Quizás el tedio de siete largos años de prisión para un asesino múltiple, playboy consumado, terrorista internacional y "revolucionario profesional" -como él se autoproclama- sea el factor que haya motivado al legendario Carlos "el chacal" a escribir un libro. O quizás su nueva Fé hallada -acaba de convertirse al Islam- le haya dotado de una perspectiva más introspectiva que diera lugar al escritor que tenía dentro de sí. Como sea, Carlos (como se lo suele referenciar con simpleza) ha publicado un libro en francés en el que insta a todos los revolucionarios -de izquierda, maoístas, nacionalistas o ateos- a seguir a Osama bin-Laden en la lucha para la destrucción de Norteamérica, fin que él denomina "el más alto objetivo de la humanidad".
Sabemos esto cortesía de Amir Taheri, un periodista iraní residente en Francia, quién recientemente escribió al respecto en The Weekly Standard. Nacido en Caracas con el nombre Illich Ramírez Sánchez, Carlos se unió al FPLP de George Habash y alcanzó su punto cumbre con la toma de 11 ministros de petróleo como rehenes al capturar la sede central de la OPEP en Viena en 1975 y secuestrarlos hacia Argelia. Pasó las siguientes dos décadas como un fugitivo internacional hasta que fuera arrestado en Kartoum por oficiales de inteligencia franceses, luego de que sus patrones sudaneses lo traicionaran.
Taheri nos cuenta que en su libro, titulado "Islam Revolucionario", Carlos define al terrorismo como "la forma de batalla más limpia y eficiente" y cita como ejemplos la toma de la embajada estadounidense en Teherán en 1979, el atentado contra cientos de marines norteamericanos en Beirut en 1983, y la muerte ocasionada a 18 soldados norteamericanos en Mogadisu en 1993. Carlos efectúa una serie de vaticinios: Estados Unidos reorganizará a Iraq, Siria se desintegrará, El Líbano caerá en tanto que el Hizbullah será destruido. Kosovo se independizará, Sudán será conquistada, y Libia se rendirá ante Norteamérica, dejando así tan solo a dos países capaces de enfrentar la amenaza americana, Corea del Norte e Irán, "las últimas esperanzas de la humanidad". Carlos además insta a todos los musulmanes a dejarse las barbas y cubrirse las cabezas con la hijab dado que estas pueden ser usadas como armas de lucha puesto que le recordarán al ciudadano americano que "su enemigo el Islam" lo.
Posiblemente su conversión al Islam sea un acto ideológico más que de Fé por parte de quien fuera definido por Pete Kotz como "una figura perversamente intrigante…abundante en contradicciones", pero sin lugar a dudas el viaje ideológico-religioso de Carlos es verdaderamente sorprendente.
A Carlos se le impuso una "encarnación leninista desde su propio nacimiento" explica John Follain, autor de "Jackal" una biografía del terrorista venezolano/palestino, al momento en que su padre decidió nombrar a sus tres hijos en honor del fundador del Bolchevismo: Vladimir, Illich y Lénin. "El más grande hombre en toda la humanidad", diría su padre José Altagracia Ramírez Navas, "es Vladimir Illich Ulyanov, alias Lénin. La humanidad antes de la bomba está dividida en dos períodos. Antes y después de Lénin, no Cristo que fue un hombre ordinario". Su esposa, madre de Carlos, protestó en vano la elección del nombre, y el propio Carlos, cuando adulto, opinó que "fue bastante estúpido por parte de mi padre darle a sus hijos semejantes nombres extraños". El padre discrepaba, y años más tarde cuando Carlos adoptó el nom de guerre "chacal" protestó: "¿Por qué lo llaman ´chacal´? Su nombre es Illich. Es un nombre orgulloso, el nombre de un revolucionario".
José Altagracia era un ex seminarista católico que abandonó las enseñanzas de la Iglesia Católica por el Marxismo. "Estudié para ser cura durante tres años y me tragué 1800 hostias antes de darme cuenta cuando tenía 16 o 17 años de que era una mentira", comentaría luego. El nuevo marxista se casó con Elba, una mujer profundamente católica, la que bautizó a Illich en secreto y lo llevaba a misa a escondidas del padre. Con un padre ateo que "le alimentaba ideología comunista con cuchara de sopa", en palabras de Follain, y además infiel, y una madre profundamente religiosa, el matrimonio no logró sobrevivir y la pareja finalmente se divorció.
Carlos fue enviado a estudiar a Londres por un breve período, y de allí se matriculó en la Universidad Patrice Lumumba en Moscú, un instituto de la KGB dedicado al entrenamiento de terroristas tercermundistas. El estilo derrochador y mujeriego de Carlos no encajaba con el ambiente riguroso del comunismo soviético y "tenía poco que ver con el buen soldadito de Mao que labora los campos" típico del ambiente, según un periodista de la revista de esa universidad. Al cabo de varios incidentes, algunos ideológicos, Carlos fue expulsado de la universidad. Sería más tarde que cobraría fama mundial mediante el terror.
Ahora regresemos al libro. Taheri señala que en el texto se puede apreciar "la conexión entre el ateísmo radical y la religión radical, demostrando como una ideología puede servir de antecámara a otra en apariencia opuesta. Tal como el padre de Carlos hizo de la ideología Marxista/Leninista su religión, análogamente Carlos ha convertido en su nueva religión la ideología del ´Islam revolucionario´".
Ciertamente, es irónico que el hijo de un matrimonio compuesto por un ateo radical y acérrimo comunista, y una ferviente católica, haya terminado siendo un musulmán binladenista que se autodefine como "la voz del Islam y la historia". Con anterioridad se había definido como "un ortodoxo en la política, y un aventurero en la vida". Una corte francesa lo definió como un asesino, y por eso está cumpliendo una condena a cadena perpetua.
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