"De repente vimos en el cielo algo así como una gigantesca nube. Era tan luminosa que podíamos leer el diario.El hongo subió al cielo y parecía un árbol florecido". Esta descripción no hace alusión a algún maravilloso fenómeno natural sino a uno de los episodios más drámaticos de la Segunda Guerra Mundial.Según el historiador alemán, Dr. Reiner Karlsh, se trata de un testimonio que echa nueva luz acerca de un capítulo oscuro en la historia del regimen nazi: el proyecto nuclear de Hitler.
El testimonio anterior es de una ciudadana alemana de Turingia y aparece en un nuevo libro titulado La Bomba de Hitler, la historia secreta de los experimentos atómicos de los nazis, libro recientemente editado en Alemania..
En este libro Karlsh sorprende con una teoría revolucionaria que contradice todo lo que se sabía hasta ahora de los esfuerzos nazis para conseguir una bomba atómica antes que los rusos o los EE.UU. y así evitar la invexorable derrota del regimen racista.
Los historiadores clásicos siempre supusieron que los nazis no alcanzarían un elevado desarrollo del poder nuclear. Sin embargo, Karlsh, basado en documentos de la época y en documentación rusa, establece que los nazis estuvieron a pocos meses de obtener un artefacto confiable a punto tal que llevaron a cabo dos ensayos "exitosos".
Según el historiador alemán los ensayos se llevaron a cabo en dos lugares diferentes de Alemania. Para probar la "eficacia"de la nueva arma y su incidencia sobre los humanos, Karlsh sostiene que centenares de prisioneros de guerra, entre ellos judíos, fueron usados como conejillos de Indias nucleares.Para fortalecer su argumentación Karlsh se ayuda con testimonios de dos historiadores de Alemania Oriental.
"Cerca del bosque( en la zona de experimentación de Turingia) vimos cuerpos destrozados de prisioneros. Alguno sobrevivía". El experimento, reconocido en varios testimonios, según el libro fue realizado el 3-03-1945 a las 21.20. Un experimento anterior se realizó en octubre de 1944. Un historiador berlinés dice que el poder de las bombas alemanas era mucho más bajo que el de las bombas atómicas que los EE.UU. arrojaron sobre Japón. Se trataría de armas nucleares tácticas. Sin embargo los experimentos sirvieron para convencer a la desanimada cúpula nazi de que iban a poder tener un arma decisiva para el "triunfo final"sobre los aliados, triunfo que Hitler prometía a los abatidos alemanes mientras los aliados avanzaban sin pausa sobre territorio alemán.
Los nazis comenzaron a trabajar en su proyecto nuclear en 1939 luego que el químico Otto Hann trabajara en la fisión nuclear.
Los nazis se apuraron a reclutar a los más importantes científicos alemanes para aplicar sus conocimientos a temas militares.Junto a Hann trabajaron en el proyecto los reconocidos científicos Karl Fiedrich Waizker y el premio Nobel de Física, Werner Aizenberg.
Waizker descubrió en 1941 las cualidades explosivas del plutonio patentando su descubrimiento. El documento que certifica esto es uno de los descubrimientos más importantes que contiene el libro.
Karlsch sostiene en su libro que logró ubicar el primer reactor nuclear alemán operado por un mismo grupo de científicos alemanes que no logró avanzar demasiado en sus investigaciones y por ello quedaron sepultados todas las ambiciones nucleares de Hitler.Sin embargo Karlsch devela la existencia de otro grupo de científicos nucleares que trabajaban en el desarrollo de una bomba en el marco del gigantesco poder militar de la Wermacht. Encabezaba el grupo el científico Kurt Dibner, que habría logrado desarrollar la investigación más de lo que se suponía hasta ahora.Este grupo es el que llevo a cabo los experimentos nucleares muy cerca del campamento militar de Ordork en Turingia.Otro científico que desarrolló el plan nuclear alemán, apoyado por las SS,fue el jefe de Investigaciones de las SS, Walter Gralf. Es más, fue detenido en 1945 por los británicos y cuando escuchó lo que sucedió en Hiroshima sufrió un ataque de nervios ya que se lamentó que los norteamericanos triunfaran donde él fracasó.
Entre sus argumentos Karlsch cita a gente cercana a Hitler, entre ellos Albert Schefer, arquitecto de Hitler y responsable de la industria militar alemana en los últimos días del Tercer Reich y que hablaba de un material que podría destruir a Nueva York.
En ese entonces, Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del regimen, dijo en enero del 45 que Alemania con nuevas armas en desarrollo "daría vuelta la guerra en 24 horas". Algunos historiadores desmienten la cita.
Karlsch devela un documento secreto ruso puesto a consideración del premier soviético Joseph Stalin y su canciller Molotov fechado el 30-03-45, un mes después del ensayo nuclear en Turingia.El documento lo aportó Igor Korchov, jefe del proyecto nuclear soviético, que informaba sobre un agente ruso que le avisó sobre el ensayo alemán.
"La bomba de Hitler" y su teoría generaron una tormenta antes que salga el libro. El historiador americano Mark Walker,experto de reconocida capacidad en el tema armas nucleares nazis,defiende a Karlsch en su teoría.Según él el libro de Karlsch es de mucha importancia y arroja datos valiosos sobre un tema oscuro aún a pesar que los nazis no lograran una bomba atómica sino que armaron lo que hoy se denominaría una bomba sucia, es decir material nuclear no desarrollado. Los nazis podrían por medio de este tipo de bombas causar fuertes bajas a los soldados aliados e incluso llevarlos a retroceder pero no a obtener una decisiva victoria militar.
|
|
|
|
|
|