del Juez Federal Claudio Bonadío se pasea por diversos medios gráficos. Un día antes había sido apartado de la causa donde debía investigar las irregularidades del caso AMIA ¿Un hecho sorpresivo? Lamentablemente no. Las críticas lo apuntalan por la inusual lentitud con que llevaba el expediente y por haber negado su relación con funcionarios menemistas implicados en la causa. Algo que pareciera harto probable.
Y es que antes de llegar a la Justicia, Bonadío pisó la Casa Rosada. Era plena época menemista. Entre 1990 y 1992 fue subsecretario general de la presidencia, seguido de un cargo como subsecretario de Asuntos Legales, además de convertirse en un colaborador de Carlos Corach - luego ministro del Interior de Menem- y, casualmente, uno de esos funcionarios investigados en la causa de las irregularidades al que la justicia parece no querer tocar.
Para el periodista Raúl Kollmann, la separación del juez Bonadío de su cargo, es una medida que "debió tomarse hace mucho tiempo. Era obvio que no avanzaría sobre su ex jefe Corach" - aclara. Punto de inflexión en el largo proceso investigativo que terminó provocando ahora la destitución de Bonadío, lo que hizo el falló del Tribunal Oral Federal Nº 3 del 2 de septiembre de 2004, fue desenmascar la trampa que había llevado al Estado a armar la causa AMIA para encontrar culpables del atentado. Confabulación que se gestó con la plantación de pruebas falsas para incriminar al reducidor de autos Carlos Telledín y al Comisario Juan José Ribelli y a otros cuatro policías implicados hasta entonces en la causa.
Recordemos que el expediente por irregularidades se había iniciado en el 2000, con las denuncias de Claudio Lifchitz, prosecretario del juzgado que tenía en sus manos la investigación, por aquel entonces a cargo de Juan José Galeano. La confirmación de la denuncia de Lifchitz por el pago ilegal de U$s 400.000 a Carlos Telledín, el principal imputado del atentado, terminó con la absolución de los acusados y con lo que hasta ese momento se tenía en materia de investigación. De esta manera, se puede decir que lo que dejó en claro el fallo histórico del Tribunal Oral, fue la necesidad de investigar a todos aquellos que participaron de la gran confabulación.
Precisamente, entre los que están siendo investigados por las irregularidades, se encuentran - además de Corach y del destituido Juez Galeano- el otrora jefe de la SIDE durante el menemismo, Hugo Anzorreguy y antiguos y actuales miembros de la SIDE. Pero ahora, el juez que debía aclarar la responsabilidad de los acusados, es sancionado por su sospechosa actuación en la causa. Una dudosa actuación que, según Raúl Kollmann, amerita que se haga efectivo su juicio político. Sin embargo, según afirma el periodista, "lamentablemente se encuentra demorado", acusando con ello al gobierno por su "escasa vocación de ir para adelante en el juicio contra Claudio Bonadío.
La "inoperancia, lentitud y las trabas que puso en el camino" definen para Sofía Guterman la gestión que llevó adelante Bonadío en sus 5 años al frente de la causa. Accionar que va a contramano de su lucha solitaria (se encuentra apartada de los distintos grupos de familiares de víctimas) por esclarecer el atentado que llevó la vida de su hija Andrea. "Bonadío se acostó a dormir sobre el legajo en el cual le correspondía actuar. Su separación es un paso más hacia su juicio político, aunque no sé si ello llegará. Esperemos que el nuevo juez tenga ganas de trabajar para la justicia. Lo que necesitamos son jueces idóneos y personas que busquen investigar. Ya son 11 años de impunidad y no queremos ni podemos perder más tiempo"
El mismo deseo comparte el presidente de la DAIA quien eludiendo toda evaluación sobre la actuación de Bonadío, aspira a que el nuevo juez que se haga cargo de las causas conexas "le de nuevos impulsos a la investigación".
Deseo de todos, por cierto. A pesar de que ya pasaron 11 años del atentado y es difícil que el escepticismo y la desconfianza no fagociten cada vez más nuestros ánimos. Que el anuncio del supuesto autor material del atentado pueda abrir nuevos caminos que conduzcan al esclarecimiento, que dicho anuncio no sea un ardid para aquietar nuestra sed de justicia; que aquellos que asuman el deber de investigar tengan la suficiente moral para comprender la necesidad de verdad en una sociedad que perdió ya muchas víctimas. Ojalá que así sea. Ojalá algún día se pueda revertir la historia.
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