¨Un joven es como el fuego. Con dirección y orientación puede cambiar la forma del mundo. Sin dirección , en el mejor de los casos , el fuego de la juventud se desperdicia y en el peor puede volverse una fuerza destructiva muy peligrosa. ¨
Rabino Menajem Mendel Schneerson
¿Cuándo y cómo debemos decirles a nuestros chicos que ¨no¨? .Ellos quieren libertad y nosotros necesitamos saber qué hacen con su tiempo, no para controlarlos sino para protegerlos y guiarlos. Si preguntamos ¿Dónde vas? ¿ Es judío el chico que te invitó a salir? ¿Le estamos restringiendo la autonomía ?. Si no supervisamos con quién se rodea y que es lo que hace ¿ estamos descuidándolo? . ¿Cómo discernir que permitirles y qué prohibirles en un mundo incierto y contradictorio como el que vivimos?
LAS REGLAS DEL JUEGO
La función de nosotros, los padres, es educar . Pero sólo enseña el que sabe y es el saber el que confiere autoridad. Se trata de inspirar jerarquía por el conocimiento y no por la fuerza. Discriminando la real diferencia entre autoridad y autoritarismo.
Cuando decimos ¨no¨ a nuestros chicos y les explicamos las razones , estamos ejerciendo un poder sano. Razonando acuerdos, negociando nuevas reglas, facilitamos su crecimiento y disfrutamos de estar juntos. En cambio el ¨no porque no¨, es autoritarismo. También lo es, imponerles algo que no tiene en cuenta la realidad contextual . A veces por temor a ¨sentirnos ¨autoritarios , no ejercemos la suficiente autoridad, y así nuestros chicos crecen sin reglas claras, confundiéndose y desubicándose en su comportamiento cotidiano. Los chicos precisan la autoridad. Son arbolitos jóvenes que necesitan ¨palitos tutores¨, para no crecer torcidos .
Lo esperable es que los adolescentes se rebelen contra sus padres. Así tomamos conciencia que es preciso modificar las reglas a medida que ellos maduran y se desarrollan. Que el tiempo pasa y ya no somos los mismos .Algunos , temen la adolescencia de sus chicos y la ignoran , restringiéndoles severamente la libertad con horarios estrictos y normas inmodificables. Esto hace que el adolescente se asfixie. Cuando , como padres ,basamos nuestras restricciones en un sentido exagerado de la prudencia, nos auto-descalificamos como expertos en los peligros del mundo y producimos reacciones torpes y desesperadas en los chicos como fugas, desbordes en la alimentación , dificultades en el colegio y descontrol social . Estos graves desajustes cuestionan metafóricamente las reglas impuestas. Ellos pujan por el control y la autonomía a través de estas conductas disfuncionales . Es importante encontrar juntos la forma de entendernos . Acercándonos a su edad, pidiéndoles cosas adecuadas y posibles , porque para los chicos no hay nada más valioso que la familia , aunque les cueste reconocerlo.
CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS
Frente a desafíos cotidianos, ropas tiradas, comida que no alcanza, cuentas telefónicas millonarias, hay que armarse de paciencia . Porque a mayor presión , los chicos reaccionan con mas agresión y violencia. Muchas veces para controlarlos, recurrimos a medios de coacción. Los mas frecuentes son el dinero y la libertad.
Las exigencias de libertad del adolescente comprenden los horarios de salidas, las posibilidades de defender una ideología y la libertad de vivir un amor y un trabajo.
Cuando dirigimos severamente su tiempo y sus horarios , estamos invadiendo sin darnos cuenta , su mundo interno.
Los jóvenes necesitan adultos que estén seguros de sus convicciones, que no sean despóticos ni injustos, que puedan reconocer sus errores y aprender de ellos. Precisan libertad para preguntar y equivocarse y normas que lo ayuden a encontrar su tan ansiada seguridad.
Por eso ,si reaccionamos con angustia ante la búsqueda de independencia y necesidad de experimentar limites, nuestros chicos , tienen 3 alternativas:
Seguir siendo niños ( estancándose en un periodo psicológico infantil ), rebelarse cotidianamente a través de criticas feroces, desajustes en el colegio y desbordes en la sexualidad o proceder con cautela , tomándose pequeñas libertades que nos demuestran que son hábiles y maduros y que poco a poco pueden aprender a vivir como adultos.
TRANSITOS DIFICILES
Es muy complejo para nosotros aceptar que nuestra hija que hasta ayer jugaba con muñecas, hoy es casi una mujer. Lo importante es no cerrar los ojos a la realidad y abordar con buena información los temas más conflictivos. La clave para facilitar el paso de la niñez a la adultez joven es nuestra capacidad de entender y cambiar de acuerdo a la nueva personalidad de nuestros hijos.Modelar nuestra flexibilidad . Enseñarles a tener ¨sus aventuras¨ en un horario razonable e invitarles a hablar sobre los que les preocupa e intranquiliza, son maneras de acercarnos .Porque algunos jóvenes cuando creen que sus actividades son inaceptables, dejan de rebelarse abiertamente y pasan a la clandestinidad. Si sintieran libertad para hablar con su familia en los momentos más críticos podrían evitarse muchos problemas. Cuando necesitan ayuda en cuestiones como drogadicción, romances aterradores o amigos ¨raros¨ sería conveniente recurrir a nosotros sin tener miedo a ser castigados sino acompañados y guiados.
Ellos se encierran en su habitación , en ¨mundo interno¨, reflexionando sobre lo que les sucede con la música a todo volumen .Es difícil vincularnos . Difícil pero posible. Una buena estrategia es acompasando su introversión , invitándolos a dialogar sin presionar sobre lo que les preocupa. Preguntar no significa ser inquisidores. Sugerir opciones no es imponer. Sutileza , encanto, paciencia. Hablar . Y también... aprender a escuchar.
Muchos requisitos para nosotros , padres reales. Padres de carne y hueso , como vos y yo , amigo del alma que además de progenitores responsables, trabajamos, tenemos amigos, padres mayores, hobbys , gustamos de compartir tiempos de intimidad con nuestra pareja, practicamos deportes y dedicamos tiempo al estudio permanente para mejorar nuestra calidad de vida. Muchos requisitos. Pero necesarios, para asegurar una buena convivencia que facilite un adecuado crecimiento en la evolución familiar. Ellos crecen y nosotros también. Cuanto más trabajemos juntos ¨la comunicación familiar ¨, más seguros estaremos de conocerlos y contenerlos para construir una libertad con limites.
Decirles que no , es parte indisoluble del proceso de educación. Mostrar lo que ¨se debe¨y lo que no, permite ubicarnos en la realidad. Los limites ,las fronteras deben existir . Es lo que nos ordena, organiza y discrimina. Lo importante es discernir con cuidado cuando y por qué ponerlos. Y para eso estamos juntos, amigo del alma. Para ayudarnos a mejorar día a día nuestros vínculos de amor... ¡Buena suerte en el próximo intento!
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