Luego de la demolición criminal de las Torres Gemelas y los ataques contra los trenes españoles, la red Al Queida se prepara para una nueva etapa en esta extraña guerra mundial: un ataque devastador con bombas "sucias". Los imánes islámicos ya difundieron "fatwas" que autorizan el aniquilamiento masivo de millones de herejes.¿Empezó la cuenta regresiva?
"La guerra nuclear es la solución para eliminar a EE.UU. en nombre de Alá el piadoso.EE.UU. bombardeó Irak con elementos radioactivos que contaminaron la tierra y el agua por miles de años. EE.UU. mejoró sus bombas de uranio. Por ello ojo por ojo diente por diente. Al Queida es más fuerte que EE.UU.. Tenemos bombas sucias con virus letales que expanderán enfermedades. Los próximos meses demostrarán que Al Queida puede transformar a EE.UU. en un mar de radioactividad. Eliminaremos a EE.UU y a Israel porque utilizaron el mal contra los débiles" ( del site en Internet de Al Queida).
Mucho se ha escrito sobre este temor casi apocalíptico: un grupo terrorísta equis lograr contrabandear a EE.UU. una "valija nuclear" y amenaza con detonarla en una gran ciudad. En las películas la amenaza se neutraliza por el héroe en los últimos segundos. El hecho que Al Queida haya podido conseguir en Ucrania material radioactivo parece el guión de una película de Holywood. No es la primera vez que se escuchan estas amenazas. Sin embargo un ataque no convencional en nombre de Alá ya no es temor infundado o lejano. El nucleo duro de Al Queida, el que esta alrededor de Osama Ben Laden, invierte mucho esfuerzo en conseguir poder atómico. Sus esfuerzos se dirigen a Ucrania, Pakistán e Irán, países que hoy conforman el mercado negro del poder atómico.
En 1997 el general ruso Alexander Lebed abrió la caja de Pandora. Lebed dijo que un año antes, cuando integraba el Consejo de Seguridad Nacional, se supo que el rebelde gobierno checheno había logrado conseguir algunos pequeños artefactos explosivos tácticos de origen soviético. Lebed dijo que las bombas tenían formato de valijas y podían ser activadas por una sóla persona en menos de 1/2 ahora. Una comisión posterior dictaminó que de un total de 132 valijas-bomba se habían localizado en arsenales soviéticos sólo 48. Las restantes aún dan vueltas por algún lado sin control.En el 2000 Stanislav Lonaiev, un miembro de los servicios de inteligencia rusos que había desertado a EE.UU, dijo ante el congreso norteamericano que podría ser que las valijas faltantes podrían estar dispersas en países de la OTAN al igual que se infiltraban espías.También habrían ya algunas en EE.UU..Lonaiev decía que la doctrina de la inteligencia rusa antes de caer la URSS era introducir material nuclear en eras de paz antes que el estallido de una crisis transformara a la penetración en algo imposible.Lonaiev dijo que el mismo había buscado destinos potenciales para guardar el material y que había sido entrenado para ocultar y camuflar el sensible material. Fuentes rusas negaron la especie y dijeron que la URSS nunca produjo esos materiales.
Una "valija nuclear" tendría no más de 40 cm. de ancho, 20 de alto y 60 de largo. Su peso llegaría a los 30 kilos. Su poder explosivo sería de un kilotón, es decir el equivalente a 100.000 kilos de TNT. Debido a las dificultades existentes en conseguir armas nucleares, la inteligencia norteamericana sospecha que el peligro radica más en el mercado negro de materiales radioactivos.Hay un mercado negro de plutonio y otros materiales radioactivos utilizados en diversos laboratorios de experimentación. Según Fridrij Steinhosler, de la universidad de Salzburgo, un experto en la comercialización de materiales nucleares,"Al Queida hace tiempo que intenta comprar armas radioactivas y nucleares". Steinhosler cree que hoy el mayor peligro es la obtención de bombas radioactivas sucias. Una bomba sucia( o radiológica) es la integración de explosivos convencionales con radioactivos. No hace falta un ingeniero nuclear para construir un artefacto así. La tecnología necesaria es mínima. Para un experto en explosivos es poco menos que un juego de niños. En mayo 2002 se detuvo en Chicago a Abdallah Muhager, miembro de Al Queida. Se trata de un ciudadano hispano que se islamizó y fue acusado de intentar construir una bomba así.
En 1996 terrorístas chechenos escondieron en un parque de Moscú una bomba sucia que contenía TNT y Celsio 137, uno de los elementos radioactivos más contaminantes.La bomba no estalló, fue desarmada y los terrorístas chechenos dijeron que sólo era una advertencia de lo que podía suceder en Rusia.Si una bomba así estallará un medio dia en Nueva York o en Buenos aires, causaría la muerte de 2000 personas y la contaminación radiactiva de otros miles. Desde entonces los medios de inteligencia occidentales han tomado el tema en serio y han invertido esfuerzos en controlar el traspaso del material radioactivo en especial desechos industriales. En 1998 fue detenido en Munich un miembro de Al Queida luego que intentara comprar uranio enriquecido. En la ex URSS se desarticuló a un grupo de contrabandistas de talio, un componente existente en los muchos submarinos nucleares rusos fuera de uso. Hasta lo que se sabe, Ben Laden fracasó en el intento de formar companías ficticias para la compra de residuos nucleares. Aún hoy el problema que enfrentan los terrorístas es conseguir elementos radioactivos..Sin embargo la seguridad en el manejo de materiales radioactivos en la industria civil no ha sido debidamente incrementada. Sólo en EE.UU. hay 70 basureros radioactivos dispersos en 31 provincias. En Rusia la situación es más grave ya que la seguridad en los basureros es mala y grupos extremistas islámicos, como los chechenos, podrían vulnerarla.
Una de las preguntas centrales es saber si organizaciones como Al Queida serían capaces de llegar hasta el final. Según su site en Internet Al Queida usaría esos materiales como una última opción en caso de estar acorralada o para extorsionar al mundo en caso de que Ben Laden fuese capturado.
Yonathan Halevy, asesor en temas islámicos de la cancillería israelí, habla de un cambio drástico en el islamísmo extremo.Según el ya somos testigos de un proceso de autorización religiosa para la utilización de estar armas en el marco de una Jihad mundial. Suliman Abu Rit, un vocero de Al Queida, cuenta cuantos musulmanes eliminó EE.UU. y llega a una conclusión: "para ajustar las cuentas Al Queida debería eliminar 4.000.000 de norteamericanos y echar a otros 8.000.000". Nazar Ban Hamad Fahr, un líder fundamentalista saudí, dice que el número debe ser más grande. En un decreto religioso que difundió hace un año, autoriza a eliminar a 10.000. 000 de norteamericanos. La decisión de Al Queida de utilizar armas no convencionales no es retórica. Existe la voluntad y la capacidad para llegar hasta el final. En el pasado EE.UU. rivalizó contra un enemigo, la URSS, que tenía un vasto arsenal nuclear que no quiso usar. Hoy la situación es a la inversa.Los medios de los terrorístas islámicos son pocos, limitados, pero si tuvieran la oportunidad no dudarían en utilizarlos. El gran desafío de Occidente es neutralizar estos planes de antemano antes que comience la cuenta regresiva.
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