Cuando observamos un mapa vemos un Irán emparedado entre países que tienen bases y tropas de EE.UU. Al este, en Afganistán, tienen desplegados más de 17.000 soldados en sus tres bases, Bagram, Kandahar y Shindand, cerca a su frontera, y Pakistán, donde el presidente Pervez Musharraf ha autorizado a Washington el uso de tres bases, Shahbaz, Dalbandin y Jacobabad. En el oeste está Iraq, donde más de ciento treinta mil soldados estadounidenses continúan librando una difícil posguerra. En el norte, en las ex-repúblicas soviéticas de Asia Central, también hay problemas para los iraníes: en Kirguisistán, tres mil soldados estadounidenses están instalados cerca de Bishkek, la capital. En Tadyikistán, Kazajstán y en Turkmenistán los aviones estadounidenses tienen luz verde para utilizar sus aeropuertos y en el sur, EEUU tiene tropas en Qatar y los iraníes tienen la posibilidad de contemplar el paso de los buques de guerra de EEUU que patrullan el golfo Pérsico.
Desde ésta óptica no faltan los que opinan que si los dirigentes de Teherán, rodeados por potencias con armas nucleares (Israel, Pakistán, India, EE.UU. y quizá Turquía), insisten en blindarse con la bomba atómica, es porque quieren sentirse seguros y poco podrán hacer Estados Unidos e Israel y también Europa, para impedirlo. Otros sugieren que Teherán estaría dispuesto a hacer concesiones sobre su programa nuclear a cambio de obtener compensaciones económicas y evitar el riesgo de verse arrasada. Pero el caso es que no existen armas nucleares defensivas y la verbarragia de los líderes iranies son una muestra de ello. El hecho es que el Parlamento iraní aprobó el 20-11 un proyecto de ley, cuatro días antes del vencimiento del plazo otorgado por la organización internacional de la energía atómica (OIEA) para que Irán desista de su programa atómico con fines bélicos antes de ser elevado el caso al Consejo de Seguridad de las ONU por la violación del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), por el que insta al gobierno a impedir las inspecciones de las instalaciones nucleares iraníes. "Si el expediente nuclear iraní es enviado (...) al Consejo de Seguridad de la ONU", dice la resolución, "el Gobierno suspenderá la aplicación de medidas voluntarias y no vinculantes, y estará en la obligación de llevar a cabo los programas científicos (...) para garantizar el respeto a los derechos del pueblo iraní conforme al TNP".
Éste proyecto de ley es una amenaza de desvincularse del protocolo del TNP, que somete a Irán a un control estricto por parte de la OIEA. Aunque éste texto debe pasar por otras etapas legislativas antes de tener vigencia, la comunidad internacional está preocupada por ésta decisión de reiniciar las actividades de enriquecimiento de uranio, un paso previo para la fabricación de armas nucleares. Al mismo tiempo los iraníes lanzaron hace un mes un satélite al espacio, a bordo de un cohete ruso, alegando sus propósitos puramente científicos y a un mes del lanzamiento, y unas semanas después de que el presidente iraní dijese que Israel debe ser borrado del mapa, el jefe del programa espacial iraní admite que el satélite Sina-1 está situado en posición para espiar al estado judío. En Israel saben que las palabras con Teherán son solo palabras y estas ya no son suficientes para detener el programa nuclear iraní. Prueba de ello es que la Junta de Gobernadores de la OIEA no votó ninguna resolución para denunciar a Teherán ante el Consejo de Seguridad de la ONU por haber incumplido una vez mas el ultimatum que venciera el 24-11 y que ese mismo organismo le impusiera para que Irán diera una respuesta satisfactoria por haber ocultado su programa atómico con finalidad militar.
Por enésima vez los europeos y sus aliados no quisieron sancionar a Irán, aunque Peter Jenkins, jefe de la misión británica ante la OIEA, asegurara que "se está acabando el tiempo". Pero no hay hechos; Solo palabras.
Estas eternas negociaciones, sine die, ni siquiera han servido para evitar los exabruptos incendiarios lanzados por el presidente de Irán para que Israel sea borrado del mapa.
Por eso Israel se ha centrado en dotarse del armamento imprescindible para lo que es llamado "la estrategia del segundo golpe". En sus últimos días en la cancillería alemana, Gerhard Schröder aprobó la venta a los israelíes de dos submarinos de clase "Delfín U212A" por un valor de 1.000 millones de euros. Esto fué refrendado por la canciller entrante, Angela Merkel y son una muestra de las excelentes relaciones que mantiene actualmente Alemania con Israel, hasta el punto que por vez primera en la historia, en 2006 se llevarán a cabo maniobras conjuntas en suelo alemán, centradas en operaciones contra el terrorismo.
Los submarinos adquiridos son muy difíciles de detectar y mucho más de ser atacados y segun los alemanes son lo mas moderno en éste rubro, en el mundo. Cuentan con dispositivos tecnológicos suficientes para evitar los campos de minas en el mar y los torpedos. Su tripulación es de unas 40 personas. Los 3 submarinos Delfín anteriores, que ya poseía Israel, fueron mejorados por Israel para llevar misiles con cabezas nucleares y según el The Sunday Times británico, hicieron pruebas hace cinco años en las costas de Sri Lanka durante las cuales se lanzaron cuatro misiles preparados para llevar cabezas nucleares. El mensaje es clarísimo: "Si nos atacan con armas nucleares, desde donde sea, responderemos con armas nucleares, desde donde sea". La "estrategia del segundo golpe" es, precisamente, la capacidad de un país de contraatacar luego de absorber el primer ataque.
Los israelíes estiman que los iraníes, en cuestión de 6 meses, podrían tener los medios para construir una bomba atómica. Ahmadineyad confirmaba éste calendario al advertir que tras "un corto período de tiempo… el proceso de eliminación del régimen sionista será simple y sin sobresaltos". Un Irán con armamento nuclear transformaría el "Muerte a Israel" de lema vacío, en un potencial ataque nuclear contra Israel. La verborragia de Ahmadineyad ha tenido algunos efectos positivos, al poner al mundo en guardia sobre la belicosidad del régimen iraní, y el desarrollo de su peligroso arsenal. Tony Blair advirtió a Teherán con cierto tono de amenaza para que Irán "no se convierta en una amenaza para la seguridad de nuestro mundo". Es necesario que la alarma de Tony Blair se traduzca en acciones, y en forma urgente.
Pero Irán aprendió la lección de Osiraq, por lo que ha diseminado sus instalaciones por todo el país y dentro de las entrañas de las montañas a cientos de metros de profundidad bajo tierra. Para atacar estas instalaciones estan las bombas revientabúnkeres BLU-109 y B61-11, ésta última termonuclear. Israel cuenta en sus arsenales con esas bombas y 102 aviones F-16I de largo alcance, pero los emplazamientos de las instalaciones iraníes son ahora inmunes a esas armas. Es decir que, además de bombardear, él o los atacantes deberían desplegar fuerzas de comandos encargadas de hacer volar los túneles.
¿Como reaccionará el mundo ante semejante cuadro? ¿Está dispuesto EE.UU. a realizar semejante ataque o a alentar o ayudar a otros para que lo realicen? La respuesta parecería ser afirmativa, pero: ¿Israel sorprenderá como lo hizo en la guerra de los seis días en 1967 y en Osiraq en 1981, o se dejará sorprender como en la guerra del Kipur en 1973?
|
|
|
|
|
|