¿Cuál es tu pecado capital? por Pablo Nachtigall


¿Cuál es tu pecado capital?
Por Pablo Nachtigall


Los pecados capitales es un concepto traído por el cristianismo desde hace siglos. Son llamados pecados capitales porque generan otros pecados, otros vicios. Durante mucho tiempo fueron usados para generar culpa y una carga excesiva de responsabilidad en las personas. Si bien la noción de pecados capitales ha sido exclusiva del cristianismo, los judíos también hemos estado influenciados por ellos ya que vivimos en una sociedad occidental con mayoría cristiana.

Más allá de la carga culpógena que la iglesia ha trasmitido, el concepto de los 7 pecados capitales tiene un valor psicológico actual muy importante para aprender en nuestros días actuales. Los 7 pecados capitales son 7 formas muy marcadas de perdernos en la existencia. Implican 7 formas arquetípicas de perder el hilo de nuestra vida y entrar en estados emocionales negativos y pesados.

Los Pecados capitales son pecados arquetípicos que están presentes desde los albores de la humanidad. Si las observamos cuidadosamente es probable que haya algún pecado que aparezca con más fuerza en nuestra vida que otros. Es importante comprender que esto se debe a los modelos que hemos tenido tanto familiares como sociales.

La siguiente es una lista de los 7 pecados capitales y su explicación psicológica. Es interesante que explores y analices detenidamente cual de estos 7 pecados capitales aparece mas en tu vida.

1) La Avaricia / Codicia: Es el deseo desmesurado de retener tus bienes como dinero o efectos personales. La avaricia implica que sentís sufrimiento por el solo hecho de dar o brindar un bien tuyo ya que íntimamente sentís que ello va generarte escasez. ¿Te suele costar desprenderte de tus cosas, dar dinero para tzedaka? ¿Crees que nunca tenés suficiente dinero para hacer donaciones?

2) La Gula: Se la identifica como el consumo excesivo de comida, bebida como también de la droga. Marcado por el consumo excesivo de manera irracional o innecesaria, la gula también incluye ciertas formas de comportamiento destructivo como el consumo excesivo del alcohol, drogas o comida nociva para la salud. La gula o voracidad excesiva por llenarnos de algo, surge cuando nos sentimos vacíos, carentes, solos o insatisfechos con la vida. A partir de ahí, buscamos llenarnos con algo externo: TV, comida chatarra, cigarrillo, marihuana, droga o alcohol. De la gula pueden surgir la obesidad, la bulimia y o las adicciones. Cuándo te sentís solo o carente, ¿Qué solés hacer al respecto? ¿Buscás llenarte vorazmente con algo externo a vos en vez de compartir con otros?

3) La Lujuria: La lujuria es usualmente considerada el pecado que incluye pensamientos o deseos obsesivos o excesivos de naturaleza sexual. La lujuria insatisfecha puede llevar a compulsiones sexuales o sociológicas y/o transgresiones incluyendo adicción al sexo, adulterio y violación. Pero sin irnos tan lejos, a veces el estar obsesionados con el sexo mentalmente, nos lleva a tener una actitud permanente de querer seducir a todo el mundo. O también a evidenciar una permanente actitud sexual insatisfecha que buscamos descargar en otros inadecuadamente, lo cual puede generar múltiples rechazos. ¿Te sucede de estar obsesionado con el sexo y no practicarlo realmente?

4) La Pereza: Está asociada a la vagancia, a la falta de compromiso con vos mismo en cuanto a tus metas, tu salud, tu familia o tu crecimiento personal. Es el estado donde podés estar mucho tiempo de tu día o tu vida sin hacer nada productivo. Aquí podemos encontrarnos personas con rasgos de vividores, manipuladores, estafadores, inmaduras. Diferente de estar disfrutando del ocio después de mucho trabajo. Es muy común que las personas mas necesitadas de terapia psicológica, no acudan al psicólogo, por pereza. Ya que ello les implicaría un esfuerzo que los podría incomodar en sus creencias o mandatos.
¿En que área de tu vida solés abandonarte y permanecer perezoso? ¿Te sucede a menudo eso?

5) La Envidia: Involucra el sentimiento de alegrarse por la caída de aquel a quien envidiábamos. También es el deseo y acción de querer privar o dañar a aquellos por quienes sentimos envidia. Envidia es un sentimiento que está en nosotros. El problema es cuando se cristaliza como una forma de sentir y percibir al otro que posee algo o ciertos atributos que nosotros no. Y en vez de reconocerlo sanamente, lo escondemos y queremos privar al otro de eso. Por ejemplo, desde la Torá, el “lashon harah”, hablar mal de alguien, es una de las maneras de actuar bajo el influjo de la envidia. ¿Te sucede que te cuesta valorarte a vos mismo y por ende te resulta fácil envidiar a otras personas? ¿Solés hablar mal de terceros con facilidad en vez de mirar para vos mismo?

6) La Ira: La ira puede ser descrita como un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enojo. Es aquel estado emocional donde vomitamos con facilidad nuestro enojo o rabia acumulada generando daños, físicos y verbales en otros. De este pecado suele generarse la violencia familiar, o los asesinatos. El otro polo inadecuado de la ira, es la violencia volcada hacia nosotros mismos. En vez de expresar adecuadamente la rabia, la acumulamos como ira y se vuelve en nuestra contra como síntomas psicosomáticos variados: Dolores de cabeza, insomnio, trastornos gastrointestinales, cardiopatías, frigidez femenina o impotencia masculina. ¿Qué haces cuando te invade la rabia? ¿Cómo la descargas en tu vida? ¿Solés explotar con otros..o te dañas a vos mismo con síntomas?

7) La Soberbia: Desde la Torá es considerada una forma de idolatría ya que la persona pone en un altar su propio ego. La soberbia implica creerte que posees la verdad y de alguna manera sos superior al resto, lo cual te lleva a tener una actitud despectiva y descalificadota. Desde lo psicológico, una persona soberbia, en el 90% de los casos, tiene un profundo sentimiento de inseguridad e inferioridad. Es probable que apele a la soberbia como un mecanismo de defensa. Por lo general lo soberbios o arrogantes han estado en presencia de padres soberbios o por el contrario, han sido tan disminuidos o descalificados, por lo que precisan construirse una armadura o coraza de defensa. La soberbia actúa como tal. El problema es que impiden cualquier clase de vínculo sano y armonioso con el otro. Para mejor ejemplos miren a Cristina y su gestión con el campo. ¿Te resulta fácil asumir una actitud arrogante, de creerte especial frente al resto? ¿Qué efectos tiene esa actitud en tus relaciones?

Lic. Pablo Nachtigall - Psicólogo Clínico

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